Se presentaba en El Molinón Enrique Castro ‘Quini’ el Málaga entrenado por Sergio Pellicer, quien enero relevase en su cargo a Víctor Sánchez del Almo. Los andaluces llegaban al rivera del río Piles necesitados de puntos para confirmar su permanencia en la categoría, a pesar de haber ganado por la mínima en la anterior jornada al irregular Deportivo de La Coruña.

El Sporting por su parte, después de su agridulce empate en Albacete, estaba obligado sí o sí a ganar para mantener aún viva una mínima esperanza de meterse en el playoff de ascenso.

Había curiosidad además por ver este partido entre los dos equipos menos goleados de la competición, pero ambos con serias carencias en punta de ataque.

Para la contienda Djukic volvió a realizar numerosos cambios con respecto al último once, aunque manteniendo siempre la misma disposición táctica sobre el campo. A la defensa formada por Unai, Molinero, Marc Valiente y Damián Pérez, le acompañaban Murilo, Pedro Díaz, Javi Fuego y Pablo Pérez en el centro del campo, quedando Nacho Méndez como enganche de la referencia en ataque, Alvaro Vázquez.

Muy pronto se le puso de cara el partido al Real Sporting, en la primera aproximación seria al área de los visitantes. Una buena apertura a banda de Pedro Díaz, encontró el inteligente desmarque de Unai Medina, quien sin ponerse nervioso ante la ocasión que se le presentaba en su cara a cara con Munir, resolvió con precisión y tranquilidad al primer palo.

A partir de ahí el Sporting supo jugar con el marcador a favor, continuando con su presión al rival, lo que provocaba las continuas pérdidas de balón de los malagueños.

Sin prácticamente más ocasiones, cumplida la media hora, y cuando ya Unai Medina había pedido dos minutos antes el cambio por lesión, Nacho Méndez con un toque espléndido, conectó con Alvaro Vázquez, quien fiel a su estilo de juego, había buscado la espalda de los centrales. El delantero de Badalona se acomodó primero el balón con un gran control, para resolver después como se le pide a cualquier delantero centro que se precie de serlo. Dos a cero y mejor no se podía poner el partido para los de Djukic.

La mala noticia llegaba durante la pausa de deshidratación, en la que el entrenador serbio se vio obligado a realizar dos cambios por sendas lesiones. A la mencionada de Unai Medina, se unía la de Pablo Pérez, entrando en su lugar Babin y Gaspar.

Hasta el descanso poco más hubo que reseñar, salvo alguna que otra oportunidad de contra desperdiciada por los rojiblancos. Con un marcador holgado para los locales, se retiraron los dos equipos a los vestuarios con la sensación de que mucho habría de cambiar el panorama para que el Sporting dejase escapar la victoria, después de un muy buen primer tiempo, con un Málaga prácticamente a la deriva desde el primer gol encajado.

Como cabía esperar al descanso, Sergio Pellicer, decidió realizar dos cambios, con la esperanza de conseguir un gol que pudiera meterles en el partido, cambiando además su defensa inicial de cinco jugadores, con tres centrales, a la clásica de cuatro.

Una pérdida de balón de Pedro Díaz en el minuto 50 en las inmediaciones del área de Mariño, significó la primera clara ocasión para el Málaga, con un disparo de Hicham, que se marchó fuera por poco, con el meta gallego prácticamente echándola fuera con la vista.

A pesar de que el Málaga estaba siendo superior durante el primer cuarto de hora de la segunda parte, salvo en la jugada anteriormente mencionada, el Sporting no estaba pasando por grandes apuros.

Con los andaluces echados definitivamente hacia delante, el Sporting esperaba replegado atrás una nueva contra, con Alvaro Vázquez buscando arriba constantemente las cosquillas a la defensa malagueña, y la conexión con Nacho Méndez, como la que casi encuentra en el minuto 68, pero encontrándose con un Munir rápido en su salida a los pies del delantero catalán.

En el minuto 72 Djukic retiró del campo a Murilo y a Pedro Díaz, entrando ManuGarcía y Cristian Salvador. De esta forma Nacho retrasaba su posición sobre el campo, para dejar que fuese Manu quien ocupase la mediapunta.

Pudo sentenciar el Sporting en el minuto 75, cuando Alvaro Vázquez remató de manera defectuosa un centro de Gaspar. No era un remate fácil.

Mucho más impreciso por su parte fue su lanzamiento de una falta poco después, tras una durísima entrada a Manu García, sancionada sólo con amarilla. Pero al menos el Sporting parecía haberle metido el miedo en el cuerpo al Málaga, cada vez con menos fuelle y menos fe en poder sacar algo positivo del partido.

Los minutos finales no fueron sino el reflejo de esta rendición de los visitantes, con el Sporting acabando el partido presionando arriba, tal y como había comenzado el partido. Todavía hubo tiempo para un último cambio por parte de Djukic, entrando Berto por Nacho Méndez en el 90. Previamente Alvaro Vázquez había vuelto a perforar la portería de Munir, pero el gol fue invalidado por un más que ajustado fuera de juego.

En pleno descuento, un centro sin peligro aparente, un mal control de Marc Valiente permitió el remate de Baré marcar casi a placer y volver a darle esperanzas a los visitantes. Sin embargo por fortuna para los locales, no hubo tiempo para más.

La merecida victoria deja al Sporting con 54 puntos, vivo matemáticamente en su sueño de alcanzar los playoff; aunque más que un sueño se antoja un milagro el que los de Djukic pudieran dar la campanada en estas dos últimas jornadas que restan. Pero quien no lo intenta, jamás lo consigue. El objetivo ahora tiene que ser intentar llegar también vivo a la última jornada. Para ello, todo pasa por conseguir la victoria el próximo lunes en Extremadura.