La pretemporada sportinguista va, poco a poco, y en la medida en que las restricciones sanitarias lo permiten, aumentando de nivel. Así el preparador físico Eduardo Domínguez quiso ayer poner a prueba la resistencia de los jugadores rojiblancos con la realización del "test de Course Navette", en el que los jugadores tienen que llegar a dos puntos marcados cada vez en menos tiempo, aumentando cada vez más el ritmo.

"¡Bien chavales!", se escuchó al preparador físico en varios momentos de la sesión, contento con el devenir de la misma. Domínguez estuvo muy encima de los jugadores, dándoles continuas indicaciones. "Id cambiando los giros para no cargar siempre la misma pierna", aconsejaba a uno de los grupos, a los que también pidió "aprovechar bien las pausas", ya que, adelantó, "a partir de ahora empieza ya a hacerse más exigente".

Los jugadores, que se entrenaron repartidos en varios campos de Mareo y está previsto que hoy vuelvan a someterse a las pruebas PCR. El extremo Álvaro Traver sigue al margen del grupo al dar positivo por coronavirus en las pruebas de la pasada semana.