Se medían el Albacete de Lucas Alcaraz y el Real Sporting de Miroslav Djukic en el Carlos Belmonte, bajo 30 grados de temperatura, separados por sólo cinco puntos en la clasificación y tras haber ambos equipos cosechado sendos empates a cero en la última jornada.

De nuevo el entrenador serbio optó por hasta seis cambios respecto al último encuentro en casa frente al Girona. A la revolución total en el centro del campo, con Pablo Pérez, Pedro Díaz, Cristian y Aitor, se sumaron Molinero y Uros como titulares.

Empezó más metido en el partido el Albacete, quien todo sea dicho, llegaba con mejores números a este partido si nos atenemos a la reanudación del campeonato: 10 puntos sobre los 21 disputados, por los 9 conseguidos por los rojiblancos, este jueves de negro.

Apenas habían transcurrido dos minutos cuando Pedro Díaz avisó a la bestia negra del Sporting, Roman Zozulya, que ni mucho menos los rojiblancos llegaban al partido a regalar nada a nadie. Tarjeta para el canterano, por una entrada peligrosa.

Con una posesión por encima del 60% a favor de los manchegos transcurrido el primer cuarto de hora, el Sporting se mostraba incómodo, con Manu García teniendo que dejarse caer hasta el centro del campo para intentar entrar en contacto con el balón. La presión arriba de los locales asfixiaba por momentos a los sportinguistas.

Llegó de este modo la primera gran ocasión para los locales, en el minuto 18, merced a un disparo desde fuera del área, al que Mariño respondió con una buena mano abajo, cuyo rechace envió al palo Chema Nuñez.

Pero cuando peor parecía estar pasándolo el equipo de Djukic, en el minuto 21, una recuperación de Pablo Pérez de tacón, permitió a Uros dejar el balón a Manu García, quien sirvió una soberbia asistencia a Aitor García, quien resolvió con solvencia y frialdad el uno a uno frente al jovencísimo portero brasileño Brazão. Uno a cero para el Sporting en apenas cuatro toques.

El mazazo afectó al Albacete quien estuvo a un tris de sufrir el segundo tanto de los sportinguistas en menos de cinco minutos, con un disparo de Pedro Díaz desde lejos y sobre todo con una internada de Unai Medida, que metió un balón dentro del área como un puñal al que esta vez, Aitor no pudo remachar a bocajarro a la red, más por mérito del paradón de Brazão, que por error del onubense.

De esta guisa se llegó a la esta vez sí, necesaria pausa de hidratación, con la sensación de que el Sporting había perdonado la posibilidad de haber matado el partido. Tras ella el Albacete intentó en vano hacerse con el control del balón, con un Sporting mucho más cómodo, casi gustándose en el manejo de la pelota, a la espera de poder volver a hacerle daño a su rival en alguna contra, ante las facilidades ofrecidas por los locales en defensa.

Una dura entrada a Manu García en el 40, señalada como falta, curiosamente sirvió para que Carmona sentado en el banquillo, viese una tarjeta amarilla por protestar. Absurda acción por parte del mallorquín.

En el 42 volvió a tener el Sporting una clara ocasión, con una nueva recuperación de Cristian que sirvió a Uros, quien mandó fuera su remate. Tuvo aún otra el serbio rayando el final del primer tiempo, pero en esta ocasión el control se le fue largo. Se había pitado en todo caso fuera de juego, si bien el VAR probablemente hubiese dado validez a la jugada.

Con la victoria mínima para los sportinguistas se alcanzó el descanso. La pregunta que rondaba las mentes de la afición rojiblanca es si los suyos serían capaces de aguantar el resultado o incluso de ampliarlo en la reanudación. O si los albaceteños, cual Real Sporting, serían incapaces de remontar. Tanto monta, monta tanto.

Comenzó sin cambios la segunda parte, con el Sporting más aposentado sobre el campo de lo que había mostrado en los inicios del primer tiempo.

En el minuto 50 Pedro Díaz probó a Brazão con un lanzamiento de falta desde treinta metros, ejecutado de manera impecable con el interior del pie. Las sensaciones seguían siendo muy positivas para los de Djukic. Sólo el cancerbero brasileño se interponía en una victoria más holgada.

Un choque fortuito en el 59, cabeza contra cabeza, llevó a Djukic a la decisión de realizar su primer cambio, retirándose Pablo Pérez, el jugador sportinguista implicado en la jugada, y entrando en su lugar Murilo. La duda es que si el cambio estaba ya premeditado. Buen partido en cualquier caso del canterano.

Transcurrido el primer cuarto de hora del segundo tiempo, la buena noticia para el Sporting es que el Albacete no daba señales de vida. Pero la prueba de que nunca te puedes dormir, llegó en el 61 con un gol anulado a Zozulya por fuera de juego, que hubo de ser revisado por el VAR, tras una pérdida de balón inocente de Cristian Salvador. El zamorano a pesar de ello, estaba siendo de los mejores en el Carlos Belmonte.

No fue sino un aviso de lo que llegaría en el minuto 68, con el mismo jugador ucraniano como protagonista. Un centro medido de Alvaro Jiménez, con Damián Pérez como mero espectador, permitió al veterano delantero local ganarle la tostada tanto a Babin como a Molinero. Empate a uno y vuelta a empezar. Increíble después de haber tenido casi muerto al Albacete.

Pudo ser peor con otro remate del propio Zozulya en el 71, donde nuevamente el ucraniano le ganó la partida a Molinero. Salvó Mariño. Quien parecía ahora estar KO era el Sporting.

Aprovechó la pausa de hidratación Djukic para realizar dos cambios de una tacada. Entraron Alvaro y Javi Fuego, sustituyendo a Uros y Pedro respectivamente. Poca ambición desde el banquillo para irse a por los tres puntos.

En el minuto 81 Djukic se vio obligado a realizar un cambio esta vez sí imprevisto, después de que el omnipresente Zozulya, se llevase por delante a Molinero. Entro en su lugar desaparecido hasta la fecha, Borja López. El entrenador serbio aprovechó para agotar todas sus sustituciones, relevando a un ya cansado Manu García, entrando Nacho Méndez.

Con el partido completamente roto y sin apenas ya ocasiones de claro peligro, se llegó al final del mismo con un empate que probablemente aprecien más los locales que los sportinguistas. El Sporting pecaba una vez más de un inconformismo inexplicable para un equipo que aún podía volver a meterse en la pelea por el ascenso. Para más inri vio cómo incluso el empate podía peligrar, cuando en el 88 Aitor vio su segunda amarilla. De hecho, las últimas jugadas se desarrollaron mucho más cerca del área de Mariño, con un lamentable rifirrafe a la finalización del partido, con Molinero como precursor del mismo.

Con este punto y a expensas de lo que ocurra en el resto de la jornada, el Sporting habría certificado definitivamente su permanencia, diciendo adiós virtualmente a sus opciones de alcanzar el playoff. En esa situación el lunes no queda sino honrar el escudo e ir a por todas ante un Málaga, que aún tiene que certificar su permanencia. Es lo mínimo que se puede pedir.

Post Scriptum: durante la semana se ha hablado de un presunto interés por Mariño por parte de un Primera. ¿Se remitiría el Real Sporting SAD a la cláusula en tal caso?