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Un gijonés en el seno del Alcorcón

Alfonso García Solares, readaptador del juvenil A alfarero, se muestra “dividido” de cara al partido

Alfonso García Solares posa con una sudadera del Alcorcón y una bufanda del Sporting en Gijón durante el puente. | Ángel González

En el seno de la Asociación Deportiva Alcorcón, próximo rival liguero del Sporting, hay un infiltrado. El gijonés Alfonso García Solares (1994) trabaja como readaptador del juvenil A del conjunto madrileño. Una oportunidad laboral que se comenzó a cimentar, precisamente, en el Sporting. En el tercer año de carrera –estudió un grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad Politécnica de Madrid– “tuve la oportunidad de hacer unas prácticas en el Sporting con César Castaño –readaptador– y Gonzalo Revuelta –médico–”, recuerda. Era el segundo año del club en Primera, con Abelardo. Y aquella fue una experiencia que “me marcó mucho”, confiesa.

Solares deja claro que “siempre supe que quería dedicarme a esto”. Con “esto” se refiere al fútbol. Jugó como portero en el Codema, el Arenal, el Llano 2.000 y La Asunción, “pero no me dio la calidad para ser futbolista”, explica entre risas. Así que recondujo su carrera. Realizó un máster en Rehabilitación de lesiones y consiguió abrirse más puertas. Gracias, sobre todo, a su paso por el Sporting. “Haber trabajado en un club profesional me facilitó las cosas”, reconoce. Así llegó al Alcorcón, donde cumple ya su quinta temporada. “Es un club pequeño, familiar, con un gran sentimiento de pertenencia y donde nos dejan trabajar muy cómodos”, incide el gijonés, que también remarca que “no deja de ser un club profesional, con lo que ello conlleva: tiene mucha repercusión”.

Aunque él se desempeña con el juvenil A, está totalmente integrados en la dinámica del filial y el primer equipo. De hecho, entrenan a las mismas horas, compartiendo instalaciones. Su labor esencial es “hacer que todos los jugadores estén disponibles y en las mejores condiciones”. Así, realiza trabajo preventivo con los futbolistas, enfocado a las especifidades de cada uno –su puesto, lesiones anteriores...– y, sobre todo, ayuda a quienes están lesionados. “Los jugadores lesionados depositan en ti toda la confianza para su recuperación”, valora, “a veces casi hacemos más de padres: orientándoles, ayudándoles y animándoles”. Su puesto, explica, “no existía hace unos años, lo hacían los fisioterapeutas o los preparadores físicos”. Pero ahora “cada vez está más en auge”.

Pensando en el partido del sábado, Solares asegura: “No quiero mojarme”. Siendo de Gijón, “toda mi familia y mis amigos van con el Sporting”. Pero él se muestra más pragmático: “Yo quiero lo mejor para los dos y ahora quien más necesita los puntos es el Alcorcón”, que va último en la tabla. Sin embargo, “el sentimiento sportinguista que tengo está ahí”. Cuando vivía en Gijón, por ejemplo, “iba a todos los partidos de El Molinón”. Por todo, se muestra “dividido”.

Más claro lo tiene cuando se le pregunta por el futuro. “Volver a casa me encantaría”, remarca. “No me cierro puertas, quiero seguir creciendo y mejorando como profesional, sin ponerme ningún techo”, explicita ambicioso. Trabajar para el Sporting sería, entonces, “una gran noticia en el aspecto personal y profesional, es un club de mucho prestigio”. Pero, de momento, solo piensa en el Alcorcón y en el partido del sábado, en el que tiene el corazón dividido.

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