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Las trayectorias de Javi Fuego y Carmona en el Sporting: Cambio de guardia

Las marchas del poleso, 192 partidos en 8 años, y el balear, 293 encuentros en 9, ejemplifican el cierre de una etapa

Carmona y Babin, tras el encuentro del domingo Juan Plaza

La parroquia rojiblanca perderá esta campaña a dos señas de identidad del sportinguismo. Javi Fuego, ocho temporadas y casi dos centenares de partidos en el club en dos épocas distintas, dijo ayer adiós a la disciplina rojiblanca de forma oficial. Carlos Carmona, nueve temporadas consecutivas como sportinguista, con casi tres centenares de encuentros a sus espaldas con la zamarra rojiblanca, está a punto de rubricar su salida. El fin a una era del sportinguismo con la marcha de dos de los jugadores más importantes en la historia reciente del club.

Javi Fuego inició, en el verano de 2019, la operación retorno al Sporting que luego siguieron jugadores como Manu García o Borja López. El poleso comenzaba así su segundo periplo en el club de su vida, con el que debutó en el fútbol profesional con apenas 17 años y en el que se mantuvo 6 temporadas, siendo pieza fundamental, hasta fichar por el Levante. Un jugador muy distinto al Javi Fuego que ahora llegaba al Sporting: más maduro, con mucho más fútbol en sus piernas y su cabeza. Un veterano que ofrecía al club en el que se crió su último servicio. Un viaje en rojiblanco que le llevó a sumar ocho temporadas y 192 partidos, en los que anotó cuatro goles, el primero de ellos frente al Celta.

En su segunda etapa en el club, Fuego fue un espejo para que se miraran los más jóvenes, con mucha influencia dentro del vestuario junto a otros como el propio Carmona. Después de una primera temporada en la que él mismo asumió que no dio el nivel futbolístico que esperaba, en esta segunda campaña rindió a un nivel muy alto, sabiendo ser la mano derecha de David Gallego en el campo. A ello se suma su peso en la caseta sportinguista, continuo ejemplo de los canteranos. Como ejemplo, aquellas declaraciones en las que llamaba a los más jóvenes a ser “futbolistas 24 horas al día”, que abrieron los ojos a muchos y que tomaron una trascendencia mucho mayor tras la crisis del covid que se desató en el vestuario. Una crisis que, precisamente, Fuego, junto a otros como Carmona, ayudó a mitigar.

Sin embargo, Javi Fuego se va ahora del club sin llegar a cumplir dos de sus sueños: de un lado, jugar en Primera con su Sporting, un objetivo que estuvo a punto de cumplir de haber logrado el ansiado ascenso esta campaña; de otro, vestir la camiseta rojiblanca dos décadas después de su debut, una fecha que se cumpliría la próxima temporada. El poleso acabó contrato el presente curso y no llegó a un acuerdo con la entidad para alargarlo al menos un año más.

Superar a Maceda

De una despedida oficializada ayer a otra que se espera que pueda darse pronto: la de Carlos Carmona. El atacante balear también acaba su vinculación contractual la presente campaña, tras nueve temporadas de rojiblanco, y desde el club no se ha dado un paso al frente para renovarlo. Carmona suma 293 partidos como sportinguista, siendo el 21.º jugador con más partidos en la historia del club, uno más que Antonio Maceda, al que superó el domingo. El único jugador en activo que supera a Carmona en partidos jugados con el Sporting es Canella, con 313.

El balear, además, siempre tuvo un papel protagónico en el club desde su llegada en 2012 como uno de los últimos fichajes de Emilio de Dios antes de dejar el Sporting. Como prueba, los 43 goles que suma como sportinguista, una decena de ellos en Primera División. A ellos se suman una treintena de asistencias.

Pero más allá de los números, la marcha de Carmona supone el fin de una era. Es el jugador de la actual plantilla con más temporadas consecutivas en el primer equipo y el único superviviente, junto a Pablo Pérez, del último ascenso sportinguista, en el curso 2014-15, como pieza fundamental de aquel Sporting de los guajes. Como fundamental fue también en Primera. De hecho, en el encuentro que dio la permanencia al Sporting frente al Villarreal, el balear dio la asistencia del primer gol a Jony. Tras el descenso, aceptó quedarse en el club gijonés cerrando la puerta a conjuntos de mayor categoría y aceptando una rebaja salarial. Un favor que ahora, desde su entorno, confiaban en que el club supiera devolver.

Entre sus momentos más emotivos como sportinguista, el encuentro que disputó frente a Las Palmas con su padre recién fallecido, demostrando el compromiso con el club que siempre le ha caracterizado dentro y fuera del campo. Capitán en innumerables partidos, una de sus imágenes más recordadas es la del gol al Oviedo, en El Molinón, en el primer derbi del reencuentro.

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