Nacido en La Calzada, Medina pasó por la Furia, la Carreñina, el Moreda y el Pelayo, clubes ya desaparecidos, antes de incorporarse al Sporting “siendo un chavalín”. “Dicen que era centrocampista, pero jugué en muchas posiciones, sobre todo de defensa derecho”, comenta sentado junto a su mujer, Acacia Peláez, madre de sus dos hijos, Armando y Alejandro, el primero de ellos ya fallecido. “El mejor futbolista que vi en el Sporting fue Cholo Dindurra. Éramos muy amigos. No tenía problemas de dinero y un día me dijo que quería dejar el fútbol, pero le convencí para que siguiera. ‘¿Dónde vas a ir, Cholín?’, le decía. Era extraordinario verle jugar”, señala el gijonés. Aunque ahora sigue poco al Sporting “porque me pongo muy nervioso viendo los partidos”, se alegra de que esta temporada haya siete gijoneses en el primer equipo. “No es fácil. Ojalá les vaya bien esta temporada y se logre subir”, comenta. El matrimonio vive un retiro tranquilo. Tras colgar las botas regentaron en La Calzada una perfumería y también una mueblería, ambos bajo el nombre de un hombre que es historia viva de Sporting, Medina.