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Lo que el ojo no ve: el doblete de Javi Rico y el Gallego más cariñoso

El entrenador del Sporting vive su etapa más feliz en el banquillo rojiblanco

Una aficionada rojiblanca, durante el partido ante el Málaga. Ángel González

El liderato le sienta bien al Sporting y, especialmente, a su entrenador. David Gallego vive su etapa más feliz en el banquillo rojiblanco. Lo demuestran los resultados y también sus palabras. Si al final de la temporada pasada, tras la disputa de la última jornada, envió un mensaje de agradecimiento en sala de prensa a una persona especial, ayer volvió a repetirlo. Atrás ha dejado Barcelona y meses sin poder ver a sus hijos. Tras su separación, en Gijón disfruta ya de una segunda vida, en lo profesional y en lo personal que le hace sacar su lado más cariñoso. Se vio también al término del partido. Con todos los jugadores en los vestuarios, Gallego volvió al césped para hacerse una foto junto a un aficionado y dos niños pequeños. Un “selfie” más concretamente. Él pegado a la valla y ellos, al filo del inicio de zona de butacas. Metáfora de lo cerca que están afición y entrenador en este momento.

El triunfo ante el Málaga también se vivió con un pleno en el palco. El consejo de administración al completo siguió el partido. Javier Fernández, Javier Martínez, Ramón de Santiago y Fernando Losada en primera línea. También José María Muñoz, administrador judicial del Málaga, a quien Joaquín guió por el interior del campo. El día acabó mejor de lo que empezó para Javi Rico, el hombre del doblete rojiblanco. Inició la mañana viendo al filial empatar en Mareo –con Tomás Hervás bien cerca– y acabó saboreando un triunfo de casta en El Molinón.

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