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El Sporting trabaja para atajar un recorte de 8 millones en el tope salarial

El club aspira a reducir la estimación actual realizada sobre el límite en sueldos con la idea de garantizar la continuidad de Manu García

Manu García, en primer término, con Javi Fuego durante un entrenamiento. JUAN PLAZA

El primer partido de la temporada se está jugando en los despachos. El Sporting afronta una nueva campaña marcada por los efectos económicos de la pandemia con una diferencia entre ingresos y gastos afectada por no haber conseguido el ascenso. El club trabaja ya en reducir el impacto del recorte en el límite salarial. En estos momentos, el tijeretazo que se estima que tendría que realizar el Sporting en este apartado sería algo inferior a los 8 millones de euros. El tope de la temporada que acaba de terminar fue de 11,3 millones. Es decir, el Sporting tendría unos 3,3 millones de límite salarial si la temporada empezara hoy.

El panorama muestra la necesidad de reequilibrar las cuentas, con los traspasos como uno de los recursos principales junto a políticas para reducir sueldos. En ninguna de ellas se encuadra, por el momento, a Manu García, a quien el club quiere consolidar como pilar del nuevo proyecto deportivo.

Las primeras bases del nuevo Sporting empiezan a asentarse en medio de la gran incertidumbre que envuelve al fútbol y a la sociedad. Unas dudas despejadas, en parte, con gestos como el protagonizado por Manu García. El canterano mostró al club su compromiso de continuar en Gijón renunciando a acogerse a la cláusula de su contrato que le permite salir cedido a un equipo de superior categoría simplemente con que el conjunto de destino se haga cargo de su ficha, tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA. El "pacto entre caballeros" lleva aparejado el compromiso del Sporting de mantener su ficha en un año en el que los recortes en salarios serán habituales en los clubes de Segunda. Otra cosa es que llegue una oferta de traspaso que convenza a ambas partes.

El Sporting le suma a la peculiaridad de la coyuntura económica otras medidas que han añadido problemas a resolver. La más evidente, la del deseo del Gobierno de reducir la presencia publicitaria de empresas relacionadas con el juego, fuente de financiación importante en el mundo del fútbol. El club mantiene dudas sobre si podrá cumplirse el año que resta de contrato con la casa de apuestas que patrocina al equipo, que representa un ingreso relevante dentro de la partida de publicidad. Consumo pretende que la prohibición de este tipo de publicidad en el fútbol entre en vigor la próxima campaña. Otra de las claves es la de conocer la respuesta a la nueva campaña de abonados, que dio al club unos 4 millones de euros la temporada pasada. El pesimismo en torno a que el público vuelva a los campos de fútbol para el inicio de la nueva temporada, evidente en la última comparecencia del ministro de Sanidad, ya pone de manifiesto que todos los clubes de la categoría deberán menguar sus números en ese concepto.

Todo ello conduce a un verano en el que los traspasos y la reducción de salarios, si no se lograr reequilibrar la balanza a través de fórmulas distintas, marquen el desarrollo de las nuevas plantillas. Poco ha podido recortar el Sporting, de momento, en cuanto a gastos. Sólo tres jugadores vinculados a la primera plantilla han finalizado su vinculación: Molinero, Damián Pérez y Murilo. A ellos hay que sumarle la marcha de Miguel Torrecilla. Meses antes, en plena pandemia, las arcas se vieron aliviadas por el acuerdo que llevó a consejo de administración, director deportivo y jugadores a reducirse el sueldo.

El tope salarial se resume en la diferencia entre los ingresos y los gastos estructurales de cada club, siendo una cantidad "viva" a lo largo de la temporada. El Sporting ya vivió una experiencia parecida al inicio del verano de la temporada pasada, cuando los números que se manejaban indicaban una bajada del tope salarial importante que, al inicio de la temporada, no llegó a ser tan drástica gracias a la aparición de acuerdos publicitarios y entradas y salidas como las ventas de Dani Martín, Lod o Moi Gómez.

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