El Real Sporting regresaba a El Molinón Enrique Castro 'Quini' después de su derrota por la mínima en Málaga, con la intención clara de volver a la senda de la victoria, tras tres partidos consecutivos sin sumar los tres puntos, si bien en la última jornada la imagen ofrecida por el equipo de David Gallego, polémicas arbitrales aparte, había sido bastante positiva.

Para la cita ante la Ponferradina, el rival que en esta ocasión se presentaba a la ribera del río Piles y a solo un punto de los de David Gallego, este tan solo realizó dos cambios con respecto al once titular que cayera injustamente en tierras andaluzas. El entrenador catalán introdujo así a Pablo García por Saúl en defensa, mientras que Nacho Méndez entraba por Pedro Díaz. El esquema táctico, el mismo que lleva utilizando el Sporting en toda la competición.

No tardó ni un minuto el Sporting en realizar su primer disparo a puerta, con un lanzamiento desde lejos de Gragera, buscando sorprender a Caro, el guardameta del cuadro berciano.

Un buen centro desde su banda por parte de Pablo García en el minuto 6, muy activo desde el inicio, fue rematado fuera por Uros, quien no acertó del todo con su testarazo. No es uno de los fuertes del serbio el juego aéreo.

En el minuto 10 Erik Morán, dejó patente una vez más, cómo los rivales del Sporting le tienen tomada la matrícula a la perla de Mareo, Manu García. Su dura entrada sobre el mediapunta rojiblanco, no fue sancionado siquiera como falta. Apenas un par de minutos después, fue Nacho Méndez quien sufrió en sus carnes la agresividad de los visitantes en una disputa por alto.

Con la Ponferradina presionando arriba, el Sporting buscaba igualmente salir con el balón jugado desde atrás. Sin embargo, el primer palo para los sportinguistas llegó en el minuto 16, cuando un inocente derribo dentro del área por parte de Nacho Méndez, provocó el penalti a favor de la Ponferradina. El lanzamiento de Pablo Valcarce centrado, fue desviado por los pies de Mariño, pero ningún jugador rojiblanco estuvo más listo que Kaxe, quien se encontró con el rechace en sus pies, rematando a placer con Mariño aún en el suelo. En las repeticiones la posición del delantero vasco, cuando su compañero efectúa el lanzamiento, generó dudas más que razonables sobre su legalidad. El VAR se dio mus. Las escuadras y cartabones para trazar líneas se reservan para otras ocasiones, por lo que se ve.

Quedaba todo un mundo por delante, pero con el estigma de un equipo que en esta y en la anterior temporada, nunca fue capaz de remontar, tocaba casi apelar a la heroica, por más que esto pudiera sonar exagerado con un resultado mínimo en contra y con setenta minutos por disputarse.

Tardó el Sporting en reponerse del jarro de agua fría y no fue hasta el minuto 22, cuando Aitor, quizás pecando de egoísmo, buscó el remate desde fuera del área grande, yéndose su disparo muy lejos de la portería de Caro. No estaba cómodo el Sporting y se mostraba un tanto nervioso y dubitativo en defensa.

Muestra de ello fue la tarjeta recibida en el minuto 25 por Guille Rosas, tras un agarrón en parte precipatado, para evitar una contra en el centro del campo, después de una pérdida absurda en ataque por parte de los sportinguistas.

Transcurrida la primera media hora de juego, el partido no pintaba nada bien para los de David Gallego, con la Ponferradina bien ordenada atrás, impidiendo el ataque fluido de los rojiblancos, sin prácticamente llegadas al área rival y sin ninguna ocasión digna de mención.

En el minuto 35, el árbitro cántabro López Toca no mantuvo el mismo criterio que el que había aplicado con Guille Rosas, a la hora de sancionar un derribo sobre Nacho Méndez en el centro del campo, impidiendo la progresión del centrocampista de Luanco. Todo suma o todo resta, según se mire.

El Sporting muy impreciso durante todo el primer tiempo, especialmente en las proximidades del área de la Ponfe, lo intentaba de manera muy previsible, con Cumic muy desaparecido en los primeros cuarenta y cinco minutos. Con todo, el serbio tuvo su ocasión en un buen centro de Guille en el minuto 40, pero que el balcánico remató de cabeza defectuosamente. En cuanto a la única referencia en ataque, Uros, tuvo en sus botas el empate en el 44, después de un gran servicio por parte de Pablo García, pero que el serbio falló estrepitosamente a puerta vacía, solo en el segundo palo, sentándose prácticamente sobre el balón en lugar de golpear este. Imperdonable.

Se alcanzaba el descanso de este modo con la victoria por la mínima por parte de los visitantes, y con la impresión de que el Sporting podía hacer mucho más a poco que le metiese un poco más de sentido a su juego. Y sobre todo que no fallase en las ocasiones que dispusiera.

