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"Ojo con Manu García, ojo con Manu García"

El singular seguimiento del asistente del Tenerife al rojiblanco

Manu García, rodeado de jugadores del Girona. JUAN PLAZA

Estar en El Molinón sentado a cuatro metros de una persona que sigue el partido comentando cada detalle en voz alta y eleva el tono a poco que la jugada gane en transcendencia puede resultar molesto. Mucho más en tiempos en los que el fútbol se vive en los estadios entre grandes silencios. Cuando la persona que está a tu lado resulta ser Maykel Marcos, asistente del entrenador del Tenerife, y te das cuenta de que sus continuos comentarios llegan directamente al banquillo visitante a través de unos auriculares tipo airpods por los que conversa con el segundo técnico chicharrero, es interesante. Muy interesante.

La preocupación de los rivales tiene nombre y apellido: Manu García. Su nombre estuvo en boca del asistente del Tenerife constantemente. Maykel, situado junto a las cabinas de prensa, en la zona más alta de la Tribunona, se encargó de describir al banquillo del Tenerife movimientos y detalles tácticos del Sporting aprovechando el tener una perspectiva más amplia respecto a los que siguen el partido a ras de hierba. Junto a él, sin despegar la mirada de su ordenador, Carlos Rodríguez, analista tinerfeñista. El primer objetivo era ayudar a buscar huecos entre el entramado defensivo rojiblanco. "Quieren que ataquemos por el pasillo central, no podemos caer en eso, hay que moverlos. Los vamos a acabar pillando", repetía. "Cumic no salta a la presión, hay que seguir intentándolo", lamentaba cuando los centrales conducían el balón para intentar atraer al serbio y romper así una línea de presión, dejando a los laterales visitantes en superioridad por banda. Cumic nunca "saltó" y la seriedad defensiva del Sporting desesperaba al Tenerife. "Vamos, niños, vamos", animaba.

"Ojo con Manu García, ojo con Manu García. Atentos a las vigilancias defensivas", repetía Maykel todavía cuando el Tenerife tenía el balón, alertando de que alguno de los suyos tenía que estar cerca para que, una vez que el Sporting recuperase la posesión, no fuera fácil encontrarle. Sus avisos, con Djuka también entre los hombres a seguir "porque siempre se la dan para descargar", no sirvieron para evitar que el Sporting se pusiera por delante en el marcador. En una de las pérdidas del Tenerife, el balón llegó a Manu García con tiempo suficiente para que pensase y armara el contragolpe buscando a Nacho Méndez al espacio. El siguiente movimiento fue para ver a Pedro pisando área y marcando. No hubo reproches a través de los auriculares de Maykel. Sí gritos, minutos más tarde, pero para celebrar el tanto del empate, obra de Zarfino. "¡Qué golazo!", exclamó. Esta vez sí hubo quien le mandó callar. Desde un poco más abajo, en la zona en la que estaban ubicados los futbolistas del Sporting que se habían quedado fuera de la convocatoria, se oyó bien alto: "Silencio". Y entonces Maykel calló.

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