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Mariño, una garantía de salud para el Sporting

La vuelta del guardameta, que promedia menos de un gol encajado por partido en cuatro temporadas, tranquiliza al sportinguismo

Mariño, durante el entrenamiento del Sporting esta mañana en Mareo.

“Estoy más preocupado por la salud de Mariño que por la mía”. Este comentario de un seguidor del Sporting en plena crisis del covid-19 en la plantilla rojiblanca es un buen termómetro de lo que significa el guardameta gallego para la afición y el peso que tiene en el equipo de David Gallego. Por cuarta temporada consecutiva, todas en las que ha sido titular indiscutible, Diego Mariño (Vigo, Pontevedra, 9 de mayo de 1990) recibe menos de un gol por partido. Y su probable vuelta a la portería, tras perderse los tres últimos partidos de Liga y dos de Copa, es un alivio para que le consideran indispensable para las aspiraciones del Sporting.

Desde la marcha de Cuéllar, coincidiendo con el último descenso del Sporting, la alineación rojiblanca siempre ha comenzado por el “13” de Mariño. Solo dejó de jugar un partido en la temporada 2017-18, sustituido por Whalley en Soria; cedió el puesto a Dani Martín en los cuatro últimos de la 2018-19 , tras una lesión en Mallorca; y jugó los 42 de la pasada, a los que suma los 19 de la actual, hasta que el covid le apartó de la actividad. Después de casi dos semanas de entrenamientos con el grupo, Mariño está preparado para volver a la normalidad.

Con esos números, no es extraño que todos los veranos se repitan los rumores sobre el interés de equipos de Primera División. La respuesta del guardameta gallego siempre ha sido la misma: “No hay ninguna posibilidad de que salga. Mi cabeza está centrada en el Sporting”. Lo refrendó con hechos, al firmar en agosto de 2019 un nuevo contrato hasta el 30 de junio de 2023, con una cláusula de rescisión de siete millones de euros. “Estoy muy feliz en Gijón”, reiteró en ese momento Mariño, que añadió: “No es un problema para mí jugar aquí en Segunda”.

Diego Mariño y su familia se han asentado en Gijón, una ciudad que les recuerda mucho a Vigo. Tras iniciarse en varios clubes cercanos a su ciudad (Rápido de Bouzas, Sárdoma y Areosa), el guardameta completó su etapa de formación en la academia del Villarreal, para pasar después por ciudades como Valencia (Levante) y Valladolid. Además de su rendimiento deportivo, el portero se ha ganado el respeto de sus compañeros, ejerciendo de capitán en el campo y de portavoz de la plantilla ante otros estamentos del club.

Aunque parecía difícil, Mariño ha conseguido tapar sobradamente el hueco dejado por Cuéllar, dueño de la portería sportinguista desde 2012 hasta 2017. El vigués solo pudo jugar dos partidos en la temporada del último descenso, pero desde entonces ha defendido la portería del Sporting en 146 partidos, con 134 goles recibidos. Ha conseguido mantener esa media de menos de un gol por partido, incluso en temporadas en las que el equipo ha estado lejos de los puestos de ascenso.

Además de todos sus entrenadores, sus compañeros y los aficionados, Mariño tiene también la bendición de anteriores guardametas del Sporting. Incluso la de Juan Carlos Ablanedo, al que está a punto de igualar con cuatro distinciones del “Molinón de Plata”, el trofeo de las peñas sportinguistas al mejor jugador de cada temporada. Mariño ha ganado los tres últimos y no sería extraño que alcanzase el cuarto al final de la actual campaña. “Es un portero excelente, top, de nivel de Primera División, que tenemos la suerte de tener en el Sporting”, recalcó Ablanedo en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA.

Con la autoridad que le confiere su destacada carrera, Juan Carlos Ablanedo desgrana las virtudes del actual guardameta del Sporting: “Es un portero decisivo, de los que salva puntos, una garantía en la portería. Sale bien por alto y por bajo, es ágil y bloca los balones”. Y el piropo definitivo de alguien que estuvo entre los mejores de España en la década de los 80 y comienzos de los 90: “Le he visto paradas que me hubiera gustado hacerlas yo”.

Juanjo González, también portero del Sporting en los 90 y actualmente en el cuadro técnico de la selección española, como analista, asegura que Mariño “es muy completo, con experiencia. Sabe dominar la competición”. Mientras, Claudio, suplente en la etapa de Ablanedo, es muy gráfico: “Mariño está consolidado. Mientras lo tengamos, nada hay que temer. Aunque también por detrás vienen jóvenes de mucho nivel, como ya ocurrió con Dani Martín”.

Ajeno a los elogios generalizados, Mariño siempre pone por delante al equipo al explicar sus actuaciones. “Todo el mundo se vacía para ayudar en tareas defensivas”, suele repetir cuando se le pregunta por sus excepcionales números. Unos datos que le han convertido en referencia de los porteros de Segunda División, aunque esta temporada tenga una competencia excepcional con guardametas consolidados como Diego López y Manolo Reina, beneficiados por el tremendo potencial del Espanyol y el Mallorca, respectivamente.

Los once goles en 22 partidos de los líderes de la categoría les señalan como favoritos indiscutibles para el trofeo “Zamora”, pero Mariño promete estar en la pelea si el Sporting mantiene la solidez defensiva que ha mostrado en la primera vuelta. Hasta que llegó el parón en diciembre, en los 19 partidos disputados, el guardameta gallego había mejorado incluso los porcentajes de las tres temporadas anteriores: 0,73 goles por partido, por los 0,90 de 2017-18 y 2019-20, y los 0,83 de la 20181-9.

En lo que va de Liga, Mariño ha mantenido su puerta a cero en ocho partidos y en el resto solo ha recibido un gol, salvo en el desplazamiento a Las Palmas (3-2), el choque más descontrolado del Sporting, y en el campo del Espanyol (2-0), con dos goles en los últimos minutos.

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