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La herencia envenenada de las renovaciones

El Sporting, con un tope salarial muy limitado, tendrá que buscar salida a jugadores clave con sueldos altos y contrato en vigor

Aitor García, durante un entrenamiento de esta pretemporada. RSG

El nuevo director deportivo rojiblanco Javi Rico se ha encontrado, a su llegada a Mareo, una herencia envenenada. En un año en el que en la parcela económica no hará falta calculadora, sino encaje de bolillos para cuadrar los números, sobre todo en lo que al tope salarial respecta, el nuevo director deportivo rojiblanco comienza la confección de la plantilla atado de manos y, casi, de pies.

La masa salarial rojiblanca está desbordada, en parte por las renovaciones firmadas a jugadores llamados a ser importantes en el equipo. A todos ellos, con los sueldos más altos de la plantilla, les restan aún varios años de contrato, con lo que buscarles una salida se antoja complicado a no ser que lleguen ofertas convincentes para futbolista y equipo.

Ya lo decía Diego Mariño esta misma semana: su cabeza está en Gijón pero es consciente de que la decisión última sobre su continuidad no recae sobre él, sino que dependerá de la situación económico-financiera del club. Que, por otro lado, no es muy boyante. El Sporting comenzará el curso con el presupuesto más bajo desde su llegada a Segunda División. Muy lejos de los recién descendidos y otros equipos con mucho más músculo financiero, como Almería.

Con todo, dentro del club se asume ya que la solución para que el presupuesto cuadre pasa por dar salida a algún jugador. Es la única opción para poder incorporar nuevos fichajes. Futbolistas como Hernán Santana, Unai Medina, Cordero, Traver o Isma Cerro parecen no contar para un David Gallego que tendrá hoy su primera oportunidad de verlos en acción.

Pero podrían no ser los únicos con la puerta de salida abierta. Los dirigentes rojiblancos son conscientes de que es posible que no puedan mantener al completo la espina dorsal del equipo. Así, jugadores a priori fundamentales en el proyecto deportivo como Diego Mariño y Aitor García (Pichichi el pasado año con 7 goles) podrían tener que poner rumbo fuera de Mareo.

De hecho, Aitor García es uno de los jugadores con más cartel dentro del club. "Los goles son los goles. Y la calidad, la calidad", remarcaban ayer desde su entorno, dejando claro que novias no le van a faltar. Algunas ya han comenzado a quitarse el velo y, con ello, a tantear el terreno. El atacante andaluz tiene sobre la mesa ofertas de varios clubes de Primera División y la zona noble -económica y deportiva- de Segunda. Es uno de los que más papeletas tiene para salir.

Pero tampoco se puede descartar otro tipo de salidas: las de jugadores que económicamente ocupan los primeros puestos de la plantilla y a los que aún restan varios años de contrato. Es el caso, por ejemplo, de Álvaro Vázquez. Al delantero, que llegó libre al Sporting y le quedan dos temporadas más de unión contractual, se le presupone uno de los sueldos más altos del equipo. Su rendimiento deportivo no ha terminado de convencer a la parroquia gijonesa y podría ser una de las opciones más evidentes para rebajar masa salarial.

Otro caso es el de Carmona. Al atacante balear, otro de los más acomodados económicamente dentro de la plantilla, le resta un año más de contrato, prorrogable a otra temporada más si llega a los 20 partidos. Desde el club apuntaban a él como una de las opciones más claras para salir, pero Carmona quiere seguir en Gijón y cumplir su contrato. Además, desde su entorno más cercano recuerdan que el balear dejó pasar varios trenes en Primera, rebajándose el sueldo a petición del club para seguir en el Sporting. Un favor que esperan que sea devuelto.

Situación similar es la de Babin. Al central, fundamental en lo deportivo, le restan dos años de contrato. Los mismos que a Uros Djurdjevic, otro de los sueldos más altos de la actual plantilla sportinguista, conformada en su totalidad por el anterior equipo de la dirección deportiva.

La situación sportinguista, no obstante, no es algo extraño, sino que, como adelantó Gil Marín esta misma semana, 34 de los 42 equipos del fútbol profesional español exceden el tope salarial. Sin embargo, debido a las circunstancias excepcionales derivadas de la pandemia del coronavirus, se espera que las autoridades de control económico levanten la mano en este sentido, y no impongan sanciones como las que sufrió el Sporting esta misma década. La previsión es que se permita inscribir a todos los jugadores de la actual plantilla, aunque no a nuevos fichajes si antes no hay salidas. La fórmula para superar la situación la conoce bien el Sporting, la misma que hizo hace seis temporadas: mirar a la cantera.

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