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JOSU URIBE | NUEVO ENTRENADOR DEL LANZAROTE

"Al Sporting le falta una idea clara de hacia dónde caminar"

"Lo primero que tiene que hacer Javi Rico es cambiar la estructura; a partir de ahí, llegarán resultados"

Josu Uribe, durante su etapa en el Caudal. FERNANDO GEIJO

De su padre Jesús aprendió a amar el fútbol y el Sporting. También a manejar las claves de los banquillos. Josu Uribe (Gijón, 25-5-1969), hijo del exjugador rojiblanco, vuelve a Canarias para buscar un nuevo ascenso en su carrera, ahora como entrenador del Lanzarote. El que fuera artífice del primer ascenso a Primera de la historia del Getafe conoce bien a los nuevos responsables de Mareo. A Javi Rico, director deportivo, le entrenó su padre y a Noé Calleja, secretario técnico, él mismo, compartiendo vestuario desde los tiempos del fútbol base hasta aquel histórico ascenso azulón. Mantiene relación con ambos.

- ¿Por qué regresa a las islas Canarias?

-Es una tierra que significa mucho para mí, me da paz, tranquilidad, confianza... En Lanzarote está José Antonio Sosa Espinel como director deportivo. Ya habíamos coincidido en el Pájara Playas e insistió mucho en que fuera para allí. Conectamos muy bien a nivel personal y me conocía desde hace muchos años, desde la etapa en la que le hacía informes sobre el grupo asturiano en Segunda B. Después de que se tomara la decisión de no continuar en el Xerez estaba pendiente de cosas del extranjero y cuando surgió la oportunidad de Lanzarote no lo pensé mucho.

- En Lanzarote ya tuvo una breve etapa anterior.

-Sí. Cuando ascendí con el Ribadesella ya había firmado por el Lanzarote, pero esa misma semana me salió una oferta de la Unión Deportiva Las Palmas. Eran palabras mayores, hablé con el club y me arreglé con ellos. Lo que es la vida, quince años después el destino me ha devuelto allí. Pasaré unos días en Asturias y en breve me iré para allí.

- ¿Conseguirá el ascenso a Segunda B que se le ha resistido con el Xerez?

-Ojalá. Hemos quedado dolidos por ese play-off tan exprés y la mala suerte que tuvimos. Hicimos una semifinal espectacular, pero nos faltó un gol para poder pasar de ronda. Fue una pena después de mucho trabajo, una buena Liga regular y más de dos meses de parón por la pandemia. Creo, además, que le hubiéramos competido muy bien en la final al Betis B. El arbitraje nos condicionó muchísimo.

- ¿Cómo ha visto a los equipos asturianos desde la distancia?

-En Jerez se habla mucho de Ziganda. Estuvo allí como entrenador en Primera. Además, en mi cuerpo técnico en el Xerez estaba Francis, quien como futbolista jugó la temporada en la que el Cuco ocupó el banquillo. Tanto él como la gente que le conoció me hablaron siempre muy bien de su trabajo. El rendimiento que le sacó al Oviedo ha sido espectacular en los últimos ocho partidos. Se ganó a pulso mantener la categoría. Ahora ya puede empezar a mirar un poco más arriba.

- ¿Qué me dice del Sporting?

-Más de lo mismo. Ahora vuelve a cambiar todo. Creo que el club tiene muchos problemas de organización, de estructura. Es lo primero que tienen que arreglar Javi Rico y Calleja. El Sporting tiene potencial, lo que falta es una idea clara de hacia dónde caminar. Se van dando bandazos y lo importante es una idea de club y convertir Mareo en un buen centro de alto rendimiento. A partir de ahí, los resultados llegarán, como pasó toda la vida. Se ha querido correr mucho, se fichó mucho y se fichó mal. Ha sido el año más fácil para ascender.

- ¿Echó de menos llamadas de clubes de Asturias?

-En Avilés estuve muy a gusto y casi ascendemos a Segunda. En el año del Caudal sufrí muchísimo. Ya desde el principio sabía que iba a ser muy difícil mantenernos. No disfruté de mi trabajo. Ese año creo que también me castigó profesionalmente. Ahora vuelvo a Canarias, la cuarta isla en la que voy a entrenar. Quiero estar donde me quieran.

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