Después de tres meses sin competición (el último partido el Real Sporting lo había jugado en casa el famoso 8M, con goleada a la UD Las Palmas por cuatro tantos a cero), había mucha curiosidad y por supuesto expectación, por ver cómo se presentaba el conjunto entrenado por Djukic en lo que se ha venido a llamar la "nueva normalidad". Y si nos hemos de atener a lo visto en Riazor ante un más que necesitado Deportivo de La Coruña, se podría decir que el equipo apenas ha mostrado grandes cambios, ni para lo bueno ni para lo malo.

Con un estadio sin público, en la previa las cámaras de televisión se centraban en la curiosa imagen de un palco de autoridades, donde los principales representantes de ambas directivas, lucían sus respectivos colores en las mascarillas que cubrían sus rostros, dando una estampa que a alguno pudo recordarle al 'Far West'.

'Fair Play' fue lo que marcó un partido de guante blanco, en el que únicamente se mostró una tarjeta amarilla, muy alejado de los siempre intensos choques que habían librado en los últimos tiempos ambos equipos.

Para este regreso a la competición, Djukic planteó sobre el césped un once titular, en el que Cordero fue el elegido para cubrir la baja de Damián Pérez en lateral izquierdo, manteniéndose Molinero como central junto a Babin, así como Unai Medina en banda derecha. Pocas sorpresas en el resto de posiciones, con Christian y Pedro Díaz en la 'sala de máquinas', quedando Carmona y Murilo como interiores y Manue García como enganche con un Alvaro Vázquez, de nuevo titular en detrimento de Uros.

Tras el minuto de silencio de rigor, en honor a las victimas causadas por la maldita pandemia, dio la sensación el Sporting de entrar con mejor pie al encuentro. Sin embargo fue apenas un espejismo, haciéndose los de Fernando Vázquez poco a poco con el control de partido, si bien sin grandes apuros para la zaga rojiblanca.

Sin duda la mejor ocasión del partido la tuvo Murilo en sus botas mediado el primer tiempo, tras una buena combinación entre Alvaro Vázquez y Carmona, que permitió al brasileño encarar solo al meta local, enviando el balón al palo, en una acción de las que no se pueden perdonar.

Antes de llegarse al descanso, aún dispusieron los rojiblancos de alguna que otra llegada al área deportivistas, pero sin llegar a ser capaces de concretizar ninguna de ellas. Es evidente que para la falta del gol que padecía este equipo antes del parón liguero, Djukic sigue sin encontrar vacuna.

En la reanudación el primer susto lo dio el Depor, con un remate que se fue fuera por muy poco. Lo cierto es que aparte de en esa acción y en algún que otro saque de esquina, Mariño tuvo un partido de lo más tranquilo.

A la vista del transcurrir del encuentro, el entrenador gallego optó por mover ficha. Y no fue una, sino tres las sustituciones que realizó cuando no se había cumplido el minuto 53. De este modos, mientras que Fernando Vázquez agotó los cinco cambios que permite la actual normativa, Djukic optó por no ir más allá de las clásicas tres permutas, realizando además la última de ellas, prácticamente en las postrimerías del encuentro. Dio la impresión con ello de no confiar en exceso en su fondo de armario.

La verdad es que con Nacho Méndez y Uros, que sustitiyeron a Pedro Díaz y Alvaro Vázquez en el minuto 68, el panorama no es que cambiara en gran medida. La última sustitución, con Javi Fuego por Carmona en el 89, no dejó de ser prácticamente testimonial. Habrá que ver si para el próximo encuentro, el jueves en Alcorcón, el entrenador serbio pudiera tener en mente algunas rotaciones.

En una segunda parte donde a medida que transcurrían los minutos, el partido tenía toda la pinta de acabar como finalmente acabó, fue el Sporting quien no obstante tuvo más opciones de alterar las tablas, de haber tenido mayor fortuna con sus remates, Manu García y Christian (este en el último minuto). La 'joya de Mareo' llegada del City, volvió a dejar patente que es el único capaz de marcar la diferencia en este equipo plano en ideas a más no poder.

Con el punto logrado en Riazor, el Sporting vuelve a alejarse de la zona privilegiada de la clasificación, dejando la misma impresión que ya daba antes del parón obligado: el equipo debería dar para salvarse sin excesivos apuros, pero poquito más. Nadie dijo que la "nueva normalidad" fuese a inmunizarnos contra la vulgaridad.

Post Scriptum: gran detalle de la Peña de Vegadeo este sábado en su saludo a la expedición rojiblanca a su paso por el puente de los Santos, frontera de Asturias con Galicia. Quizás su gesto hubiese merecido que los dos autocares hubiesen aminorado de manera razonable y prudente su velocidad. A alguien se le pasó lo que hubiera sido un reconocimiento a esta afición, que de un modo u otro, se las ingenia para estar siempre presente en todos los desplazamientos.