El mismo día en el que el Real Sporting SAD conocía a su primer rival copero (y esperemos que no último), el Quintanar del Rey CF, equipo castellano manchego, perteneciente al grupo XVIII de la Tercera División, llegaba el Rayo Vallecano a El Molinón Enrique Castro ‘Quini’. Otro encuentro por tanto de esos que ofrece esta División de Plata, que inevitablemente remontan a tiempos mejores para ambos conjuntos.

Se medía el Sporting de David Gallego, que sólo había cedido un empate de cinco partidos celebrados a la vera del Piles, contra el Rayo de Andoni Iraola, que por el contrario lejos de Vallecas, únicamente había logrado una victoria (curiosamente en la primera jornada de liga ante el Mallorca) y un empate.

Con la importantísima baja de Manu García en las filas rojiblancas, David Gallego optó por introducir tan solo otro cambio más, con respecto al equipo que venía de perder ante el Mirandés. De tal modo que a la entrada natural de Nacho Méndez por la perla de Mareo, se añadía la de Javi Fuego, quedando fuera Gaspar.

Un par faltas botadas por Pedro Díaz y otra de Nacho Méndez, fueron las primeras aproximaciones de un Sporting que desde el primer minuto se fue a presionar arriba, incomodando la salida de balón del Rayo. Lo intentó también Aitor desde muy lejos. El onubense a pesar de su poco acierto en lo que va de temporada, no deja de probar suerte cada vez que la pelota cae a sus botas. En ocasiones de manera demasiado precipitada.

Sin noticias del cuadro vallecano en ataque, el Sporting tampoco es que tradujera su posesión de balón en acercamientos de claro peligro a la meta defendida por el internacional por Macedonia, Dimitrievski, quien por cierto diese positivo por Covid durante el ya lejano mes de agosto.

Fue del Rayo Vallecano el primer saque de esquina en el minuto 17, con una prolongación en el primer palo que a punto estuvo de aprovechar Velázquez. Susto para Mariño.

De nuevo Aitor y de nuevo desde fuera del área, lo intentó en el minuto 19. Su disparo con la derecha, en una posición bastante favorable, se fue arriba.

El encuentro comenzaba a entrar en una dinámica atractiva para el espectador, con idas y venidas. Fue en una de ellas, en el minuto 22, cuando a un buen centro de Aitor desde la derecha, respondió Uros con una espectacular dejada de escorzo, que Gragera finalizó con un disparo que se fue por encima del larguero. Lástima porque hubiera sido un gol de bandera.

De camino a la media hora de juego, el Rayo buscaba la forma de encontrar un resquicio por el que penetrar en el entramado defensivo rojiblanco, en el que Javi Fuego (ex del Rayo) volvía a ocupar esa posición de clásico líbero por delante de Borja y Babin. Pero poco a poco y con paciencia, los madrileños iban al menos logrando pasar más tiempo en campo sportinguista que en el suyo propio.

De esta manera llegaron un par de acciones a balón parado para los de Vallecas, en las que apareció la figura de Trejo, hasta entonces muy desaparecido para tranquilidad de los aficionados sportinguistas, quienes siguen guardando muy buen recuerdo del argentino durante su estancia en Gijón.

Después de haber tenido al Rayo a su merced durante un buen tramo del partido, el Sporting finalizaba el primer tiempo de manera muy inofensiva e inocente, sin haber logrado en realidad generar grandes ocasiones de peligro durante los primeros cuarenta y cinco minutos. El disparo de Gragera y muy poquito más. Preocupante la escasa aportación de Nacho Méndez, “perimetrado” en banda derecha, si bien el canterano probó en alguna acción a burlar su confinamiento.

Un postrero lanzamiento lateral de falta por parte del Rayo en el 44, sin problemas para un seguro Mariño, fue el colofón a una primera parte en la que el Sporting fue algo mejor, sobre todo cuando empezó atacando de manera vertical, pero que acabó sin un solo tiro a puerta por parte de ambos conjuntos. ¿De verdad era necesario y la mejor solución táctica, ante un rival que lejos de su feudo había demostrado notables carencias, jugar con un único delantero y con una defensa por momentos con cinco jugadores? Era la pregunta que rondaba por la cabeza de muchos aficionados sportinguistas durante el tiempo de descanso.

Empezó con brío la segunda parte, con un disparo de Uros desde fuera del área grande, nada más sacarse de centro. Fue la primera vez en la que el portero macedonio tuvo que entrar en acción, con un rechace de puños.

Una gran jugada de Aitor García por banda izquierda, en el minuto 49, con un autopase en apenas un palmo de terreno, no encontró sin embargo a nadie que le acompañase para aprovechar su pase atrás. Al Sporting le siguen faltando jugadores que ocupen esos espacios en segunda línea. No lo fue tampoco Uros dos minutos después, en otra internada de Aitor, en la que el serbio debió optar por dejar pasar el balón, con Pedro Díaz tras él, mucho mejor situado para concluir la jugada.

