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La crónica del Sporting 1-0 Burgos: Djuka alarga la Semana Grande

Un cabezazo del balcánico y las buenas intervenciones de Mariño dan al Sporting la primera victoria del curso, frente al Burgos y ante 10.000 abonados

Djuka celebra el gol de la victoria con Pablo Pérez. | Ángel González

El Sporting no quiso fallar a su cita con el “superdomingo”. En el día de Begoña, el conjunto rojiblanco brindó a sus aficionados, y a la patrona de Gijón, una trabajada victoria en su debut liguero. El colofón perfecto a una descafeinada Semana Grande que tuvo en El Molinón su particular restallón, surgido de la testa de Uros Djurdjevic. Con todas las plazas hoteleras de la ciudad ocupadas, el ariete balcánico no quiso fallar a su reserva del gol. Djuka demostró que sigue en Gijón, de cuerpo y mente, con el primer tanto rojiblanco de la temporada. Un remate que hizo justicia a lo visto hasta entonces en el campo y que hizo que por primera vez en casi un año y medio temblaran los cimientos del estadio gijonés con el grito unánime de los más de 10.000 aficionados que pudieron acudir. La afición se reencontró con el equipo, Uros con el gol y el Sporting con la victoria, merced a una receta que ya no es nueva a orillas del Piles: que Mariño pare y que Djuka marque.

El Sporting jugó ayer un partido de equipo grande, de conjunto que se sabe protagonista en la categoría, de club que aspira a todo. Supo dominar, mandar, someter, marcar y tener esa suerte que tienen los que ganan habitualmente, que en los últimos tiempos dio en llamarse “flor”. Porque es tan cierto que el Sporting fue netamente mejor durante todo el partido, tuvo la posesión y el peso del encuentro, se puso por delante y supo ganar, como que los locales pudieron empatar, o perder, si Mariño no hubiera hecho un puñado de meritorias paradas. Paradójico que siendo mejor, la eficacia en las áreas volviera a ser la mejor noticia de un Sporting que, esta vez sí –quizá este año sí– quiere ser protagonista.

Los de David Gallego salieron al terreno de juego dominadores, con la firme intención de llevar el peso del partido, apoyado en la conexión entre Nacho Méndez y Fran Villalba por dentro y Kravets y Gaspar por fuera. Así, supieron liderar la posesión y marcar el tempo del encuentro. Un dominio que, no obstante, no casi nunca lograba cristalizar en ocasiones claras. Siempre fallaba el último pase.

De hecho, el primer acercamiento peligroso del encuentro fue del Burgos, en la primera vez que los visitantes pisaban el área de Mariño. Fue en una jugada trenzada en banda izquierda entre Saúl Berjón y Fran García que, tras ganar línea de fondo, puso un balón envenenado al centro del área. Navarro remató, pero Mariño sacó el esférico con unos reflejos felinos. La acción no afectó al planteamiento rojiblanco. El Sporting supo reponerse y seguir mandando en el encuentro a través de la posesión. Así llegó la más clara de la primera parte para los locales, en las botas de Djuka. Nacho Méndez, de primeras, filtró un balón al espacio al ariete balcánico, cuyo remate sorpresivo, solo frente a Herrero, se fue fuera por poco. Los locales siguieron empujando, pero la primera parte terminó sin tantos.

En la segunda parte, el dominio sportinguista parecía más estéril, sin tanta mordiente, hasta la salida de Pedro Díaz por Gragera, a la hora de juego. La entrada del “8” rojiblanco dio más vuelo al equipo. Y a punto estuvo de aprovecharlo él mismo, tras una larga jugada colectiva que terminó con un pase filtrado por Villalba a Guille Rosas, que ganó la línea de fondo y puso el balón atrás para el sierense, que no acertó a rematar. En la jugada siguiente, Aitor García, tras un buen recorte, se sacó un disparo que se fue fuera por poco.

El Sporting, desabrochado al ataque por tramos, avasallando a su rival, supo aprovechar, ahora sí, la tromba ofensiva. Una buena jugada de los de David Gallego, sabiendo llevar el balón de lado a lado del campo, llevó el esférico a las botas de Aitor García que puso un buen centro al corazón del área. Djuka, entre dos defensores, enganchó un remate de cabeza que se coló en la portería burgalesa poniendo el 1-0. El rugido del lobo balcánico se perdió entre el grito de liberación de una grada que echaba mucho de menos cantar un gol en El Molinón. El tanto sportinguista animó a los visitantes, que sacaron el colmillo para aproximarse al área de Mariño. Lo intentaron aplacar los de David Gallego con una nueva llegada al área, donde Kravets encontró a Villalba. Su remate, con mucha intención, se fue al lateral de la red. El mediapunta valenciano, en el momento de ser cambiado, se llevó una gran ovación.

Tuvo que volver a emerger la figura de Mariño a falta de un cuarto de hora para el final. Andy botó una falta que encontró la cabeza de Guillermo. Su remate, a la cepa del poste, lo sacó el guardameta vigués con una meritoria intervención. El Burgos llevaba todo el peligro a balón parado. El portero local tuvo que volver a intervenir en un córner que remató en el primer palo Elgezabal. El empuje final del Burgos a punto estuvo de recibir el premio del empate, pero el Sporting supo amarrar su ventaja para lograr los tres puntos y alargar la Semana Grande gijonesa.

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