Sin vínculos ni ascendencia familiar relacionada con el Sporting, Andrés Linares Jordán eligió a los cinco años ser rojiblanco. Lo hizo a casi mil kilómetros de Gijón, en Cartagena. Lo que empezó como un juego le llevó a la fama cinco años después, cuando una foto suya pidiendo la camiseta de Sergio Álvarez en la visita del Sporting a Lorca corrió como la pólvora. Aquel crío tiene ahora 14 años y rostro de empezar a hacerse “un paisano”, como reconoce su padre. Mañana Andrés se reencontrará con el Sporting a pocos minutos de su casa, en el Cartagonova. Lo hará con un pequeño dilema interno. Ahora juega de portero en las categorías inferiores del Cartagena.
“Su llamada me pilla con la camiseta del Sporting y el pantalón del Cartagena puestos. No sé qué decirle. Puede poner que, gane el que gane, acabaré contento, aunque...”, comenta Andrés Linares. Es la única duda que transmite en una conversación con LA NUEVA ESPAÑA en la que comparte el mismo desparpajo mostrado hace unos años para explicar el origen de su pasión por el conjunto gijonés. “Me hice del Sporting porque me salió del corazón”, comentó entonces. Se reafirma, con permiso del Cartagena cadete, conjunto con el que compite en la Segunda murciana. “Estamos como el equipo de Gallego, dominando la zona alta. La única diferencia es que el otro día tuvimos un tropiezo y se nos escapó el líder a dos puntos. No importa, van sólo cuatro jornadas”, detalla antes de centrarse en analizar a los gijoneses.
“Los inicios son siempre confusos”, adelanta en referencia a la competición en Segunda. “El Cartagena tuvo un calendario duro, mientras que para el Sporting ha sido un poco más cómodo, aunque no es fácil lo que están consiguiendo”, remarca. Se gusta y domina el tema. “La suerte esta temporada es que Djuka sigue con la lámpara encendida”, apunta para remarcar el acierto goleador del delantero montenegrino. También tiene un mensaje para los futbolistas rojiblancos.
“Seré el primero en entrar y animar en el Cartagonova. No sé si me situaré en un fondo o en un lateral del campo, pero estaré en primera fila. A ver si hay suerte y me ve Mariño. Me gustaría poder hacerme con su camiseta”, desvela Andrés. La camiseta que lleva puesta es la de Sergio Álvarez. La que pidió en el Artés Carrasco, la que el jugador le obsequió cuando visitó El Molinón meses después recibiendo un baño de cariño de la afición rojiblanca. “Mantenemos una especial relación con muchos, particularmente con la peña Yo Solu y con Humberto Merediz, Jordi Velaure y su mujer, Aroa, los queremos mucho”, dice el otro Andrés Linares, el padre. “Va progresando como portero y espero que cumpla otro sueño, que Mareo sea su segunda casa”, añade el progenitor. “Ya lo dije en su momento y lo mantengo: Jugaría gratis en el Sporting”, concluye el “Niño de Cartagena”.
