El Sporting se despidió de la Copa del Rey en dieciseisavos de final con polémica. El equipo gijonés cayó eliminado (0-2) por el Betis en un partido marcado por tres decisiones del árbitro, De Burgos Bengoetxea: en apenas diez minutos, el Sporting reclamó un penalti, sufrió la expulsión del defensa Marc Valiente y recibió el 0-1 tras un penalti muy protestado.
En la vuelta del público a El Molinón (300 espectadores), el Sporting comenzó el partido mostrando las virtudes que le han situado muy arriba en la Liga: solidez defensiva y transiciones rápidas hacia la portería rival. De esta forma dispuso de la primera oportunidad, tras una internada de Aitor García y remate de Bogdan que, tras el rechace de Joel, acabó en gol de Djuka en claro fuera de juego.
En el minuto 17 llegó la primera de las tres acciones clave en el partido: Cumic reclamó penalti tras un remate desviado por Víctor Ruiz con el brazo, aunque el árbitro consideró que no era punible; en el 21, De Burgos Bengoetxea mostró roja directa a Marc Valiente, por una entrada a Canales; y en el 26, advertido por su juez de línea, pitó penalti por un contacto de Javi Fuego y Lainez en el área.
Canales hizo con seguridad el 0-1 y el Sporting, que se había reestructurado con la entrada de Borja López por Carmona, se vio obligado a arriesgar. En el minuto 31, una pérdida de balón en el centro del campo fue aprovechada por el joven Rodri para, tras una gran jugada en la que desbordó a varios rivales, marcar el segundo gol.
En la segunda parte bajó la intensidad del Betis y el Sporting tuvo dos oportunidades claras para recortar diferencias. La primera en el minuto 58, cuando Cumic rompió el fuera de juego y se plantó ante Joel, que le ganó el mano a mano. El guardameta bético también resultó decisivo para cortar un pase de Pablo Pérez a Manu García, que reapareció al igual que Nacho Méndez tras superar el covid-19.