El Sporting aterrizaba en Málaga con la firme intención de volver a la senda de la victoria, después de la derrota en derbi y el empate en casa ante el Tenerife. En juego estaba el volver al coliderato. Entre ambos equipos, tan solo tres puntos.

Como era de prever y ante la acumulación de partidos, David Gallego introdujo en el once inicial algunos cambios con respecto al del último encuentro. Empezando por la defensa, donde volvía tras su lesión Babin, al que se unía Guille Rosas en el lateral derecho, quedando Bogdan en el banquillo. Repetían Borja López y Saúl García.

En el centro del campo Aitor y Gragera entraban de mano, acompañando a Pedro Díaz y Cumic. Le tocaba descanso así pues a Javi Fuego. Sin novedades en la media punta, propiedad de la perla de Mareo, Manu García, en el puesto de delantero centro titular volvió a repetir también Uros, indiscutible para el entrenador catalán desde el inicio de la temporada.

Vestido otra vez de un violeta que en las pantallas de televisión se asemeja más a un azul, el Sporting fue el primero en acercarse al área rival, con una internada por banda derecha de Uros, que acabó en un centro sin nadie que llegase al remate.

Sin embargo, la vuelta de Aitor a la banda izquierda, inconscientemente llevaba al conjunto sportinguista a buscar al habilidoso interior onubense, aún sin estrenarse como goleador en la presente campaña.

Pero fue Cumic en el minuto siete quien perforó la portería del Málaga en posición clara de fuera de juego. Pero al menos demostró con ello que su mirilla no está para nada desajustada. Avisado quedaba el cuadro andaluz.

Siguieron minutos de tanteo, con ambos equipos tratando de hacerse con el control del partido por momentos, y en otros, dejando que fuese su rival quien lo hiciese para buscar alguna contra. Transcurrió así el primer cuarto de hora sin grandes ocasiones, más allá del gol del Sporting correctamente anulado.

La primera tarjeta amarilla, cómo no, fue para el Sporting, concretamente para Cumic, en una entrada con la plancha por delante en el minuto 18.

El jarro de agua fría llegó en el minuto 21, un centro sin apenas oposición por banda derecha, fue conectado a la perfección por Yanis Rahmani, con un gran remate de cabeza que hizo inútil la estirada de Mariño. Golazo para los andaluces.

Con el marcador en contra, le tocaba al Sporting lo que tan mal se le lleva dando en los últimos tiempos: remontar o igualar al menos un resultado adverso. Para ello lo que estaba claro es que debería dejar tan previsible en su juego de ataque como lo llevaba siendo hasta el momento. La actitud al menos era la correcta.

La tuvo Aitor en el minuto 36, en un muy buen centro de Saúl García, yéndose el remate fuera por muy poco. Lástima porque el Sporting lo estaba haciendo bastante bien.

Un disparo de Manu García desde fuera del área y que no encontró puerta, fue lo más reseñable hasta el descanso. El Sporting no encontró así premio a su búsqueda del empate.

Con la victoria por la mínima del Málaga se llegó al descanso, con una sensación agridulce para los sportinguistas, que prácticamente encajaron el gol en contra en la única aproximación con peligro de los locales. Pero así es esta Segunda.

Transcurridos cuatro minutos se produjo el primer cambio en el Sporting, yéndose al banquillo Cumic y entrando por él Gaspar. En realidad el jugador serbio se fue a directo a los vestuarios, mostrando un notable cabreo por la sustitución.

Un pase de Manu García para Gaspar en el minuto 54, fue finalizado por el canterano con un ajustado disparo que se encontró con el palo. El Sporting estaba haciendo méritos más que sobrados para ir como mínimo con un empate en el marcador.

Una buena combinación del Sporting, al borde del área malacitana en el minuto 56 con Manu García sirviendo espléndidamente para Aitor García, acabó con el balón en la red. La jugada inevitablemente debía ser revisada por el VAR porque la posición de Aitor era muy ajustada. Previamente el balón había rebotado además en el codo de un defensor local sacando el brazo para interceptar el pase.

