Pocos podían imaginarse en Castellón que el fichaje de Álvaro Fidalgo sería un chollo comercial. Como si de un galáctico se tratase, el fichaje del sierense desencadenó en una venta masiva de camisetas. Más de 40 compraron entre la primera y segunda equipación los amigos de Fidalgo, los mismos que integran su peña en Pola de Siero, donde se reúnen para ver sus partidos. Todos ellos, como su abuelo, Rafa Fidalgo, lamentan no poder ver a Álvaro el próximo lunes en El Molinón, en un partido muy especial. “Estuvo cerca de vestir de rojiblanco. Tuvo la opción de fichar por el Sporting pero no fructificó”, reconocen. Los íntimos de Fidalgo, no obstante, confían en que el centrocampista de la localidad de Hevia, tenga un gran futuro. “Sueño con verle jugar en Primera y si es un club asturiano mejor”, dice su abuelo.
“Si hubiera podido hubiera venido fijo al Sporting, espero verlo algún día”, explica Andrés Díaz, uno de los amigos de Fidalgo, sobre las opciones de haber recalado los dos últimos veranos en el conjunto rojiblanco. “Encajaría perfectamente en este Sporting”, indica Pablo Sánchez, también de su núcleo más cercano, y que como Andrés es simpatizante rojiblanco. “Con Manu y Álvaro, el Sporting sería lo máximo, el equipo daría un salto de calidad tremendo”, explican.
Este lunes, aunque llegue su amigo, tienen claro, no obstante, que el corazón no lo tienen dividido. “Que gane 4-3 el Sporting y con un hat-trick de Álvaro para el Castellón”, espeta Dani Rodríguez. “Pero queremos que el Castellón se salve y haga un gran año que le abra la puerta de un club puntero de Segunda o de Primera”, explica Andrés Díaz.
Rafael Fidalgo, a sus 76 años, lamenta también que la pandemia le impida acercarse a su nieto. El Castellón, en una burbuja, llegará y se irá de forma exprés de Gijón. “Me hubiera gustado mucho verlo”, señala su abuelo, exjugador del Langreo y el Oviedo, y uno de sus mayores consejeros a nivel futbolístico. “Álvaro es un jugador parecido a Manu, con el que ya jugó. Es un chaval hábil con el balón. El curso es muy largo y Álvaro, dándole oportunidades, también tendría su puesto en este Sporting, pese a que tiene un gran centro del campo”, comenta. Su abuelo ha sido siempre su consejero en el fútbol. “Álvaro ya tenía mucho talento de niño, recuerdo cuando en el Condal marcó 100 goles en un año de delantero. Siempre ha sido muy generoso y muy buena persona en el campo, lo que quizás le falta a veces un poco es ser más egoísta e intentar marcar más goles. Es de los que siempre intenta buscar al compañero para finalizar. Mira mucho por el equipo”, subraya.
Álvaro, que se fue en cadetes del Sporting al Madrid, vivió allí una gran experiencia. “Me decía que en los rondos con el primer equipo estaba más fuera que dentro, eso demuestra su gran manejo del balón con los pies”, cuenta Rafa Fidalgo. “Era el ojito derecho de Raúl, hace un año no le dejó salir, le quería como un hijo, y que era indispensable para él. Y eso que tenía varias ofertas, entre ellas el Sporting”, apunta.
Sus amigos decidieron este año crear su peña. “Le seguimos siempre, pero ahora que ha llegado al fútbol profesional teníamos claro que debíamos crear una peña, y apoyarle fuertemente”, señala Christian Fueyo, que además trabaja en la sede de la peña, El Corral de Gayo, en la plaza de Les Campes de Pola de Siero. “El fútbol no le ha cambiado, es muy familiar, tiene los pies en el suelo, y su primer plan cada vez que viene es vernos, es muy cercano”, amplía.
Sus amigos destacan su pasión por el fútbol, todo el deporte y los coches. “No se cree nadie importante, todo lo que ha conseguido ha sido a base de su esfuerzo personal”, relata Daniel Alonso.
