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El mítico dorsal busca dueño: El Sporting, huérfano de “10”

“Es un gran honor y una gran responsabilidad”, aseguran quienes lucieron en Gijón el dorsal, libre tras la salida de Carmona

Nacho Cases, con el "10" a la espalda, recibe indicaciones de Abelardo

El Sporting se encuentra huérfano de “10”. Tras la marcha de Carlos Carmona, el mítico dorsal queda libre en el club y busca un nuevo heredero tras pasar por jugadores de la talla de Lediakhov, Biagini, Sangoy, Gerardo, Rubén Suárez, Nacho Novo, Maldonado o Nacho Cases. “Es un gran honor y una gran responsabilidad”, aseguran quienes portaron el dorsal más mítico de la historia del fútbol, el que lucieron Maradona, Pelé o el propio Leo Messi. Un número que tiene mucha influencia dentro del campo, pero también fuera. “Tiene que ser un jugador diferencial y líder”, explican de un número que suele venir acompañado del brazalete de capitán.

“Es una gran responsabilidad, tanto dentro como fuera del campo”, asegura Nacho Cases, que lo portó durante cuatro temporadas antes de que lo heredase el centrocampista balear. Ellos son dos ejemplos claros de esa máxima: líderes en el césped y jugadores con mucha influencia en el vestuario rojiblanco. Para Cases, portar ese dorsal durante casi un lustro en el club de su ciudad fue “todo un honor, una de las cosas más bonitas que me pasó en el fútbol”. De hecho, el gijonés enfatiza que “para llevar ese número, tienes que sentirlo”.

Así lo cree también otro exsportinguista que lució el “10” rojiblanco por los campos de España, durante una temporada y media: Francisco José “Tati” Maldonado. “Llevar un dorsal como ese en un equipo histórico como el Sporting es algo precioso”, explica el atacante, ya retirado del fútbol y que actualmente se encarga de coordinar las categorías inferiores del Bazán de su San Fernando natal. Echando la vista atrás reconoce que “me hubiera gustado llevarlo de mejor manera, aportar más y rendir más, pero las continuas lesiones musculares me lastraron” en su paso por Gijón.

La forma de acceder a tan preciado número fue muy distinta para ambos. Cases lo hizo tras subir del filial con el “31” a la espalda, asentarse en el primer equipo luciendo el “21” y alcanzar el “10”, después de tres temporadas, por galones. Maldonado, por su parte, explica que “me lo encontré” tras la marcha a mitad de temporada de Pablo de Lucas, que era quien lo portaba. Así, el gaditano cambió el “25” por el “10”.

“Es el dorsal más icónico del fútbol, el que todo el mundo se quiere poner”, explica Cases. “Hay gente a la que le pesa, porque es una presión añadida, sabes que se te va a ver más, no es fácil jugar con ese número a la espalda”, ahonda el centrocampista, actualmente en el Suduva de la liga lituana. “En los momentos más complicados, siempre se busca al ‘10’, como hacíamos con Carmona, porque era el jugador más diferencial”, asegura el gijonés.

En esa reflexión converge también “Tati” Maldonado. “Es el número que identifica al jugador más determinante del equipo, el que tiene más calidad en el campo, el líder”, asegura, “es el jugador referencia”. Maldonado entiende que para llevar ese número “tienes que tener algo distinto, ese carisma, ese carácter para intimidar al rival”.

Por eso, coinciden en que para lucir el “10” a la espalda es necesario tener “pasión, calidad, liderazgo y saber convivir con la presión, que les tiene que afectar menos que a los demás”.

Ahora que no está Carmona tendrá que ser otro jugador el que cubra ese vacío. “Yo se lo daría a Manu García, porque tiene un futuro y un presente tremendo y creo que aúna todas esas cualidades”, vaticina Nacho Cases. “Es uno de los jugadores más importantes y que mejor ve el fútbol, va a ser presente y futuro en el Sporting”, sentencia.

Maldonado, no obstante, llama a “esperar a ver qué incorporaciones hay”, ya que “yo se lo daría a algún fichaje que fuera diferencial”. De hecho, remarca el gaditano, “me encantaría que llegara un ‘10’ que se consolidase en el Sporting”. Una frase que se explica en los comentarios que se oían en el vestuario sportinguista en sus años de Gijón. “Comentábamos medio en broma que había una maldición con el ‘10’, porque ningún jugador terminaba de cuajar y todos los que lo llevaban acababan saliendo”, explica.

De hecho, tras Igor Lediakhov, el primero en lucirlo de forma fija durante siete temporadas, solo Cases y Carmona –cuatro años cada uno– encontraron esa continuidad. Un reto que deberá asumir el próximo jugador que se decida a lucir el “10” del Sporting.

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