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La crónica del Sporting-Albacete: a los rojiblancos se les moja la pólvora (0-0)

Gaspar, Álvaro y Djuka dejan salir vivo al Albacete en un partido marcado por la fuerte lluvia | Pelayo Suárez, destacado en su primer encuentro de lateral

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Sporting - Albacete, en imágenes MARCOS LEÓN

Sporting 0 - 0 Albacete

El Sporting dejó salir vivo al Albacete de El Molinón desaprovechando al menos cuatro oportunidades claras para llevarse los tres puntos entre el tremendo diluvio que castigó la noche gijonesa. Unas veces por el desacierto de Gaspar y Álvaro, y otras por el magnífico encuentro de Tomeu Nadal, meta de los manchegos, lo de ayer se resolvió en un empate escaso para los méritos rojiblancos. Lo mejor fue ver el colosal partido de Pelayo Suárez como solución de emergencia para el lateral derecho para un conjunto gijonés nuevamente bajo mínimos tras sumarse a la lista de bajas Pedro Díaz y Cumic.

Empatar contra el colista en casa perdonando un rosario de oportunidades no da para seguir el ritmo de los cuatro primeros, pero nadie puede negar el generoso esfuerzo de un Sporting al que ni la lluvia ni la colección de ausencias desvían de su imagen habitual. Ambicioso hasta el último minuto, el equipo apenas concedió al Albacete y tuvo personalidad para buscar soluciones con Gragera y Manu jugando, y Djuka, empujando. Hasta cuando la lluvia puso fin a la opción de rodar el balón pudo ganar el Sporting.

Tomeu salvó un punto con tres paradas clave en la segunda parte

Cuatro cambios y dos puntas. El Sporting renovó con profundidad once y esquema en otro día ajustado de efectivos. Pedro Díaz no pudo recuperarse de las molestias que le impidieron participar en el último entrenamiento y se quedó fuera de la lista junto a Cumic, quien apuntaba a titular y abandonó la concentración por unas décimas de fiebre. Gallego apostó por dos delanteros, con Álvaro Vázquez acompañando a Djuka, y recuperó a Gaspar y Saúl García. La otra variante fue la de suceder a Guille Rosas, también renqueante, con Pelayo Suárez, central haciendo las veces de lateral, elegido por delante de Marcos Trabanco, quien deberá esperar para debutar. El Molinón, en medio de una incesante lluvia, aguardaba a un Sporting decidido a defender su condición de único equipo invicto en casa de toda la Segunda División ante el Albacete, peor visitante de la categoría.

Se encontraron los gijoneses con doble muralla. La de la densa tormenta y la plantada por el Albacete, con cinco atrás e intención de esperar. No evitó que las primeras ocasiones fueran para el Sporting, con permiso de un despiste inicial de Borja López corregido por Saúl. Lo siguiente fue ver a Djuka picando ante Tomeu un buen balón de Gragera, pero Gorosito se cruzó para evitar que entrase en portería. Gaspar, por dos veces, tuvo otras dos oportunidades claras en centros atrás de Álvaro Vázquez, primero, y Djurdjevic, después. Sendos remates se fueron a las nubes. El partido, en todo caso, se jugaba a lo que quería el Sporting.

Con envenenado centro-chut de Manu Fuster como acción más exigente para Diego Mariño, el Sporting se fue al descanso tras otro buen reverso de Djuka para buscar puerta. El serbio fue, con Manu García y Gragera, lo mejor de un primer tiempo en el que Pelayo Suárez se mostró como un lateral con tiempo en el oficio. En los manchegos, el camerunés Mvondo se multiplicó para achicar los mismos balones que se deshacían en sus botas cuando tocaba jugarlos. Todo quedó para un segundo tiempo iniciado sin cambios en ninguno de los dos bandos.

La reanudación se abrió con un carrusel de ocasiones rojiblancas abiertas por un extraordinario Pelayo Suárez. El gijonés se sacó dos centros de primeras que fueron medio gol. El primero dio con un cabezazo de Djuka, cruzado en exceso. El segundo, para un Álvaro Vázquez que en lugar de atacar el balón esperó, dando ventaja a que Boyomo despejara lo justo. El de Badalona pudo redimirse poco después en una doble ocasión que perdonó ante un gran Tomeu Nadal. El meta le adivinó primer las intenciones y en el rechace, le achicó ante un segundo intento con poca fe. En un campo anegado por un diluvio en aumento, hubo tiempo a que el meta de los manchegos se luciera para detener otra acción de los que más lo buscaron. Pelayo se la puso en largo a Djuka que se sacó un gran disparo con el balón en el aire para tremenda estirada del meta visitante. Mucha agua y mucha pólvora mojada en El Molinón. 

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