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Scotto: “Irme de Gijón fue un error de juventud que ahora no cometería”

“Si fuera el Sporting tendría que recibir una oferta muy buena para vender a Djuka; hay que buscar un perfil de sus características”

Darío Scotto, ayer, en su residencia de Buenos Aires. En el detalle, Scotto, en el Sporting. D.S. / LNE

Llegó al Sporting en 1992 con el mejor aval posible. Enzo Ferrero, figura rojiblanca y por entonces secretario técnico, apostó fuerte por el delantero Darío Óscar Scotto (Buenos Aires, Argentina, 1-9-1969). Jugó en Gijón tan sólo un año, participando en 19 partidos y marcando 6 goles. “Extrañaba mucho a mi familia, fue un error de juventud marcharme, me arrepiento”, asegura el argentino en conversación con LA NUEVA ESPAÑA. Con el Sporting en plena búsqueda de un “9”, quien compartiera ataque en Boca con Maradona y Caniggia pide un relevo del perfil de Djuka.

Scotto: “Irme de Gijón fue un error de juventud que ahora no cometería”

La vida en Gijón. “De once meses que pasé allá, en nueve no paró de llover. No he vuelto desde que me marché y espero hacerlo pronto junto a mis dos hijos. Tengo una nena de 21 y un nene de 19, Íker, que también juega al fútbol. Es delantero en el reserva (filial) de Banfield. Viene con buen futuro. Es delantero, pero tiene algunas características distintas a las mías. Él es más ‘9’, más punta”.

Su temporada en rojiblanco. “Tengo el mejor recuerdo. Estoy arrepentido de haberme ido. Es una ciudad preciosa, divina. El césped de El Molinón era un billar en comparación con los campos de Argentina. Si estuviéramos 30 años atrás, tomaría otra decisión. Pasó que extrañaba mucho a mi familia. Allá vivía en un piso bien céntrico, cerca de la playa, pero tenía que caminar cuatro cuadras (manzanas) y poner 9.000 pesetas a diario para hablar por teléfono con mi novia y mi mamá, porque los necesitaba. Tampoco fue un año malo en lo deportivo. Diría que bueno para ser el primero en España. Hice algunos goles importantes. Lo que me faltó para acabar de explotar fue pasar un año más allá para despojarme de todo el fútbol del que venía y acostumbrarme a lo nuevo. Estaba en ese proceso, pero me fui antes de terminar de conseguirlo”.

Lío con Bert Jacobs. “El entrenador se enojó conmigo al poco de iniciarse la temporada. Recuerdo que fue en un partido que jugamos como local ante el Madrid. Rocha me pegó una patada de atrás. Me hizo una distensión de ligamentos en la rodilla. No podía casi correr, pero no pedí el cambio. Me tenían que pegar un tiro para salir del campo. Cuando pasaron los minutos y el míster se enteró, se enojó. A partir de ahí fui suplente. Creo que eso no me ayudó. Él se fue faltando nueve fechas (jornadas) y entonces me operé de una pubalgia. Vino mi mamá, Betty, de Argentina, para estar conmigo en la clínica. Era en Oviedo y apareció allí García Cuervo. Me dijo que tenía cinco o seis jugadores fijos para el proyecto de la siguiente campaña y uno de ellos era yo. Le respondí que me iba. Me equivoqué”.

Carrera al alza. “Me fui al Necaxa. En México me ofrecieron un buen dinero, pero me ocurrió lo mismo, extrañé Argentina. Al año siguiente me fui a Rosario y después ya tuve la suerte de que todo me salió bien en los equipos que estuve. El mayor lujo fue ser máximo goleador del Apertura con Boca, compartiendo ataque con Maradona y Caniggia. Diego era mi ídolo. El dolor de su pérdida no se irá nunca en Argentina. Luego tuve dos oportunidades de volver a España, una de ellas a Las Palmas”.

Sigue al Sporting. “Fue una lástima esta temporada, todos esperábamos que se lograra el ascenso. Espero que ahora mantengan el bloque. Djuka fue un futbolista muy importante, por los goles y las jugadas que generó. Si fuera el Sporting tendría que haber una muy buena oferta para venderlo, aunque entiendo que el jugador quiere progresar y jugar en Primera. Si se va, esperemos que traigan un perfil de delantero de características similares”.

Ahora, empresario. “Tengo una fábrica de pinturas totalmente ecológicas, se llama Inout. Fue una oportunidad que vi y arranqué con eso. También soy técnico de fútbol y manager deportivo, pero todavía no he querido dirigir, aunque puede ser una opción de cara al futuro”.

Simeone, un amigo. “Tengo una muy buena amistad con el Cholo. Tuve la suerte de jugar con él en todas las selecciones juveniles argentinas. Ahora, después de que saliera campeón con el Atlético, estuvimos charlando un buen rato. Es un fenómeno”.

España, sin gol. “El primer partido lo mereció ganar. Jugó mucho mejor. España tiene mucho dominio de terreno y balón, pero le cuesta plasmar. Es una de las potencias de esta Eurocopa, aunque mis favoritas son Bélgica y Francia”.

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