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Christian Rivera vuelve a Mareo: "Como en casa, en ningún sitio"

El pivote defensivo regresa a Gijón tras desvincularse de Las Palmas

Christian Rivera, ayer, tras su presentación, con Joaquín y su representante, Miguel León, al fondo, en el césped de El Molinón. | Juan Plaza

Con un vídeo titulado “Volver a empezar”, el mismo título que la oscarizada obra maestra de José Luis Garci. Así recibía ayer de buena mañana el Sporting a Christian Rivera, el segundo fichaje de la temporada tras el ucraniano Kravets. Y siguiendo con la metáfora de la cinta protagonizada por Ferrandis y Bódalo, el regreso a Mareo del pivote de 24 años casi puede entender como la vuelta del hijo pródigo, tras una abrupta marcha en 2013 que le llevó a vestir la elástica del Oviedo. Rivera, con sus palabras, confirmó este planteamiento. “Como en casa, no se está en ningún sitio”, dijo.

La llegada de Rivera al club era un secreto a voces. El futbolista llevaba ya tiempo en la ciudad. Tras un “complicado” paso por Las Palmas, el “Busquets de Laviada”, como le apodan, logró desvincularse del conjunto isleño tras unas tensas negociaciones. “Deportivamente, creo que doy un paso adelante. Mi salida de Las Palmas, bueno, todo mi paso por Las Palmas, fue difícil. En otros aspectos no sabría decir si doy un paso adelante o no”, trató de explicar el futbolista en su presentación.

Rivera firma por cuatro temporadas. O sea, que será rojiblanco hasta el 2025. Un aspecto que él mismo y el director deportivo del Sporting, Javi Rico, valoraron muy positivamente. “Ojalá aquí encuentre la estabilidad que me faltó”, afirmó el mediocentro. “Desde que llegué al puesto de director deportivo traerle ha sido una obcecación. Ha hecho un gran esfuerzo por venir. Es un jugador de la casa, que queremos y que va a ser muy feliz en el Sporting. Nunca tuvo dudas de volver”, sentenció Javi Rico. En cuanto a lo deportivo, Rivera apuesta por el ascenso a Primera. Y detalló que aún no conocía a su entrenador, David Gallego. Asunto que despachó de tarde en su primera sesión como rojiblanco donde hizo buenas migas con Kravets y Nacho Méndez.

A pesar de su querencia por el club, Rivera no llegó a debutar en el primer equipo. Salió del Sporting por las bravas. Fue en 2013, cuando en edad cadete se le negó el salto a juveniles. Entendió que el club había incumplido una serie de promesas y pidió salir. Tras una serie de tiras y aflojas de varios meses terminaría en el Oviedo. Después ha jugado en el filial del Barcelona, el Eibar, el Huesca, el Leganés, además de en Las Palmas. En total, 51 partidos en Primera y otros 47 en Segunda. Con la lección aprendida, y tras un año amargo en Gran Canaria, Rivera desea volver a empezar con su Sporting.

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