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El día que Villa nació para el gol

El estreno goleador del “Guaje” en Liga cumple 20 años, con el Nàstic como primera víctima de una carrera elevada a leyenda del fútbol español | El tanto rojiblanco acabó en empate (1-1) ante un rival en el que fueron titulares Javi Rico (actual director deportivo) y Gordillo (auxiliar de Gallego)

Los números de David Villa

Dos décadas de la explosión goleadora del máximo artillero de la historia de la selección española. Veinte años del despertar de un “Guaje” capaz de alcanzar los 381 goles. Pasado mañana se cumple el vigésimo aniversario del primer gol de David Villa (Tuilla, 3-12-1981), en campeonato de Liga, con la camiseta del Sporting. Un 21 de octubre de 2001, el exrojiblanco empezó a hacer historia en El Molinón ante un Nàstic de Tarragona (1-1) en el que jugaban dos de los encargados de poner actualmente al Sporting en el camino hacia la máxima categoría: José Antonio Gordillo, asistente de David Gallego, y Javi Rico, director deportivo rojiblanco.

“Nació con ello”, resume Pepe Acebal sobre el olfato en el área de Villa. El ahora responsable de logística e instalaciones del club fue el entrenador que hizo debutar al “Guaje” en el primer equipo, decisión que lleva con orgullo. “Recuerdo esa etapa con mucha satisfacción porque era una apuesta complicada. Había por delante jugadores importantes y tenía la confianza de que él nos podía dar muchos goles. En los metros finales era muy listu”, explica. No lo menciona, pero en aquella plantilla había jugadores como Igor Lediakhov, un volcán en el vestuario, un ídolo en la grada. Pepe sentó al ruso y le dio galones al menudo delantero de Tuilla. Lo demás es historia del Sporting y de España.

Villa mostró desparpajo al poco de debutar. “Era la osadía personificada”, recuerda Samuel Baños, uno de los jóvenes que se asentaban ya en el centro del campo de aquel Sporting. El “Guaje”, que había tenido sus primeros minutos en la temporada anterior a su primer gol en Liga, participando concretamente en la última jornada, ante el Córdoba, venía de un verano en el que la estaba rompiendo.

“Era menudo, pero siempre se anticipaba al rival. Era difícil que sucediera lo contrario. Tenía mucha decisión. Además, cuando jugaba con Raúl (Lozano) se compenetraban bien. Uno leía muy bien el último pase y el otro sabía esperar esas décimas de segundo justas para sorprender al rival”, describe Acebal. La reflexión es el resumen del tanto de Villa al Nàstic de Tarragona. Un tanto que José Antonio Gordillo y Javi Rico vieron muy de cerca. Los dos fueron titulares en el conjunto catalán. El asistente de David Gallego actuó como central, mientras que el director deportivo del Sporting jugó como extremo izquierdo. Entonces no sabían que estaban ante el nacimiento de una estrella.

Jornada diez y presión para un irregular Sporting, al que se le pedía ganar en casa a un Nàstic de Tarragona que terminó descendiendo esa campaña. “Lozano echó el balón hacia la frontal del área, donde Albert Tomás tenía todas las de ganar ante Villa. Pero el chaval robó la cartera al veterano defensa, una vez cara a cara con el portero, no se arrugó. Un gol típico del descaro de la nueva generación de Mareo”, resume la crónica de LA NUEVA ESPAÑA sobre aquel primer tanto en Liga del “Guaje”. Empató Manolo Herrero a cinco del final, pero Villa estrenó una cuenta que, según las estadísticas del portal Bdfútbol, se completa con 222 tantos solamente entre Primera y Segunda División.

David Villa remata ante Mosso en el primer gol que hizo con el Sporting en Liga.

“Hablar de Villa son palabras mayores”, comenta Javi Rico. Tiene fresco el recuerdo de aquel partido en El Molinón “por ser el primero y único que disputé como rival del primer equipo del Sporting” -lo hizo también ante el filial en las filas del Langreo y el Pontevedra-. La memoria es más difusa sobre las acciones compartidas con el “Guaje”. “Para mí fue un partido muy emotivo por el hecho de volver a Gijón y de que la familia y los amigos estuvieran en la grada. En el Sporting no había ninguno de los compañeros que había tenido en el filial, pero fue igualmente especial. También tiene un valor añadido recordar ahora aquello por saber que tuve ahí la oportunidad de enfrentarme a un grande como David Villa”, asegura.

Javi Rico, ante David Pirri.

Javi Rico, ante David Pirri. LNE

Javi Rico no duda a la hora de situar al “Guaje” como jugador comparable deportivamente a Quini y lo hace destacando una de los valores que entiende claves a la hora de poder labrar una carrera en el mundo profesional: la constancia. “En esa temporada empezó a demostrar todo lo que constató a lo largo de su trayectoria: mostró un nivel altísimo en cada uno de los clubes en los que jugó. Eso le llevó a la selección hasta convertirse en una figura del fútbol español a la altura la de Quini”, afirma. “Para el Sporting y los sportinguistas es un orgullo enorme haber podido disfrutar de esos dos futbolistas”, destaca el actual director deportivo del conjunto gijonés.

“¿Si pedía consejos? Él era de pocas palabras. Lo único que quería era jugar al fútbol”, comenta Acebal sobre la personalidad de aquel imberbe Villa. “Llegó y se lo pedía todo. Si había una falta, quería sacarla; si caía un balón, quería rematarlo. Y cuando parecía que por físico le podías meter mano en una disputa, se escabullía. Desde que empezó se veía que era diferente”, continúa Samuel, ahora entrenador del Langreo. “Y si se enfadaba por algo era por fallar un gol, no por quedar en el banquillo”, añade Pepe.

Villa sigue manteniendo relación con la mayoría de los que compartieron con él sus primeros pasos de gol. “Nos felicitamos todas las navidades y cada vez que viene por Gijón nos llamamos para vernos”, comenta Pepe Acebal. Una relación parecida a la que mantiene con Samuel Baños, si bien entre los futbolistas de aquel Sporting hay alguna cena pendiente. “Villa es lo que fue siempre: humildad, trabajo y el único ruido, el de sus goles”, concluye Acebal. El primer estallido de gol tiene su eco veinte años después.

Oviedo y Rayo, para abrir boca


No fue el del Nàstic el primer gol de Villa en El Molinón. En el municipal gijonés sus primeras víctimas fueron el Rayo Vallecano y el Oviedo, pero no en competición liguera. Ante los madrileños vio puerta en pretemporada, batiendo a Julen Lopetegui de cabeza. A los azules les apeó de la Copa del Rey once días antes de su primer tanto liguero. Fue en los treintaidosavos de final, con un 4-2 en el que firmó un doblete tras los tantos iniciales de Pablo Amo y David Pirri. Ese año hizo 20. Al doblete copero le sumó 18 en Liga.

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