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Óscar Castro, hijo de Quini: “Lo echamos de menos cada día”

“Ojalá el Sporting le pueda dedicar a mi padre algo grande a final de temporada”, dice ante el tercer aniversario de la muerte de El Brujo

Lola, nieta de Quini, con una camiseta del Sporting junto a su padre, Óscar. Marcos León

El sábado se cumplirán tres años de la muerte de Enrique Castro, Quini, y su familia ya nota que su recuerdo sigue muy vivo entre el sportinguismo y más allá. “Lo echamos de menos todos los días”, dice su hijo Óscar, que agradece las muestras de cariño que no paran de llegarle. Y le alivia que ese recuerdo llegue muchas veces a través de las numerosas anécdotas y bromas que protagonizó El Brujo. Ayer, para LA NUEVA ESPAÑA, la hija de Óscar, Lola, rindió su particular tributo poniéndose la camiseta con el “9” y el apodo de su abuelo a la espalda.

Óscar Castro, al igual que sus hermanos y el resto de la familia, asegura que no necesita que se aproxime el 27 de febrero para honrar a su padre. “El sábado será un día triste para todos, algo señalado, pero nosotros echamos de menos a Quini todos los días”, asegura, aunque ayer consiguió sacarle una sonrisa: “Estaba escuchando la radio y empezaron a contar anécdotas de mi padre. Me prestó que lo recordasen por sus bromas, que algunas ni las conocía, por cómo era él. Hasta me reía. Todo los demás es un poco triste”.

Otro motivo de alegría es la buena marcha del Sporting: “Aunque no hay que lanzar las campanas al vuelo, ahora mismo el equipo nos tiene a todos bastante ilusionados. David Gallego está haciendo un trabajo impresionante, ojalá le podamos dedicar algo grande a mi padre. Desde allá arriba está disfrutando con el Sporting seguro. Si lo pueden rematar con el ascenso va a ser una alegría para la familia y para él”.

Y, por fin, con un goleador destacado. “Quini estaría encantado con Djuka y deseando que mejore sus números”, asegura Óscar Castro, que añade: “Espero que le hayan dicho a Uros que había un tío aquí que metía muchos goles y que va a ser irrepetible. No hay cosa que más me gustaría que en el club se acordaran de él. Cuando logren algo que lo tengan en mente porque la vida de él era el Sporting. También le tenía cariño al Barça, pero el que le quitaba el sueño, con el que sufría y se alegraba, era el Sporting”.

La familia de Quini agradece todas las iniciativas para que el recuerdo de El Brujo no se apague. “Lo del nombre del campo salió del Ayuntamiento, de los partidos políticos”, precisa Óscar Castro. “Nosotros nunca nos hemos metido en nada, no hemos pedido nada. Yo El Molinón lo mamé desde pequeño, para mí es el templo sagrado. Yo lo sigo llamando El Molinón, pero que le hayan puesto los apellidos de mi padre es un orgullo. De esta manera, frases como ‘Siempre Quini’ o ‘Leyenda Eterna’ no se quedan en meras palabras”.

A Óscar también le satisface que las dos últimas funciones de su padre las realicen Joaquín Alonso (relaciones institucionales) y Mario Cotelo (delegado del equipo). Recalca que “Joaquín nos parece una persona extraordinaria. Estamos encantados de que le hayan elegido a él y estamos seguros de que lo va a hacer igual de bien que mi padre. Y Mario es otro fenómeno. Lo vi jugar y lo conozco personalmente. Es un chaval de diez y realiza su función perfectamente”.

Por todos ellos y por su padre, Óscar pide lo que cualquier sportinguista: “Viendo la que está cayendo, si la temporada acaba con el ascenso a Primera División sería increíble”. En ese caso, ya sabe quién se llevará buena parte del mérito: “David Gallego parece un entrenador que salió de la casa. Cuenta con la cantera, es un trabajador impresionante, vive el club y los partidos como si fuese de aquí. Hacía tiempo que no me pasaba esto con el Sporting, que cuando pierde me marcho contento igual”.

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