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Sporting de Gijón 3 - 1 Sabadell

Gaspar rescata al Sporting

Dos goles del canterano tras salir desde el banquillo sacan de un lío a los rojiblancos después de empatar el Sabadell un partido totalmente controlado

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Sporting - Sabadell, en imágenes Ángel González

El día que la luz del 10 se apagó para siempre, El Molinón le rindió su particular homenaje a través de uno de esos goles reservados a la zurda del “Pelusa”. Salvando las distancias, Gaspar fue ayer el Maradona de un Sporting al que rescató de un empate ante el Sabadell con dos tantos –especial mención al segundo de ellos, tercero de la cuenta rojiblanca– que devolvieron al camino de la victoria tres jornadas después. Tras un regate casi sobre la cal, en media baldosa, el gijonés atacó el área para, tras pared con un Pedro Díaz que controló con izquierda y pasó con la derecha, armar una volea abajo con pierna izquierda que dejó el partido visto para sentencia.

La aparición de Gaspar agitó a un Sporting que entró tan bien al partido que acabó relajándose. La figura del primer goleador de la fría y lluviosa noche gijonesa, Aitor García, resumió bien esa sensación. De protagonista del acierto del equipo a los ocho minutos, pasó a ser paulatinamente el primero en apagarse y regalar pérdidas que alimentaron al Sabadell. Los arlequinados aprovecharon una de las pocas ocasiones de peligro para hacer su gol y meterse en partido en el que estuvieron fuera muchos minutos. Pero apareció Gaspar.

Víctor animó un partido dormido por el exceso de confianza local

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A los ocho minutos, Aitor sopló otro beso, el segundo que manda esta temporada con destino a cada televisor. El Sporting que enamoró en Mallorca continuó su romance ante el Sabadell. Gallego repitió la alineación y presión en bloque medio, como denominan los técnicos a empezar a apretar al rival en tres cuartos de campo. Ese rigor defensivo motivó el error visitante con robo de Aitor para buscar a Pedro Díaz en el borde del área. El sierense amagó en ir a recibir, la dejó correr y se sacó un pase con tacón que, aunque en semifallo, adornó una acción finalizada con la zurda del extremo de Gibraleón. Duro, abajo y lo que se resistió en Son Moix, llegó en El Molinón.

Tocó y controló el Sporting en una primera parte que tuvo un segundo acercamiento de peligro al cuarto de hora. Manu García, nuevamente en la derecha pero mucho más participativo, siguió la moda del taconazo para, en una ejecución más limpia, aprovechar la carrera hacia el área de Guille. El gijonés negó el pase atrás a Djuka, en otro partido destacado del serbio para combinar e iniciar jugada, disparando sobre la portería de Mackay, de apellido idéntico al del exdelantero holandés del Dépor, pero sin vínculo con él más allá de ser nacido en La Coruña y criado en el club gallego. Entre el guardameta y el palo evitaron el segundo de los rojiblancos. Poco más antes de un descanso al que los gijoneses llegaron viéndose superiores en dominio y ocasiones.

Gragera controla el balón ante el jugador del Sabadell Adrián Rey. | Ángel González

El Sabadell terminó con diez por la expulsión del central Grego a tres minutos del final

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La segunda parte se inició con un nuevo robo del Sporting en tres cuartos, esta vez gracias a Djuka, y Manu García percutiendo sobre Mackay. El detalle pareció hacer creer a los de Gallego que de ahí al final sería algo similar a lo ocurrido en el primer acto. En un exceso de confianza, el partido se durmió y nada que ver. Hidalgo, gran centrocampista y ahora entrenador del Sabadell, movió el banquillo y la entrada de Víctor revolucionó todo. El atacante de los catalanes acabó pillando la espalda de Saúl García y fue inalcanzable hasta para un soberbio Gragera. El centro atrás lo remató impecable, en otro zurdazo, Juan Hernández. Aitor, errático hasta el momento, dejó paso a Gaspar y la entrada del gijonés en el campo reequilibró de nuevo lo que estaba a punto de convertirse en un buen lío. Tres minutos duró la felicidad en el bando visitante.

Gaspar la cogió desde la banda izquierda para tirarle un par de amagos a Capó y batir con pierna zurda a Mackay, que ayudó al colarse el balón bajo su costado en el primer palo, el del portero. No acabó ahí. Once minutos después Gaspar le dio belleza a una acción con origen casi en la misma zona pero con la belleza del regate en dos palmos al autor del tanto visitante. Por el medio, Grego vio una exagerada roja directa por una entrada a Manu. Cuarto de la tarde, tercero del Sporting y segundo de Gaspar. Todos con la zurda y con el protagonismo de un canterano ante el que sólo puede decirse esta frase tan de la Argentina, la que ahora llora más que ninguna, Gaspar, qué bueno que viniste.

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