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Pablo Lago, apuesta de Javi Rico, deja el Sporting para irse a la Ponferradina

El exjugador rojiblanco, fichado hace 69 días para entrenar al cadete y ayudar al director deportivo, será segundo de Bolo en el equipo berciano

Pablo Lago, durante un partido de su etapa al frente del Avilés. MARA VILLAMUZA

El fin del idilio llegó hace tres días. Una llamada de Bolo a un antiguo compañero, alteró el plan de Javi Rico. Pablo Lago, exjugador del Sporting y ahora entrenador, bajó un par de peldaños para atender la llamada del nuevo directo rojiblanco y dirigir al cadete A. Pero el atractivo que le ofrecía era convertirse en uno de sus apoyos, como hombre de confianza en la secretaría técnica y también como analista, en un nuevo proyecto para él. Pablo Lago fue el segundo refuerzo que se trajo Javi Rico -tras el secretario técnico Noé Calleja y antes de David Gallego y sus tres ayudantes: Toni Clavero, Eduardo Domínguez y José Antonio Gordillo- y 69 días después del anuncio de su llegada abandona Mareo para ser el segundo entrenador de la Ponferradina que entrena Bolo.

Pablo Lago, jugador rojiblanco entre 2004 y 2006, y que lleva desde 2009 en los banquillos -ha pasado por la cantera del Astur, Luarca, Langreo, Caudal, Avilés y Gimnástica-, antepone el gusanillo del banquillo al despacho. La proposición de un amigo suyo como Bolo, con el que jugó en el Rayo -donde subieron a Primera- y el Numancia, le hizo dudar, pero sus ganas de volver a trabajar en el fútbol profesional -ahora desde el banquillo-, le hicieron dar el sí ayer a la Ponferradina tras recibir el pasado martes la propuesta.

El Sporting anunció su incorporación a su organigrama de cantera el pasado 5 de junio, y con la peculiaridad de que también colaboraría en los despachos, donde ha trabajado desde entonces por las tardes en Mareo. La incertidumbre con el futuro del fútbol base y su inicio por el covid-19 impidió que pudiese empezar con el cadete A, donde le sustituirá Pablo Suárez, técnico de apoyo hasta ahora.

Su marcha ha sentado en el club como un golpe de los que duelen, pero que no dejan herida. "Es como cuando se tiene una casa ya amueblada a tu gusto propio para estrenar, pero se rompe un jarrón nada más entrar. Supone una tristeza momentánea, pero tienes toda la casa para ti y la ilusión por delante de vivirla", señalan. Incluso ven el salto de Pablo Lago como un motivo de satisfacción, el éxito de un entrenador que llegó a Mareo tras estar sin equipo y que ha dado el salto al fútbol profesional. El proyecto de la nueva dirección deportiva pierde una pieza en la que se habían puesto muchas expectativas, pero sin que fuese uno de los soportes claves. La marcha de Calleja, Clavero, Domínguez o Gordillo sí que hubiera supuesto un fuerte mazazo, cuentan desde el club.

En la decisión del técnico de Vegadeo también tuvieron peso dos situaciones. La primera, la cercanía de Ponferrada con la localidad del occidente de Asturias, donde reside su familia. Y la segunda, el temor de que el inicio del fútbol base se pueda retrasar hasta finales de año. Su inesperada marcha pilló por sorpresa en Mareo ya que se cae uno de los que era candidato a ser promocionado en un futuro al primer equipo. Samuel Baños, Sergio Sánchez y Caco Morán, los mejor situados, se quedan ahora con un adversario menos. Y Javi Rico, que asumió en mayo la dirección deportiva, pierde a una figura importante en su organigrama, sin apenas haberse rodado en el cargo. La Ponferradina ha trastocado los planes rojiblancos.

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