En ataque, laterales abiertos y profundos, permitiendo volcar el juego por las bandas buscando superioridades y la utilización de un mediocentro incrustado entre los centrales para sacar el balón jugado. En defensa, líneas muy juntas achicando espacios y presión intensa tras pérdida, para poder robar y realizar transiciones rápidas. Estas son las líneas maestras que quiere David Gallego, el nuevo entrenador del Sporting, para su equipo. Así se pudo descubrir ayer en el primer partidillo del equipo este verano, en el que se enfrentaron entre sí dos equipos conformados con los jugadores que conforman la pretemporada rojiblanca. El encuentro acabó 2-2, con goles de Gragera -un fuerte zapatazo desde más de 30 metros- y Pedro Díaz -tras una gran pared con Manu García- para el equipo verde y de Carmona -aprovechando un balón muerto en el área tras un córner- y Álvaro Vázquez -de penalti- para el equipo rojiblanco. El marcador final, no obstante, fue lo de menos. Lo importante fue ver cómo los primeros conceptos de Gallego, sobre todo defensivos, van calando en unos jugadores que mostraron una intensidad alta para llevar apenas un puñado de entrenamientos conjuntos.
"Me quedan sensaciones positivas", remarcó el entrenador de Suria tras el partido, "cuando no hay puntos en juego, todo lo que se ve es productivo, porque ves tanto dónde estás como qué hay que mejorar". En ese sentido, el preparador rojiblanco no ocultó que "aún estamos lejos" de la versión del Sporting que quiere imponer. Sobre todo porque es el primer partido de pretemporada y porque "hemos entrenado poco a nivel colectivo", a causa de las restricciones sanitarias por la pandemia del coronavirus.
No obstante, Gallego se fue con buen sabor de boca, hasta el punto de que hoy dio a los jugadores el día libre "para que recuperen y descansen para volver a tope la semana que viene". El entrenador se mostró "muy satisfecho" con "la actitud" de sus jugadores en pretemporada. "No se les puede reprochar nada, están absorbiendo todo", remarcó.
En parte también por la intensidad que Gallego mete a cada entrenamiento. No se había llegado a los primeros diez minutos de partido ayer cuando ya paró el encuentro para dar indicaciones desde dentro del terreno de juego. Una tónica que se repitió un puñado de veces, con mano dura cuando era necesario. "Son formas de dirigir, hay otros entrenadores que observan más o están más quietos, pero yo estoy más metido en el entrenamiento, corrigiendo inmediatamente, porque así al jugador le llega mejor el concepto", enfatizó.
Una sesión como la de ayer "me enriquece mucho, porque sé dónde tengo que trabajar más la semana que viene", explicó el míster catalán, que remarcó que "vamos cogiendo ritmo competitivo, con esfuerzos reales. A nivel condicional era un día muy bueno para valorar", asegurando que "vamos a ir regulando los esfuerzos a medida que vaya avanzando la pretemporada, aumentando los minutos de los jugadores y logrando que todos se acerquen a la misma cifra".
Para Gallego, ayer eran especialmente importantes los conceptos a nivel defensivo, explicitando que "para competir en Segunda División hay que tenerlos muy claros". En este sentido, por ejemplo, adelantó que "la línea defensiva estará alta si presionamos arriba" y lo más importante: "queremos que el equipo se mantenga siempre muy junto, desplazándose juntos".
Precisamente, debido a ese énfasis en el aspecto defensivo, el entrenador rojiblanco dejó claro que "me hubiera gustado que el partido hubiera acabado 0-0", pero incidiendo en que "los marcadores no son importantes", aunque "los buenos resultados refuerzan la idea y yo soy muy competitivo y no regalo nada".
Para Gallego, lo más importante es "que el equipo tenga claro a lo que vamos a jugar el primer partido". No obstante, y pese al buen partido de algunos jugadores, sobre todo los más jóvenes que están trabajando para conseguir un puesto en el primer equipo sportinguista la próxima temporada, el entrenador adelantó que no le gusta individualizar sus valoraciones. "No me veréis nunca hablar de ningún jugador en concreto, porque un jugador está bien si los demás acompañan, siempre necesita los otros diez", zanjó.
