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Carretera y guantes

Javi Rico viaja entre el estricto protocolo de una expedición con Fernández, Martínez y Joaquín como representación institucional

El primero de los dos autocares de la expedición del Sporting, abandonando en la tarde de ayer Mareo con rumbo a La Coruña. JULIÁN RUS

"Ahí, campeones". El Sporting inició ayer el viaje a La Coruña entre el grito de ánimo de un aficionado que, bufanda al viento, despidió a la plantilla a su salida en Mareo, y en medio de un estricto protocolo. Jugadores, técnicos, empleados y dirigentes dejaron ver algunos de los rigurosos pasos marcados por la Liga para los desplazamientos de los equipos de Primera y Segunda División. Guantes y mascarillas fueron imprescindibles para el acceso y trayecto en autocar, de casi tres horas, antes de que el equipo se alojara en el NH Finisterre, blindado para recibir a la expedición gijonesa.

Las cinco de la tarde era el horario marcado para que los dos autocares en los que se desplazó el Sporting a tierras gallegas se pusieran a ruta desde Mareo. Se cumplió de manera casi puntual. Jugadores, técnicos, empleados y directivos se dividieron en cada uno de ellos, Javier Fernández, presidente; Javier Martínez, vicepresidente y Joaquín Alonso, responsable de relaciones institucionales. El viaje se convirtió en el primero para Javi Rico desde que el gijonés asumiera la dirección deportiva rojiblanca. Ya había estado, a su vez, durante la mañana, siguiendo el entrenamiento junto al secretario técnico, Noé Calleja.El goteo de jugadores accediendo al autocar comenzó a evidencia la nueva dinámica que envuelve a los jugadores ante algo tan cotidiano en el fútbol como es subirse a un bus para desplazarse a campo propio o ajeno. Pedro Díaz y Gragera, ataviados con guantes y mascarilla, se encontraron a la puerta del vehículo con el doctor Juan Cachero, encargado de recordar a cada uno de ellos las medidas que deben cumplir durante el trayecto y el orden seguido para ello.

Cada jugador debe ocupar una fila de asientos en el autocar, manera con la que el protocolo asegura que se mantenga la distancia de seguridad dentro del vehículo. A esto hay que añadir que los futbolistas deben estar durante todo el trayecto tanto con los guantes como con la mascarilla. El club les proporcionó repuesto antes de que subieran las escalerillas del bus. Un espacio que, previamente, tuvo que ser desinfectado para añadir garantías y evitar cualquier mínimo riesgo de contagio.

Una vez instalados en el hotel, no está permitido que los jugadores del Sporting reciban visitas, algo habitual antes de la pandemia. Cada uno de los expedicionarios queda alojado en habitación individual, obligando al uso de mascarilla y guantes cada vez que salga de ella. El tránsito dentro del hotel incluso está restringido, evitando lo máximo posible ocupar espacios comunes. A la hora de cenar y de comer, los jugadores recibirán la comida en recipientes individuales etiquetados con su nombre y dorsal, pudiendo tomarse en el comedor. Entre las pautas que marca el protocolo también se recuerda que el tiempo que el jugador esté fuera del comedor o de la charla técnica, deberá invertirlo en su habitación mientras que si se necesita tratamiento de fisioterapia, será en un espacio amplio y habilitado previamente.

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