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La curiosa historia de Campuzano, el FIFA y Manolo Preciado

El carisma del técnico cántabro hizo que el delantero rojiblanco simpatizara con el Sporting desde niño a través de un videojuego

Campuzano, durante un partido. Ángel González

Campuzano simpatiza con el Sporting desde niño y mucha culpa la tiene el carisma de Manolo Preciado. La relación del catalán con el club rojiblanco comenzó hace años a través de una Play-Station (videoconsola). A Campuzano le gustaba la forma de entender y vivir el fútbol del cántabro y, durante sus partidas al FIFA (videojuego de fútbol), jugaba a ser Preciado dirigiendo al equipo que entrenaba entonces, el Sporting.

De aquella comenzó una relación que años más tarde le traería a Gijón y un recuerdo en forma de alineación. El barcelonés recita de carrerilla el once de la temporada del gol de De las Cuevas en el Bernabeu, punto álgido de la etapa de Preciado en Gijón. Cuando Manolo Preciado tomó las riendas del Sporting en 2006, Víctor Campuzano era un niño de 9 años. Ni sabía entonces que se convertiría en futbolista, ni mucho menos que su carrera pasaría por el Sporting, club al que llegó el pasado mes de enero y en el que tiene contrato hasta 2024. Tres años antes de su llega a Gijón, Campuzano visitó la estatua de Manolo Preciado junto a El Molinón. Para el recuerdo, una instantánea que compartió hace pocos días en redes sociales, en forma de collage junto a otra imagen idéntica, pero tomada recientemente. A Manolo se le resistieron delanteros como Nino, pero sin saberlo encarriló fichajes como el de Campuzano.

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