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Mareona telemática en Logroño

Las aficiones de Sporting y Logroñés organizan hoy un hermanamiento a través de las redes sociales

Una imagen del encuentro de la ida, con la grada de El Molinón vacía Ángel González

El sportinguismo perderá este fin de semana, a causa de la pandemia, uno de los viajes más queridos por la afición rojiblanca: el desplazamiento a Logroño. Sin embargo, de alguna forma, la Mareona estará presente en la capital de La Rioja. Gracias a una iniciativa surgida de los aficionados del Logroñés Diego Martínez y José Ramón Herce, de las peñas Madrid Blanquirrojo y El Villar de Arnedo, a las 20.00 horas de hoy tendrá lugar, en las redes sociales, un hermanamiento entre ambas aficiones, apoyado por la Federación de Peñas Sportinguistas. Así, los seguidores de ambos equipos subirán una foto de ambas bufandas con los hashtags #SportingLogroñés y #PasionesQueNosUnen.

“Somos dos aficiones que siempre nos llevamos bien y ahora, por la pandemia, no podemos disfrutar como quisiéramos”, explica Diego Martínez, que recuerda que en el partido de la primera vuelta en El Molinón, que suponía la vuelta del Logroñés al fútbol profesional, viajó a Gijón, junto a un puñado de amigos. “Ya entonces nos decíamos: ‘a ver si para la vuelta están las cosas mejor y podemos juntarnos más en Logroño’”, rememora Martínez, “teníamos muchas ganas, pero este año no va a poder ser”.

Así, no pierde la esperanza en que ese preciado viaje –tanto de sportinguistas a Logroño como de riojanos a Gijón– pueda darse el año que viene “si nosotros logramos mantenernos y el Sporting, por desgracia, no sube”, dejando claro que “en Logroño queremos que ascienda a Primera”.

Un anhelo que se explica mirando al pasado. “Siempre fue uno de los desplazamientos más multitudinarios”, recuerda Martínez, “porque siempre tuvimos muy buen rollo”. Así, rememora los últimos viajes, en la temporada 1996-1997 en Primera División y en la 1999-2000 en Segunda. Y no solo eso. “Siempre que el Sporting juega cerca de Logroño, hay muchos aficionados que vienen aquí a pasar la noche o a comer a la calle Laurel”, explica.

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