Suele pasar que cuando se va ganando, un cambio defensivo, se acaba pagando. El mensaje que se traslada desde el banquillo tiene su continuidad en el campo. A David Gallego le sucede lo contrario. Con el Sporting venciendo 0-1, y viendo al rival tocado, con numerosas ocasiones sin materializar, el técnico decidió ir a por todas. Entró Álvaro Vázquez al campo, dos delanteros sobre el césped. Más madera. Y de mano no le salió bien. El Alcorcón empató unos instantes después del cambio. Pero a la larga funcionó, volvió a marcar el Sporting, generó mucho peligro y acabó con esa sensación de tener un punto más de forma que el rival.