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La crónica del empate del Sporting en Zaragoza: Un punto de mejora

El portero del Zaragoza frena a un rehabilitado Sporting liderado por Djuka | El empate rojiblanco detiene la racha de tres derrotas sin despejar las dudas

Djuka conduce el balón ante Peybernes. | LaLiga

Zaragoza 0 - 0 Sporting

Mejora el Sporting, pero se resiste la victoria. Los rojiblancos sumaron ayer un punto en La Romareda que sirve para romper con la racha de tres derrotas consecutivas, pero no alcanza, de momento, para despejar las dudas. Los de Gallego mejoraron en el juego y pudieron ganar de no encontrarse, un año más, con Cristian Álvarez. El meta argentino volvió a crecerse ante los gijoneses para desbaratar las mejores ocasiones del partido, todas en botas de Djuka.

Le puso el Sporting un punto más de verticalidad, una pizca de genio y algo más de fútbol. Los rojiblancos, con recuperada seguridad defensiva, dominaron desde la posesión y mostraron argumentos más allá de perderse entre envíos horizontales. El paso adelante visto en La Romareda sigue viéndose, sin embargo, como algo tímido. Primero, porque el resultado no anima a lecturas contundentes, y segundo, porque al equipo le sigue costando hacer gol y ocasiones más allá de Djuka. El “Pichichi” acaparó una vez más el ataque, apoyándose en una versión mejorada de Manu y especialmente de Nacho Méndez. El equipo acabó diluido en los últimos minutos, con la única agitación de Cumic. De fuerzas también va justo.

Álex Alegría, con Borja López. LOF

El sportinguismo entró al partido con el subidón de ver a Pablo_Carreño remontar para meterse en la semifinal del Godó. A la espera de la reacción en La Romareda, los rojiblancos saltaron con las novedades de Guille, Borja López, Gragera y Nacho Méndez y sin experimentos en el uniforme. El “kit selector” de la Liga no trajo nuevas combinaciones pese al blanco del color de enfrente, el de la camiseta del Zaragoza. Los de Gallego, de rojiblanco, como toda la vida. El único retoque, el rojo de medias y pantalones.

Rojo también era el rostro de muchos de los que empezaban a ver en el inicio del partido a un Sporting de pases entre su portero y la defensa. En esta ocasión, con la diferencia de encontrar verticalidad en los movimientos de Djurdjevic y no con la inercia de asumir cómo pasa el tiempo entre balones horizontales. El serbio-montenegrino, con un buen Nacho Méndez como aliado, fue el mejor y más activo de una primera parte con el Sporting en el papel de dueño.

Gragera y Guille Rosas, ante Igbekeme. LOF

Djuka tuvo la más clara a los veinte minutos en una de sus caídas habituales a banda. El delantero rojiblanco se perfiló desde izquierda y golpeó con exterior de la pierna de los 21 goles, la derecha. Sorprendió, pero el envío, un poco centrado, dio tiempo a que Cristian Álvarez desviara. Con Mariño deteniendo un par de envíos sencillos, uno de ellos un cabezazo del exrojblanco Álex Alegría, Djuka apareció de nuevo con una tijereta dirección Javi Fuego, en línea de gol. La acción terminó anulada por fuera de juego del poleso. El descanso llegó tras arrancadas de Manu y Aitor mal definidas y Djuka inquietando a la espalda de los centrales.

La segunda parte trajo los mismos protagonistas. Una falta lateral botada por Manu cayó en el segundo palo con el de siempre a la caza. Djurdjevic usó entonces el exterior para acomodarse el balón a la derecha y meterla al palo largo. Apareció, salvadora, una impecable mano de Cristian Álvarez. Ahí estuvo el partido.

Guille Rosas presiona a un rival. LOF

Después de que Djuka tuviera una parecida, pero sin acabar de encontrar potería, y Manu y Nacho Méndez combinaran con peligro en tres cuartos, la entrada de Igbekeme y Eguaras dio aire al Zaragoza e hizo bajar una velocidad a los de Gallego. Fue la chispa de Cumic, incorporado por un Aitor capaz de iniciar cosas buenas y destruirlas cuatro pasos después, la que mantuvo electricidad en el ataque rojiblanco. Con Peybernes multiplicándose para frenar al serbio, Iván Azón, delantero de refresco blanquillo, replicaba con energía para sacar de su letargo a Mariño, otro de los recuperados que dejó la noche en La Romareda. No se pudo decir lo mismo de un descuidado Gragera. Fue el último cuarto de hora la única fase de cierto equilibro de un partido en el que fue el Sporting el que más méritos hizo para ganar. Punto ser punto, que diría Boskov. Alivio tras tanta derrota para volver al desafío, como el Carreño hoy con Rafa Nadal.

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