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La condena que se repite para el Sporting

Los rojiblancos, con ocho tantos, ya son los visitantes menos goleadores de toda la categoría l Murilo, Carmona y la defensa, notas positivas

Murilo presiona el avance de Koné. LA OPINIÓN DE CORUÑA

Volvió el fútbol y el Sporting repitió una imagen muy similar. Como si los rojiblancos quisieran que se les reconociese, por si había algún despistado que no recordaba estos más de tres meses sin partidos. En Riazor el conjunto rojiblanco mostró casi las mismas virtudes de los últimos partidos antes del parón: solvencia defensiva y el desparpajo de Murilo. Y también apareció el mismo error que lleva condenando al equipo todo el curso: la falta del gol.

Sin eficacia a domicilio. Si el tiro al palo de Murilo hubiera entrado quizás el partido podría haberse acabado ya para el Sporting. En Segunda, donde priman los detalles, los rojiblancos desaprovecharon el pasado domingo una clara oportunidad. Una circunstancia que no es nueva, y más a domicilio para los rojiblancos. Al quedarse sin marcar ante el Deportivo, el Sporting ya es el equipo menos goleador fuera de casa, con solo ocho tantos. En diez de los 16 partidos que han disputado los gijoneses lejos de El Molinón se quedaron sin marcar. Ni jugar sin público le sirvió a los de Djukic para cambiar esa dinámica. Y eso que en Riazor el Sporting chutó tres veces a portería, por ninguna del Deportivo. Pero los 54 remates que lleva fuera de casa el club rojiblanco, y que le hacen superar a una decena de equipos, no se traducen en tantos. Un lastre que no logra quitarse este año el Sporting. La pegada sigue condenando.

Falta de frescura en la creación. En Riazor echó en falta el Sporting un papel más protagonista de Pedro Díaz, apagado y poco participativo. Y también una versión menos errática de Cristian Salvador. Esta pareja de pivotes le había dado equilibrio y consistencia al equipo antes del parón de la competición. Pero a ambos les faltó ritmo, y el equipo lo acusó.

Los menos goleados de Segunda, la nota positiva. No marcó el Sporting en Riazor, pero dejó su portería a cero. Y de esta manera los rojiblancos comparten ahora el privilegio junto a Cádiz y Málaga de ser los menos goleados de Segunda. El mayor peligro al Sporting le llegó en Riazor por la banda izquierda, donde estaba situado Cordero. Djukic optó por volver a alinear a Molinero de central, junto a Babin, y ambos transmitieron seguridad. Mientras el gol no aparece, al menos los rojiblancos echan el cerrojo.

El peligro llega por las alas. Murilo, que en sus primeros partidos logró dos goles y dio tres asistencias, regresó en plena forma a la competición. Rozó el gol, con un tiro al palo cuando encaraba al meta del Deportivo. El extremo brasileño, muy participativo y con sensación de peligro constante, fue de las notas destacadas en Riazor. También Carmona, una pieza fundamental para Djukic, que le ha dado la titularidad en todos los encuentros desde su llegada al banquillo, dio chispa al equipo en ataque. Los dos extremos fueron, junto a Manu García, las notas positivas, a la hora de combinar y crear las ocasiones más peligrosas del Sporting para marcar.

Regreso en buen estado físico. Aunque habrá que esperar aún la evolución del equipo con los próximos partidos, el Sporting sí que dejó muestras en Riazor de que ha regresado en un buen estado físico. El trabajo de Fran Albert dio sus frutos. El Sporting ganó la posesión al Deportivo, se mostró intenso, quiso el balón, combinó más que su rival (491 a 473 pases) y dio muestras de ir a por el partido en todo momento. El gol no llegó y el Sporting sumó un punto, que le deja como estaba: a cinco puntos del play-off, de la sexta plaza que ocupa el Elche.

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