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La subcontratación en el Sporting se inicia en la cocina

El club ya ha adjudicado a una firma hostelera el servicio de comidas y desayuno que se dispensa en Mareo a los futbolistas

El Molinón

La política de reducción de costes en el Sporting, a través de externalizar servicios, está en marcha y tiene en la cocina de Mareo una de las primeras consecuencias. El servicio de catering del que disfrutan los futbolistas en las instalaciones rojiblancas, que hasta hace unos meses se asumía por parte de empleados de la entidad, ya está siendo desarrollado por una empresa de hostelería y forma parte del primero de los seis lotes que el club tenía previsto sacar a concurso, en este caso para atender desayunos y comidas de los jugadores.

Esta medida adoptada en la cocina de Mareo se integra dentro de una estrategia que incluye la desvinculación del centenar de empleados fijos discontinuos de El Molinón, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. El club se encuentra negociando con cada uno de ellos para subcontratar la próxima campaña el servicio de porteros y acomodadores a una empresa externa. La entidad recalca que las negociaciones con los empleados afectados parten desde la voluntad de evitar acometer despidos, contemplando el cambio a través de pactar “bajas voluntarias” o mediante la recolocación de los afectados en la empresa que asuma esa gestión.

En lo que respecta a servicios hosteleros, el plan de subcontratar el servicio de cocina en Mareo ya viene desde antes del inicio de la pandemia, momento en el que el Sporting trazó un proyecto que incluía la creación de un espacio para congresos y cumpleaños en la esquina noroeste del municipal gijonés, ahora aparcado. La idea de la entidad era la de sacar a concurso seis lotes, independientes. Al reservado a esta esquina noroeste de El Molinón se unirían la cafetería de Mareo, el catering de los futbolistas (desayunos y comidas en las instalaciones rojiblancas que hasta ahora gestionaba el propio Sporting), catering de los palcos Vip de El Molinón, cantinas de El Molinón y catering del Espacio Quini. El club aseguró que daría prioridad al estudio de la propuesta de la empresa que, de manera única, había explotado hasta el momento tanto las cantinas del municipal gijonés como la cafetería. No es la que ahora asume el catering de los futbolistas.

La idea inicial del Sporting era la de que una misma empresa se hiciera cargo de los seis lotes en los que se dividieron los servicios de hostelería, aunque no necesariamente debería de ser así. La pandemia y el nuevo contexto económico ha frenado la puesta en funcionamiento del proyecto en parte, no así en su totalidad. La intención es la de que se retome la actividad en la cafetería en Mareo una vez que pueda acceder público a las instalaciones rojiblancas, lo que sucederá igualmente con el servicio de cantinas cuando los espectadores vuelvan a poblar las gradas de El Molinón. Lo que está claro es que las nuevas cuentas en el Sporting se llevarán por delante empleos convertidos ya en tareas tradicionales desarrolladas por el club tanto en Mareo como en El Molinón.

“La externalización de estos servicios responde claramente a una política para abaratar costes”. La realidad a la que se enfrentan el centenar de trabajadores fijos discontinuos del Sporting empleados en El Molinón es la que llega “cada vez con más frecuencia” a los despachos de abogados laboralistas, que advierten de las consecuencias de este tipo de decisiones empresariales. “Se precariza el mercado laboral”, subrayan, y lanzan un aviso sobre el debate que se ha abierto en las audiencias para dirimir hasta qué punto se puede acudir a este tipo de soluciones para recortar gastos. “Ahora mismo se está discutiendo hasta qué punto determinados servicios pueden o no externalizarse”, detallan desde un despacho especializado en derecho laboral. En este sentido, explican que es importante diferenciar entre “actividades esenciales en el funcionamiento de estas empresas y las que no lo son”. En el caso del Sporting, no consideran evidente que la labor de porteros y acomodadores, con los que el club se encuentra negociando su desvinculación, esté fuera de ese vínculo como actividad esencial dentro del funcionamiento de un equipo de fútbol. “Estamos hablando del Sporting, que necesita, para jugar sus partidos, de un personal que abra y cierre las instalaciones y también atienda al público. La entrada al campo es una actividad esencial dentro de su funcionamiento”, opinan. A todo esto se añade un problema añadido que se está dando en otras situaciones y es el de que “se está camuflando el prestamismo laboral”. Los trabajadores fijos discontinuos del Sporting tienen los mismos derechos que un trabajador fijo al uso, con la diferencia de que sus periodos de empleo son variables. En este caso, en función de las fechas de la temporada del Sporting. La pandemia y la ausencia de público en el municipal gijonés ha provocado que muchos lleven meses en casa.

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