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El Sporting está más cómodo sin balón

Los gijoneses, penúltimos en posesión en la Liga, alcanzaron el 66% durante el derbi

608 pases dio el Sporting durante el derbi. Exactamente el doble que los invertidos por el Oviedo. La estadística, tantas veces mentirosa, habla de un equipo, el rojiblanco, dueño del balón, con un 66,6% de la posesión, el máximo que ha alcanzado esta temporada. La trampa estuvo ahí. Ni el dominio se tradujo en el resultado, ni el equipo estaba acostumbrado a gestionarlo. Más bien todo lo contrario. El conjunto de David Gallego llegó al Tartiere como líder de la categoría siendo el mejor gestionado estando por debajo de sus rivales en cifras de posesión. Tras el duelo regional, los rojiblancos se sitúan como el segundo equipo con menos porcentaje de balón de toda la categoría, solamente por delante de, curiosamente, el Oviedo del Cuco.

La victoria azul subrayó cuentas pendientes más allá de las del significado de todo duelo regional. Además de la de rentabilizar el balón, la de la capacidad del Sporting para sobreponerse a un resultado adverso. Nunca lo hizo el conjunto gijonés la pasada campaña, tampoco en el primer reto en la presente, el visto sobre el césped del Carlos Tartiere. La sensación de que los de Gallego le iban a meter mano al partido, a partir del tanto de Tejera de penalti, no se vio cercana, como tampoco fue habitual ver a los delanteros rojiblancos pisar el área azul. Mejorar los conceptos en ataque es un deber asumido desde pretemporada que el cuerpo técnico ve en proceso de mejora.

Las debilidades no ocultan los mayúsculos números del equipo en otras facetas del juego como la defensiva. El Sporting está al ritmo de dos proyectos millonarios como los de dos de los recién descendidos. Mientras el Espanyol se mantiene como el único equipo de la categoría que no ha recibido ni un solo gol, el Mallorca comparte con los gijoneses haber recibido un único tanto en las cinco jornadas que van de competición. En el caso del cuadro dirigido por David Gallego, la acción que rompió con la imbatibilidad de Diego Mariño llegó desde el punto de penalti. Poco más concedieron los gijoneses en el derbi, manteniendo la tónica de jornadas anteriores.

Entre los nombres propios del Sporting durante el duelo ante el Oviedo, Manu García brilló por encima del resto de sus compañeros en el que pudo ser el encuentro en el que estuvo más activo de la presente campaña. El rojiblanco fue el jugador más vertical en un ataque en el que le ganó la partida en varias ocasiones a Lucas, apoyándose en recursos técnicos como la ruleta y el caño. Los siete regates completados de los nueve intentos son reflejo estadístico de su vocación por romper las férreas líneas defensivas azules. Él fue también uno de los focos de las faltas del conjunto carbayón, sufriendo cuatro de las trece cometidas por el equipo del Cuco.

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