Hubiera sido injusto que el Sporting ganase al Rayo. El 1-1 final fue el resultado que más se asemejó a lo visto en el campo: un equipo gijonés inoperante en muchos tramos del encuentro, que se encontró un gol en el primer tiro a puerta que hizo, en la última jugada de la primera parte; y un Rayo que tuvo el balón pero que no acabó por inquietar a Mariño. Dos errores defensivos tras dos jugadas a balón parado, aprovechados por Álvaro Vázquez y Qasmi solventaron el encuentro. Los gijoneses vuelven a dormir a dos partidos del playoff, del que le separan cuatro puntos.

El Sporting se presentó en Vallecas con seis cambios en el once inicial respecto al derbi frente al Oviedo (Marc Valiente, Damián Suárez, Javi Fuego, Aitor García, Álvaro Vázquez y el debut en el primer equipo del canterano Gaspar) y 52 horas menos de descanso que su rival. Una pesadez de piernas que se dejó sentir al principio del encuentro, cuando los locales jugaron a su antojo, con posesiones largas en las que el Sporting apenas olía el balón.

Un tiro desde el centro del campo de Álvaro Vázquez, que se fue a la izquierda de la portería de Dimitrievski sin llegar a incomodar al portero rayista fue lo más peligroso que hizo el Sporting antes de la pausa de hidratación a la media hora de la primera parte.

Tras varias intentonas desde fuera del área, Joni Montiel encontró un buen golpeo en el minuto 40 de la primera parte, que Diego Mariño despejó a córner con una meritoria parada. Para entonces, el Sporting seguía sin pasar del centro del campo con el balón controlado y acercarse al área rival era una utopía. El sol de cara incomodaba más a los defensores rayistas que los atacantes rojiblancos.

Hasta que llegó el descuento de la primera parte. La enésima falta botada por Aitor García desde la banda derecha, a la altura del centro del campo, propició un mal despeje, que rebotó en Juan Villar y fue a caer a las botas de Álvaro Vázquez. Su disparo, cruzado, se coló en la portería de Dimitrievski. El Sporting, sin llegar a creérselo, se iba al descanso por delante. Un disparo, un gol. La efectividad que tanto echó en falta esta Liga.

La segunda parte comenzó con el cambio de Nacho Méndez por Manu García y un devenir muy similar al de la primera: el Rayo dominaba sin crear peligro y el Sporting esperaba, ahora con más razón con el resultado a favor, buscando un posible contraataque que llevase el segundo gol al marcador y aire a los pulmones rojiblancos.

A punto estuvo de llegar el premio en el minuto 70. Una combinación entre Djurdjevic y Carmona (que habían entrado por Álvaro Vázquez y Aitor diez minutos antes) acabó con el balear ganando la línea de fondo y poniendo el pase atrás para Nacho Méndez. Su remate, a bocajarro desde el punto de penalti, lo sacó Saveljich bajo palos.

Rondaba el Sporting el segundo. La entrada del delantero serbio y el diez rojiblanco pareció dar aire al equipo en ataque. Las combinaciones entre ambos llevaban peligro a la portería local. Un robo de Gaspar tras un saque de puerta finalizó con un pase a la frontal que Carmona no supo aprovechar.

Y como suele pasar en el fútbol, el que perdona, lo acaba pagando. Cuando más estaba mereciendo el Sporting el segundo tanto, llegó el empate del Rayo. Un balón parado mal defendido por los rojiblancos acabó en los pies de Isi, que puso un centro preciso que Yacine Qasmi acompañó con la cabeza al fondo de la red.

Y aún pudo ganar el Rayo Vallecano si Mariño no hubiera sacado una felina mano abajo a un tiro de Isi tras una gran jugada del ex de la Ponferradina. También la tuvo el Sporting, en una falta de Murilo que Carmona dejó de cabeza y Javi Fuego mandó a las nubes. El marcador no se movió más y el Sporting volvió a desaprovechar otra bala para engancharse a la lucha por el playoff.