El 15 de diciembre de 2019 Fernando Somolinos (Gijón, 2002) disfrutaba de un partido feliz. Marcar siempre es motivo de celebración para un central. Lo consiguió antes del descanso, con un tanto de cabeza, que hacía el 3-0 para el Sporting de División de Honor Juvenil ante el Racing de Ferrol. Pero en el descanso empezó a sentirse mal. Le dolía un ojo y tenía algún mareo. Fue sustituido y Pedro, el fisio del Sporting, decidió que era mejor que fuese al Hospital de Cabueñes. Le llevó Manolo Sánchez Murias, director de la Escuela de Fútbol Mareo. Nadie esperaba que aquel momento fuese su último partido de rojiblanco y que iba a iniciar una batalla para volver a disfrutar de la vida y del fútbol. Se le hicieron más pruebas y se le detectó una lesión quística en la cabeza. Después de diez meses de seguimiento y control, mañana le tocará operarse en el HUCA de esa dolencia. Ayer, en El Molinón, la plantilla del Sporting tuvo un bonito gesto hacia él posando antes del partido con camisetas para mandarle ánimo en su particular lucha.
"Mucho ánimo y que tengas una buena recuperación, te mandamos un abrazo muy fuerte de toda la plantilla del Sporting", señala también Pablo Pérez, en un vídeo en el que aparecen los trece jugadores que trabajan de forma continua en el primer equipo y pasaron por la cantera. Mareo se une para enviar fuerza a Somolinos. "Estoy seguro que se recuperará pronto y le veremos tener su oportunidad como central en el primer equipo", afirma David Argüelles, compañero de Fernando desde su llegada a Mareo.
Somolinos es un central muy prometedor que llegó en primer año de alevín al Sporting procedente de La Asunción. Corría el verano de 2012. "Es un chaval con muy buena pinta y condiciones, un defensa central de los que sabe jugar", afirma Manolo Sánchez Murias, director de Mareo. Allí en la escuela de fútbol rojiblanco le comparan, por su pelo rubio y altura con un mítico defensa de la época dorada. "Se asemeja mucho a Maceda. Es de esos centrales que aparentan frialdad, pero que tienen una gran salida de balón", cuentan los que han trabajado con él. Y que recuerdan también uno de sus momentos de rojiblanco: un gol desde el centro del campo ante el Roces en la última final juvenil del Torneo de Barrios.
"Ahora estaría, seguro, entrenando con el Sporting B aunque estuviese en el último año juvenil. Ha evolucionado muy bien, es uno de esos centrales con muy buena salida de balón y visión de juego, muy completo, de los que transmiten seguridad", relata Argüelles.
Vecino del barrio de Viesques, es el pequeño de cuatro hermanos. Sonia y los gemelos Ramón y Carlos, también futbolistas, son ahora su gran apoyo, junto a sus padres y toda su familia y amigos. Fernando, amante del tenis, su otra pasión, ha iniciado su etapa universitaria este curso en Gijón, en la carrera de Ingeniería de la Organización. Sus hermanos se encuentran ahora junto a él en Asturias debido a la pandemia. Porque ambos estaban en Estados Unidos con una beca futbolística, Carlos en Ohio en la Shawnee State University y Ramón en Kansas en la Johnson County.
"Es un chaval muy fuerte y luchador", señalan desde su entorno más cercano. De carácter reservado, los que le conocen resaltan la energía y positividad que transmite . "Lo tienes para todo", comenta Argüelles. "Es muy buen chaval, simpático y gracioso", apunta un compañero suyo en juveniles. Ayer le tocó revisión en el HUCA, previa a la intervención de mañana, mientras el Sporting jugaba con la Ponferradina. Pero sí que pudo seguir los últimos instantes en su casa. Y disfrutar de la victoria de su Sporting. "Eternamente agradecido. Muchísimas gracias", fue el mensaje en su redes sociales por las muestras de apoyo.