Tras varios minutos revisándose la acción, el colegiado navarro Prieto Iglesias a instancias del VAR y sin acudir en persona a visionar la dichosa línea, señaló posición ilegal del interior sportinguista. La polémica quedaba servida y una vez más, el VAR volvía a darle la espalda al Real Sporting. Parece que hay líneas que en ocasiones se tuercen hacia un lado u otro dependiendo quien dirige la escuadra y el cartabón.

En el minuto 63 llegó el segundo cambio del Sporting, entrando Nacho Méndez y retirándose Pedro Díaz, en una clara rotación por parte de David Gallego, para dosificar los minutos de sus jugadores.

Con veinticinco minutos por delante el cuadro gijonés seguía intentándolo con persistencia y sentido, y con cada vez más efectivos en zona ofensiva. Otra vez Aitor fue protagonista de un buen remate que rozó el poste izquierdo de la portería de Barrio, siendo señalada no obstante la acción con un fuera de juego que no era. Queda la duda de qué hubiera pasado si el balón hubiese entrado. ¿Habría cambiado la perspectiva de la línea?

Pasaban los minutos y al entrenador local, Sergio Pellicer, se le veía en banda cada vez más preocupado por el acoso sportinguista. Vio así cómo en el minuto 78, Uros remató defectuosamente de cabeza, de espaldas a la portería del Málaga. La impresión fue que podía haber resuelto de mejor manera. Tercera jornada en blanco para el balcánico.

En el minuto 80 David Gallego introdujo el tercer cambio (y con ello el último, renunciando con ello a otros dos), sustituyendo a Aitor por Alvaro Vázquez. Estaba claro que había que ir a por el empate con todo y que daba igual perder por uno que por dos.

Los últimos minutos fueron un constante querer pero no poder del Sporting, con David Gallego desgañitándose desde su parcela al borde del campo. Una lástima que justo en el mejor partido probablemente de los de ‘morado’ (junto con la segunda parte ante el Girona), el equipo se fuese de vacío, en lo que puede considerarse un excesivo castigo. Pero en esta Segunda la falta de acierto o decisiones arbitrales más que discutibles, se pagan con sangre.

Nada menos que fueron seis los minutos de prolongación concedidos por el árbitro Iglesias, en gran parte debidos al parón en la jugada del gol anulado a Aitor. Pero las fuerzas y las ideas cada vez eran menores para los sportinguistas. De hecho salvó San Mariño la sentencia, en un pérdida de Gragera producto precisamente del cansancio acumulado, que salvó el cancerbero gallego con una espectacular mano en un uno contra uno en segundo minuto de añadido. Mariño se desesperaba a posteriori, viendo cómo los suyos parecían por momento incapaces de aproximarse ya al área contraria.

La penúltima acción para el Sporting la tuvo Uros en una falta botada a escasos metros del área andaluza, que se fue arriba tras el rechace de un jugador presente en la barrera. La última fue el consiguiente saque de esquina, con Mariño intentado el gol imposible. La jugada finalizó sin embargo con tarjeta amarilla para Uros.

Con un solo punto de los nueve posibles en los últimos tres partidos, el Sporting queda no obstante merced a sus 13 puntos (los mismos que alcanza el Málaga), cuarto en la clasificación y a solo tres del líder: el favorito a priori, Espanyol de Barcelona. Pero sobre todo dejando buenas sensaciones a pesar de una derrota que podría calificarse como injusta. Pero en el fútbol ya se sabe que la única justicia que manda es la que dicta el resultado final.

De lo malo los de Gallego tienen ya este próximo domingo a las cuatro de la tarde, la posibilidad para resarcirse de esta segunda derrota de la temporada. Enfrente una Ponferradina que tras su victoria ante el Tenerife (con el uno a cero tan clásico en esta categoría), llegará a la vera del río Piles a un solo punto de los rojiblancos. Mayor igualdad imposible. Pero el Sporting debería evitar dejar escapar más puntos, si no quiere entrar en lo que sería la primera mini crisis en la presente competición. Por el juego demostrado ante el Málaga, tiene mimbres para evitarlo.

Post Scriptum: el nombramiento del Presidente del Real Sporting SAD como Vicepresidente de la Liga, es de esperar que de algún modo pueda beneficiar a la entidad sportinguista. ¿O tampoco? Viendo los horarios, de momento no es que haya notado en exceso.