Las cuentas de Djukic exigen un pleno para llegar al objetivo. Cinco puntos a recortar con doce por delante en juego obliga al Sporting a hacer pleno de victorias si quiere maximizar sus debilitadas posibilidades de acabar la liga entre los seis primeros. La historia se complica para un equipo que tuvo ayer ante el Girona una nueva gran oportunidad de asomarse al balcón de la promoción de ascenso, zona prohibida para los gijoneses a lo largo de toda la temporada. Un detalle al que hay que añadir que los rojiblancos nunca lograron enlazar más de dos victorias seguidas, ni con Djukic ni con José Alberto. Y cuando sucedió fue antes de la pandemia. El final de la competición pondrá también al Sporting como juez del descenso.
Albacete y Extremadura, como visitante, y Málaga y Huesca, en El Molinón. El calendario del Sporting se condensa en estos cuatro partidos para acabar de aclarar un futuro que, en estos momentos, apunta a asumirlo como una campaña en la que el propósito de alcanzar el ascenso a mudado al de la permanencia. Los tres siguientes rivales del conjunto gijonés son conjuntos metidos de lleno en la pelea por conservar la categoría, algo que con los 50 puntos que ostentan los de Djukic, seis por encima de una zona de descenso marcada por el Oviedo, parece ya prácticamente sellado. En todo caso, el duelo de Carlos Belmonte puede materializarlo o acabar de embarullar el final.
El ritmo de puntuación de los rojiblancos, quienes después de la pandemia ni siquiera han podido celebrar dos triunfos consecutivos, añade piedras a un camino en el que el gran aliado es la tremenda irregularidad de los que están junto a él en la pelea por un sitio en la quinta y sexta plaza, las únicas asequibles para los que están metidos en el vagón del Sporting. Con 50 puntos o más hay, incluyendo a los rojiblancos, siete equipos antes de llegar a la ansiada sexta plaza, que marca ahora el Elche.
