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Babin cierra el círculo de los mellizos sportinguistas que se hicieron virales en el Tartiere

El jugador del Sporting recibe a Álex y Pelayo tras protagonizar el derbi con su imagen entre la afición azul: “Sois nuestro orgullo”

Por la izquierda, Babin observando la reproducción de las páginas de LA NUEVA ESPAÑA ante Álex, Marco, Pelayo y Silvino Vigil, ayer, en El Molinón. | M. León

Juguetean con una pelota, cuando por el túnel de vestuarios de El Molinón emerge la figura de Babin. “Vaya ‘flow’ (ritmo) que tienes”, le espeta Pelayo Vigil al futbolista mientras su hermano Álex sonríe. Ellos son los mellizos más famosos del sportinguismo después de la icónica imagen que protagonizaron durante el derbi en el Tartiere. La misma con la que estos críos de 13 años dieron ejemplo a través de la naturalidad de vivir el partido en medio de la afición azul con un sencillo propósito: conseguir la camiseta del central de Martinica. El deseo se cumplió ayer en el municipal gijonés con LA NUEVA ESPAÑA como testigo.

Por la izquierda, Pelayo y Álex Vigil Mon, en la sala de prensa de El Molinón, ante la reproducción de su reportaje en LA NUEVA ESPAÑA. | M. León

“Tenéis personalidad, me gusta”, comenta Babin mientras observa la foto de LA NUEVA ESPAÑA en la que Pelayo y Álex Vigil aparecen con sus camisetas del Sporting entre un mar de bufandas del Oviedo. “Eres el mejor”, le suelta Álex. “Tú debes ser bueno hasta jugando a las chapas”, añade Pelayo, mientras sus ojos se pierden vivamente entre el rostro del futbolista. El Sporting se ha encargado de que el día sea inolvidable para ellos. Después de compartir unos minutos con los jugadores en el césped, momento aprovechado por los niños para que les firmen el balón que acaban de comprar en la tienda del club, Pelayo se lleva a casa la camiseta de Babin y Álex, la de Guille Rosas. “A mí también me gusta Babin, pero él se la pidió primero”, explica este último. “Guille también es muy bueno”, apostilla.

“Mañana cumplen 14 años y la fiesta ya la han tenido con todo esto”, desliza su padre, Marco, ante la popularidad sobrevenida de los chiquillos. “En el colegio somos semidioses”, comenta, guasón, Pelayo, que comparte aula con su hermano en el IES Montevil. “Es que… tú imagínate que juegas un partido de fútbol y te viene Babin de frente. ¿Qué haces?”, continúa para acreditar la grandiosidad de su futbolista favorito. Un paso por detrás, Silvino Vigil, “socio de honor del Sporting, accionista y abonado número 321”, sonríe. Al abuelo, de 82 años, se le ve orgulloso de la herencia sportinguista dejada a sus únicos nietos.

Silvino aprovecha para ponerles en contexto de la historia rojiblanca. “Babin es bueno, pero antes hubo grandes defensas en el Sporting: Maceda, Abelardo, Alonso, Medina…”, recita este gijonés de La Calzada que fue también directivo del Gijón Industrial. “En mi etapa fichamos a Joaquín Alonso al Astur con les perres que nos dio el Sporting porque a ellos no se lo querían vender”, recuerda. Los críos escuchan, pero siguen a lo suyo antes de otra llamada de atención. “Mirad, ese es el hermano de Quini”, comenta en bajo, apuntando a Falo, encargado del cuidado del municipal gijonés. Él se da cuenta y responde: “También soy hermano de Castro, no os olvidéis de Jesús”.

“Os doy las gracias por esa pasión que mostráis por el Sporting y os animo a seguir así. Es un orgullo para nosotros tener aficionados como vosotros”, traslada Babin a los visitantes, que exprimen el encuentro hasta el último segundo. “¿Puedes mandarle un mensaje a un amigo? Mira, te grabo”, propone Álex mientras acerca su móvil a la boca de Babin. La misma petición se repite con Pelayo. El futbolista, el último en abandonar el campo tras el entrenamiento, accede con un cariñoso mensaje para cada uno. “Os espero en El Molinón”, termina diciendo el rojiblanco.

Babin verá a los Vigil este sábado, ante el Alcorcón y, seguramente, en algún que otro campo más esta temporada. Abuelo, padre e hijos son abonados del Sporting acostumbrados a viajar por España acompañando al equipo. “Ya hemos estado con el equipo en Ipurúa, en el Vicente Calderón, en el Carlos Belmonte, en el Ángel Carro, en Riazor y hasta en un amistoso en la Nueva Balastera”, apuntan, ayudándose unos a otros antes de volver a casa.

“Ha sido una pasada”


“Los aficionados del Oviedo se metían con los futbolistas del Sporting, pero a nosotros nos trataron muy bien”, subrayan Pelayo y Álex Vigil. “Es de agradecer”, añade el padre de estos dos gijoneses, en referencia al comportamiento de los seguidores azules. Una convivencia ejemplar, entre niños y adultos, sportinguistas y oviedistas, de la que LA NUEVA ESPAÑA ha querido hacerse eco a través de su historia. Como muestra de ese interés por estar cerca de los protagonistas del derbi, Pelayo y Álex recibieron ayer una reproducción en cartón-pluma del reportaje que les dedicó este periódico el día después de protagonizar una imagen icónica. “Es una pasada. Todo ha sido una pasada. Le buscaremos un buen sitio en casa. Gracias por todo”, afirma la familia Vigil.

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