Sin cambios en ninguno de los dos equipos, se reanudó el partido. La afición sportinguista se preguntaba cuánto tiempo habría de trasnscurrir hasta que David Gallego optase por pasar al Plan B, con al menos dos puntas arriba.

Salió el Sporting decido a meter a la Ponferradina en su área, con un primer disparo de Manu García desde el borde del área, cuando corría el minuto 49. El tiro, centrado, no ofreció dificultad a Caro.

La Ponferradina poco a poco fue sin embargo recuperando el control del balón, jugando en campo contrario y resistiéndose a ser dominado.

En el minuto 54 una internada de los bercianos por banda izquierda estuvo a punto de costarle un disgusto a la zaga sportinguistas, con un remate claro por parte de Juergen, que por fortuna se encontró con una pierna entre tanto jugador dentro del área.

Un minuto después David Gallego realizó sus dos primeros cambios, yéndose a la ducha un impreciso Nacho Méndez (desafortunado en la acción del penalti) y un Aitor García que por momentos pareció querer hacer la guerra por su cuenta. El interior onubense demostró con aspavientos su disgusto por la sustitución. En su lugar entraron Pedro Díaz y Gaspar. Posición por posición, el Sporting seguía por tanto con un único delantero.

En el minuto 61, en una jugada aislada, Cumic se desmarcó con efectividad, recibiendo dentro del área. Caro respondió con una salida valiente y con mucho riesgo de cometer penalti, que acabó con el balón a los pies de Uros, quien resolvió inocentemente.

La ocasión pareció darle alas al Sporting, que durante algunos minutos volvió a tomarle el pulso al partido. Llegó así el empate en el minuto 66 con un golazo de Manu García, quien recibió en banda lejos del área, pero que se sirvió y bastó para entrar como un cuchillo en mantequilla entre la defensa berciana, finalizando con un potente disparo con su pierna derecha, imposible de detener por parte de Caro.

Tras el empate el Sporting recuperó la confianza perdida en sus posibilidades de remontar un resultado adverso, yéndose de manera descarada a por el segundo tanto. Por llegadas lo empezaba a merecer.

En el minuto 72 y en el enésimo buen centro de Pablo García, al que no llegó Uros, Cumic fue quien acabó por recibir el balón, disparando con su pierna mala a las manos de Caro. El interior serbio parecía mucho más entonado en esta segunda parte. La aportación tanto de Pedro como de Gaspar había sido de lo más positiva para el cambio en la imagen ofrecida por el Sporting.

Fue precisamente Gaspar en el 74 quien puso a prueba de nuevo a Caro, con un disparo seco, que el guardameta de la Ponferradina pudo atrapar, no sin cierta dificultad. El portero tuvo que ser atendido posteriormente por unas molestias, que dieron más bien la sensación de ser un modo de intentar parar el partido.

La Ponferradina, gracias a los cambios introducidos por su entrenador, el ex futbolista Jon Pérez 'Bolo', volvió a subir líneas en su presión, respondiendo de esta manera al asedio gijonés.

Hubo que esperar hasta el minuto 83 para que David Gallego se jugase el todo por el todo, al introducir a Alvaro Vázquez por Cumic. El Sporting afrontaba los últimos minutos con dos delanteros.

Sólo tres minutos después, el cambio le dio la razón al entrenador sportinguista, gracias a una milimétrica asistencia de Manu García, otra vez él, para Uros, quien fue incapaz de superar a Caro, con todo a su favor. Por fortuna, ahí estaba a la caza del rechace el 'lobo' Alvaro Vázquez, quien no perdonó el caramelo. Balón al fondo de las mallas y el Sporting lograba lo que parecía imposible: remontar un resultado en contra.

De ahí al final no faltó la parada salvadora de San Mariño, en respuesta a una falta botada al borde del área por Manu Hernando en el minuto 89.

David Gallego, ya en la prolongación, realizó el cuarto cambio, sustituyendo a un muy desafortunado Uros, entrándose en su lugar Pablo Pérez. El partido estaba casi resuelto.

Victoria importantísima por tanto para el Sporting, que por primera vez en mucho tiempo, supo remar a contracorriente, gracias sobre todo a un Manu García imperial en su posición de mediapunta.

Con ello, los de David Gallego se van hasta los 16 puntos. Siendo ahora mismo lo de menos la posición en la tabla clasificatoria, lo más importante son las sensaciones que va transmitiendo este equipo, a pesar de que durante el primer tiempo en este caso, no estuviera muy acertado.

Pero no habrá tiempo para muchas celebraciones, pues ya este jueves habrá que volver a pelear por otros tres puntos. Será en Alcorcón, en un horario de lo más extraño: las cuatro y media de la tarde. Cosas de la 'nueva normalidad'.

Post Scriptum: con la más que improbable vuelta a los estadios a corto plazo, ¿se plantea siquiera el club como cada año, su navideña campaña de nuevas altas de cara a la segunda vuelta?