El balcánico quiso resarcirse de su error en la siguiente acción, con un disparo precipitado que se fue al limbo. No se le puede negar en todo caso la implicación y la brega al serbio, aunque se volvía a echar en falta su capacidad goleadora.

El primer cambio para el Sporting llegaba en el minuto 56 de manera obligada, al lesionarse Nacho Méndez. En su lugar entraba un reaparecido para la causa, Carlos Carmona. El luanquín se fue entre lágrimas, que no auguraban nada bueno de cara a su futuro inmediato.

Volvió Uros a tener en sus botas otro balón para haber podido desequilibrar un encuentro que cada vez olía más a ese empate a nada, tan clásico en esta Segunda de Plata, un tanto oxidada. Daba la sensación de que sólo una jugada individual o un error por parte de alguno de los contendientes, podría mover un marcador que a cada minuto que transcurría parecía más definitivo. Pero quedaba aún media hora por delante. Mucho tiempo como para firmar cualquier tipo de amnistía.

Carmona celebró su vuelta a los terrenos de juego con una amarilla un tanto innecesaria en el minuto 64, tras una pérdida de balón, fruto probablemente de la falta de competición y de que ni el propio jugador estuviese mentalmente preparado para entrar al partido.

La jugada que en vivo no parecía ser para mayor sanción, fue sin embargo revisada por el VAR, acabando con el capitán rojiblanco en los vestuarios, al mostrarle la roja directa el colegiado valenciano Ais Reig tras pasar por la diabólica pantalla situada a pie de césped. Tremendo. Ni ocho minutos estuvo Carmona en el partido. Otra vez el maldito VAR jugando en contra de los intereses sportinguistas.

Con uno más y como era de esperar, el Rayo dio un paso adelante, intentado hacer leña del árbol caído. Un gol anulado en el minuto 71 por mano clara de Catena, tras rebotar el balón en el palo derecho de la portería de Mariño, fue el primer serio aviso de los madrileños. Sólo un par de minutos después, un agarrón de Comesaña a Babin, previo a su remate a la red, supuso el segundo tanto anulado a los visitantes. El partido para el Sporting adquiría tintes épicos a falta de un cuarto de hora, sin que desde el banquillo se produjesen movimientos.

Pero como el fútbol es tan maravillosamente imprevisible, en el minuto 77 una contra iniciada por Javi Fuego, encontró a Aitor García en banda izquierda, quien profundizó hasta la línea de fondo con una portentosa galopada, centrando el onubense para Pedro Díaz que llegaba solo, pero encontrándose antes con el accidental remate en propia puerta de Fran García. Merecida recompensa para el buen partido del interior andaluz.

El propio Aitor, claramente agotado, fue el segundo jugador sustituido por David Gallego en el minuto 80. Entro Gaspar, manteniéndose de este modo el mismo esquema táctico.

Cumplido el minuto 85, quienes se fueron a los vestuarios fueron Pedro y Uros, con Pablo García y Alvaro Vázquez entrando en su lugar. Sin tiempo para ubicarse llegó el jarro de agua fría para todos los aficionados no presentes en el estadio. Una buena dejada dentro del área sportinguista, sirvió para que Andrés Martín conectase un voleón que se coló por la mismísima escuadra derecha de la portería de Mariño. Uno a uno y el Rayo que no se conformaba con el empate. Al Sporting le quedaba una vez más el recurso de la contra.

Con unos últimos minutos con muchos nervios para los corazones, el sumum llegó en el último suspiro de los seis minutos de la prolongación decretada, cuando el árbitro señaló como penalti unas inexistentes manos de Javi Fuego. La jugada tuvo su suspense, aunque parecía más que evidente el error arbitral. Por una vez el VAR actúo como se espera de él, pero a más de uno le temblaron las piernas. Como para no.

Con semejante susto se llegó al final del partido con reparto de puntos. Resultado que se podría decir justo, aunque influenciado por la rigurosa expulsión de Carmona. Es probable que los rayistas piensen que merecieron más, pero convendría recordarles esa acción, así como la primera parte, en la que el Sporting fue superior.

Con este punto el Sporting se queda con un total de 23, tercero en la clasificación y a únicamente dos del Mallorca, segundo, a quien habrá de visitar este próximo domingo. Casi nada; otro duelo de altas miras, donde puntuar será el primer objetivo.

Post Scriptum: las declaraciones de Javier Tebas, presidente de la Liga, de la que es flamante vicepresidente el actual máximo accionista del Real Sporting SAD, señalando al club de la vera del Piles como uno de los más afectados por la crisis provocada por la pandemia, explica alguna de las declaraciones recientes del propio presidente sportinguista, al tiempo que siembra no poca inquietud entre las buenas gentes rojiblancas.