Su debut con el primer equipo se produjo con el descenso del Sporting a Segunda. Tenía ficha del filial, y alternaba ambos conjuntos, pero casi era uno más de la primera plantilla en la temporada 2017-2018. Al final de ese curso le llegó el salto definitivo. Tuvo dos años en los que participó de forma regular, hasta que en este tercer año todo se cruzó. Primero por un tira y afloja en la renovación, que le hizo entrenar apartado. Después con la intervención del presidente para desatascar su situación y ampliar su contrato. Y cuando todo rodaba, y había vuelto una jugar, una lesión ante el Rayo le dejó seis semanas en el dique seco, provocando las lágrimas del luanquín al ser sustituido.
Nacho Méndez sufrió una rotura muscular de grado II, localizada en el bíceps femoral izquierdo. Hasta enero no volverá a jugar, salvo que se acorten los plazos y pueda llegar para última jornada de este año, al partido ante el Leganés del 21 de diciembre. El centrocampista luanquín apenas lleva 258 minutos jugados esta campaña, y ve como otra piedra se le ha cruzado en el camino este curso.
Pero ni en los peores momentos Nacho Méndez bajo el ánimo. El jugador vio como en septiembre el club decidió que trabajase al margen de sus compañeros al no aceptar la oferta de renovación presentada. Una situación que le hizo perderse las cuatro primeras jornadas. Hasta que llegó la semana del derbi, tras el cierre del mercado de fichajes, y el presidente Javier Fernández intervino para acelerar la negociación. Apareció ese día una foto, con Fernández, Javi Rico y Nacho Méndez, sellando su continuidad hasta el año 2025. “Salir del Sporting por la puerta de atrás es lo último que haría”, dijo en aquel momento el futbolista.
Gallego, al desatascar el conflicto recuperó una pieza de su agrado. Por fin podía contar con Nacho Méndez, que participó de forma consecutiva ante Oviedo, Málaga, Tenerife y Ponferradina. Tras dos partidos sin jugar tuvo otro momento en el tramo final del choque ante el Mirandés, y la citación de Manu García con la sub-21 le abrió la puerta de la titularidad ante el Rayo. Ese día, faltando media hora, se lesionó. Y con el rostro desencajado, y entre lágrimas, se retiró, consciente de que no era su año y que de nueva la moneda le salía por el lado de la cruz.
Nacho Méndez ya efectúa trabajo de recuperación en Mareo. Mientras sus jugadores trabajan sobre el verde, el luanquín lo hace en el gimnasio o en bicicleta estática, a la espera de ver si la semana que viene ya puede saltar al terreno de juego para dar un paso más en su vuelta.
