Triunfo de líder, victoria de las que definen el hambre de un equipo. El Sporting recuperó ayer el liderato gracias a un gol de Djuka en el descuento para derribar el muro del Alcorcón, personificado en la figura de su portero. Dani Jiménez permitió a su equipo creer en el empate salvando hasta cinco mano a mano que no fueron suficientes. El último duelo con Djuka acabó con el rechace golpeando en Gorosito y saciando la sed del montenegrino, borracho de furia para celebrar el triunfo y el primer puesto.

David Gallego clavó el plan. No le gusta jugar a adivino, pero avisó en la previa de la importancia de tener paciencia para acabar ganando. Lo entendió su equipo. El Sporting creyó hasta el final con un Pedro Díaz inmenso en el medio campo hasta llevar al marcador lo que se vio en el verde. El triunfo, por la forma, es un impulso añadido al efecto de recuperar la primera plaza. El premio, con El Molinón impaciente por momentos, gana valor por la madurez de mantener el temple y competir hasta el descuento. Los puntos son un chute tremendo tras el derbi.

El Sporting controló una primera parte en la que tuvo las mejores ocasiones para adelantarse. Avisó Djuka a los doce minutos de disparo cruzado para que Dani Jiménez metiera una gran mano abajo. Fue el preludio de la mejor, un minuto después. Villalba abrió la contra, Djuka encontró al espacio a Aitor, y el de Gibraleón desbordó con el primer control para plantarse ante Dani Jiménez. Con todo a favor, acabó apurado al írsele largo un último toque que le hizo estamparse, casi literalmente, con el guardameta visitante. Perdonó el Sporting, respiró el Alcorcón.

Los alfareros, que empezaban a torpedear la salida desde atrás de los gijoneses, tuvieron la suya. Llegó en un error de entrega de Gragera, asistiendo sin quererlo a Lucho. El argentino engatilló en la frontal y Mariño sacó del apuro. No tuvo más trabajo el vigués hasta el descanso. Fue tiempo entonces para De la Fuente Ramos. El árbitro entró en una espiral de amarillas que dejaron el listón demasiado bajo embarrando un partido sin aparentes complicaciones. Le pasó factura. Con Djuka desesperado por los agarrones de la zaga del Alcorcón y Gallego calmando la furia montenegrina tras ser uno de los amonestados, el Sporting volvió a acariciar el gol tras recital de caños de Fran Villalba y Pedro Díaz.

Aitor García volvió a hacer estirarse a Dani Jiménez con un zurdazo tras despeje de la zaga del Alcorcón antes que Djuka volviera a evidenciar los problemas del colegiado para controlar el encuentro. El delantero rojiblanco cayó agarrado por Gorosito cuando iba camino de pisar área, y el árbitro no sólo perdonó la segunda al alfarero, sino que no señaló nada. El Sporting perdió la oportunidad de debilitar al rival, pero ganó el ver a El Molinón metido de nuevo a costa del enfado con De la Fuente Ramos.

Después de un descanso en el que el espectáculo de luces regresó al municipal gijonés a ritmo discotequero, el Sporting repitió guion de inicio. Pedro encontró a Djuka entre líneas y Dani Jiménez repelió con el hombro. Siguió mandando el Sporting buscando constantemente a Pedro Díaz para arrinconar a un rival que renovó su ataque con Marc Gual y Córdoba para despertar. La siguiente oportunidad cayó del lado visitante. A falta de veinte minutos, Hernández cabeceó al palo un saque de esquina de Arribas. Todo seguía en el aire.

El Sporting, ya con el Puma en el lugar de un apagado Gaspi, echó el resto. Volvió a perdonar en una doble ocasión de Djuka y Puma Rodríguez a pase, otra vez, de Pedro. Se hizo gigante Dani Jiménez. Salvador. Tanto fue el cántaro a la fuente que a la siguiente no alcanzó. Una pérdida del exrojiblanco Hugo Fraile en campo propio volvió a dejar a Djuka ante Dani Jiménez. Volvió a parar el meta alfarero, pero el rechace golpeó en Gorosito y dejó al montenegrino fusilar a placer para derribar el muro y recuperar el liderato.  

Lo que el ojo no ve

Mimos de Javi Rico para Rivera tras el toque de Gallego 

Christian Rivera fue, sin quererlo, el protagonista de la previa del partido del Sporting ante el Alcorcón. Comenzó con el toque de atención que le mandó David Gallego en la rueda de prensa concedida el día antes al choque ante los alfareros. El entrenador explicó que, disputado casi un cuarto de Liga, el escaso protagonismo de uno de los fichajes llegados este verano se debe a que le falta coger el ritmo. Vamos, que tiene que ponerse las pilas. Y en la teoría del palo y la zanahoria, a Javi Rico le tocó ayer mostrarse cercano con el jugador. Lo hizo de manera más personal, pero también en público. Cuando faltaba algo más de media hora para iniciarse el encuentro, el director deportivo se llevó a Christian Rivera a la altura del banquillo local, iniciando una charla compartida, de inicio, con Antonio Maestro, jefe de los servicios médicos. La charla con el centrocampista gijonés, aquejado de una lumbalgia en las útlimas semanas, se intuía de prinipio sobre cómo se encuentra físicamente. Manos a la espalda y gestos de ánimo.

Javi Rico y Christian Rivera acabaron quedándose solos. El rostro serio del director deportivo mudó por momentos a gestos más cómplices para intentar sacar una sonrisa al jugador. Y para acabar, manita de Rico al pelo de Christian Rivera, pese a que el rojiblanco se cubría con la capucha de la sudadera. Mimos para la que ha sido una de sus principales apuestas. Antes de rodar el balón, hubo tiempo para más charlas. Esta vez los que se quedaron solos fueron Rico y el vicepresidente, Javier Martínez.