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Tanteo a los descartes

Unai y Santana contactan con clubes de Segunda l El lateral del Sporting, al que ya puso Torrecilla en el mercado, quiere convencer a Gallego

Unai Medina, en un entrenamiento en Mareo. RSG

El Sporting se mantiene a la espera de avanzar tanto dentro como fuera del terreno de juego. El conjunto rojiblanco, que se sometió ayer a nuevos test del covid-19, espera a la autorización de La Liga para poder trabajar de forma colectiva en Mareo. Y mientras, en los despachos, el director deportivo rojiblanco sigue con la esperanza de agilizar la operación salida antes de que acabe el mes de agosto, ya que el escenario de plantarse en septiembre sin movimientos, dificultaría la operación salida. Por el momento, el club rojiblanco, que supera el tope salarial, y necesita efectuar salidas para poder fichar, trabaja en encontrar destino para los futbolistas descartados. Dos de ellos, Unai Medina y Santana, cuentan con el seguimiento de clubes de la categoría, y asumen que su futuro estará lejos de Mareo. No obstante, Unai, al que Miguel Torrecilla puso en el mercado en el pasado mes de enero, apura sus opciones de seguir y de intentar convencer a David Gallego, como ya sucedió con Djukic en el tramo final de la pasada temporada.

En el caso de Unai Medina, su contrato finaliza en el verano de 2022, por lo que restarían dos temporadas más de contrato, tras aterrizar en Gijón hace un año. No obstante, existe una cláusula por la que el Sporting podría poner fin a la vinculación el verano que viene. Unai Medina, aunque se encuentra trabajando en los primeros días junto a los jugadores del filial, y con los descartados del primer equipo -Neftali, Isma Cerro, Santana y Cordero- tiene la intención de convencer a Gallego para intentar quedarse. El jugador vasco, que ya se vio en una situación parecida el pasado mes de enero, cuando Miguel Torrecilla le situó en el mercado, se quedó en el Sporting y acabó convenciendo a Djukic, gozando de continuidad y minutos al volver el fútbol tras el parón, debido también a que Molinero pasó a jugar de central y Bogdan se encontraba lesionado.

Unai Medina, en aquel mercado de enero, también tuvo la opción de salir. Le llegaron ofertas de clubes de Segunda y el extranjero, pero al final se quedó en Gijón. Ahora, aunque por su cabeza pasa intentar quedarse, el jugador ya ha recibido del club la comunicación de que verían con buenos ojos una salida, y el jugador ya ha mantenido contactos con algunos clubes de Segunda, sin fructificar por el momento ninguno de esos acercamientos.

En una situación parecida se encuentra Santana, cuya salida también se antoja lenta, por la parálisis del mercado. El centrocampista canario, que afronta su último año de contrato, estuvo en la rampa de salida los últimos mercados, pero se resistió a salir. Ahora, tras un año en el que apenas tuvo minutos en Liga -apenas 38 dos encuentros-, Santana es consciente de que su etapa en Gijón ha llegado a su fin, y también ha mantenido algún contacto con clubes de la categoría. En este caso la dificultad radica en que, aunque se pacte una rescisión, el jugador deberá tener alguna proposición real para no quedarse un año en blanco y sin equipo.

Ese escenario, el poscovid, provoca que exista por un lado la incertidumbre del comienzo de Liga en Segunda B, lo que restaría pretendientes para jugadores como Neftali o Isma Cerro, y también hace que los jugadores tengan temor a cambiar de equipo sin unas garantías. La situación de otros veranos, de lograr la carta libertad, y después negociar el futuro, queda en esta ocasión descartada si no existe algo sólido detrás.

El Sporting tiene este curso además el problema de que necesita ingresar dinero de algún traspaso o aligerar su plantilla para adaptarse al tope salarial y poder fichar. Ayer, Gil Marín, consejero delegado del Atlético, desveló que hay 35 clubes que han superado el tope salarial. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió hace seis y cinco años, cuando al Sporting se le sancionó por parte de La Liga al no cumplir los parámetros económicos, en esta ocasión los efectos provocados por el covid-19 hacen que desde la patronal se adopte una postura más comprensiva, y que se permita al menos inscribir todos los jugadores que ya están en la plantilla, aunque no se autoricen refuerzos. "El Atlético de Madrid, como otros 34 clubes de los 42 que formamos La Liga, como consecuencia del impacto económico de la covid-19, estará por encima del límite del coste de plantilla que autoriza La Liga a través de su Control Económico. No habrá sanción deportiva y económica por estar excedidos al estar motivado por una causa de fuerza mayor, pero La Liga no registrará nuevos jugadores", señaló Gil Marín.

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