Hasta el minuto 71 del partido que enfrentaba al debutante en la categoría, el FC Cartagena, y al Real Sporting de Gijón, el encuentro había transcurrido entre bostezos en el clásico partido de Segunda, donde el 'cerocerismo' a todo o a nada, es lo habitual. Son choques que para el espectador pueden resultar insoportables, si no fuese porque es su equipo uno de los dos contendientes sobre el césped. De lo contrario, no aguantarían ni diez minutos sin cambiar de canal.

Pero fue en ese minuto 71 cuando el flamante entrenador rojiblanco, optó por realizar su segundo cambio, dando entrada a un Pedro Díaz que no había podido ser titular después de haber pasado la semana entre algodones. En su lugar lo había sido otro guaje de la cantera, Gragera, formando así este pareja de mano con Javi Fuego, que fue a la postre el elegido para irse al banquillo. El poleso sigue cumpliendo, pero sin más.

Prácticamente fue entrar al campo Pedro y botar una falta como solo los jugadores dotados de un gran talento innato son capaces de ejecutar, para que Gragera entrando desde atrás y sorprendiendo a toda la defensa local, cabeceó con milimétrica precisión al segundo palo, fuera del alcance del meta Marc Martínez.

A partir de ese tanto y de ponerse por delante en el marcador, el Sporting barrió a un rival que hasta ese momento le había jugado de tú a tú, disponiendo de ocasiones para haber marcado, como en otro cabezazo, en esta ocasión de De la Bella cuando corría el minuto 34, y que salvó milagrosamente Mariño con una intervención marca de la casa. Antes, en el minuto 25, un grave error de Babin en un pase horizontal, a punto estuvo de ser aprovechado por un avispado Simón.

No fueron las únicas oportunidades que tuvo el Cartagena en una primera parte donde fue superior al Sporting y en la que Carrasquilla fue una continua pesadilla para los rojiblancos, quienes como sucediera ante el Logroñés, apenas conseguían darle profundidad a su juego, con Gaspar y especialmente Aitor, sin inquietar a los locales por sus respectivas banda. El onubese fue aun así de menos a más con el transcurrir de los minutos.

Poco antes del descanso, los locales reclamaron una caída dentro del área, con Javi Fuego de por medio. Por fortuna (y justicia), en esta ocasión el VAR sentenció a favor de los sportinguistas.

Tras el paso por los vestuarios, el partido transcurría por los mismos derroteros, hasta que David Gallego se decidió a mover ficha en el minuto 57, entrando Carmona por Gaspar. El mallorquín en el tiempo que dispuso, demostró su profesionalidad, cuajando una buena actuación, sin que las intenciones del club sobre su continuidad le pesaran en las piernas.

Poco después de esta sustitución llegó la primera clarísima ocasión para el Sporting, cuando una prolongación de cabeza por parte de Aitor, dejó a Uros encarando sólo con el balón controlado hacia el área del Cartagena, finalizando la jugada con un remate increíblemente defectuoso.

El jugador balcánico, muy activo como siempre en tareas de presión y al que hay que poner en su haber la expulsión del capitán cartaginés, por una doble amarilla, sigue no obstante y a pesar de su gol en el primer partido, creando serias dudas sobre si es ese delantero centro que necesita este equipo si quiere aspirar a algo más que la permanencia.

Gracias al cielo y a San Quini, no hubo que lamentar semejante fallo, gracias a ese segundo cambio ya reseñado, y que desequilibró definitivamente la balanza. Fue a partir de ahí cuando se vio al mejor Sporting en lo poco que va de competición, con numerosas llegadas y ocasiones para haber logrado un marcador más abultado. El propio Gragera pudo haber firmado un doblete, de haber atinado en otro testarazo a la salida de un corner en el minuto 80, pero que en esta ocasión se le fue alto.

Parece más que evidente que la pareja titular en el centro del campo de este nuevo Real Sporting, ha de ser sí o sí, la formada por Pedro Díaz y José Gragera. Dos guajes 'made in Mareo', que vuelven a dar la razón a quienes no ven posibilidad de éxito a ningún proyecto que le dé la espalda a la esencia de este club centenario. Son dos guajes a los que les une un mismo destino: triunfar en Primera. Lo único que pediría además la parroquia sportinguista, es que fuese con su equipo de toda la vida.

Si en el primer partido liguero, David Gallego sólo había realizado dos cambios, en este realizó un tercero, aunque Pablo Pérez apenas dispusiera de cinco minutos, sustitiyendo a un Manu García del que siempre hay que esperar más. La calidad que atesora casi se lo exige.

Sin ningún susto para Mariño digno de reseñar y con la tranquilidad de la que ya quisiera siempre disfurtar el aficionado rojiblanco a pesar de lo exiguo del resultado, se llegó al final del partido, consiguiendo de este modo el Sporting sumar su segunda victoria consecutiva y situarse con seis puntos como colíder de la categoría.

No obstante, conviene no echar ni mucho menos las campanas al vuelo, recordando en primer lugar que se han ganado dos partidos por la mínima frente a dos recién ascendidos a la categoría. Y si bien es cierto que en pasadas temporadas, estos partidos solían acabar en tragedia para el sportinguismo, lo más importante es que estos seis puntos servirán para dar tranquilidad al vestuario y a la afición. Y de paso para seguir confiando en estos guajes que a falta de fichajes, están dando la cara y cumpliendo por ahora con creces.

La cuestión siguiente será ver cómo mejora el juego colectivo la inclusión en el once del recién llegado Cumic. Y si finalmente se lograr pescar en el mercado a un mirlo blanco con el nueve a la espada. Hasta entonces, lo único que se puede afirmar es que el Sporting va por el buen camino para lograr el que sería su objetivo realista. No hace falta ni escribirlo.

En todo caso este próximo sábado y ante un rival ya de la entidad del Girona, tendremos una buena piedra de choque para comprobar de qué pasta está hecho este equipo.

Post Scriptum: que Alvaro Vázquez no haya dispuesto de un solo minuto ante el Cartagena, parece indicar que no es Carmona el único jugador de cuya ficha quisiera librarse el club para disponer de mayor masa salarial. ¿De verdad acierta con esa decisión?