En los mejores recuerdos recientes del sportinguismo, el Lugo aparece de forma recurrente. Más allá del gol de Caballero en Gerona, que dio el ascenso directo al equipo de Abelardo en la temporada 2014-15, el Sporting presenta un balance casi inmaculado en sus enfrentamientos con el equipo gallego: nueve victorias, cuatro empates y una sola derrota. Ese único lunar (3-1) llegó en la temporada 2017-18 en el Anxo Carro, donde volverá el equipo de David Gallego el próximo sábado (18.15 horas) con el objetivo de cortar la racha de malos resultados.
El Sporting y el Lugo no coincidieron en la misma categoría hasta la temporada 2012-13, tras el descenso sportinguista de Primera División. Desde el principio se convirtió en uno de los desplazamientos favoritos de La Mareona, que casi siempre regresó a Gijón con una sonrisa en la boca. Las tres primeras visitas, con Quique Setién en el banquillo lucense, se saldaron con otras tantas victorias, la última en la temporada 2014-15, un 1-2 con gol de Caballero para los locales. Era un 9 de mayo de 2015. Casi un mes después, el 7 de junio, el delantero argentino pasaba a la historia del Sporting al marcar en el último minuto el gol del empate frente al Girona.
Tras el paréntesis de las dos temporadas del Sporting en Primera, en 2017-18 llegó el reencuentro, con las dos aficiones hermanadas y resultados parecidos en el campo. Aunque el 20 de enero de 2018 llegó la primera y única derrota gijonesa en el Anxo Carro, un 3-1, con goles de Iriome, Jaime y Juan Carlos, y de Carmona de penalti para el equipo entrenado por Baraja.
La última visita del Sporting a Anxo Carro tuvo una significación especial, ya que fue el primer partido que el equipo gijonés tuvo que afrontar mermado por las bajas de siete jugadores afectados por el covid-19, cinco de ellos titulares habituales. Con las gradas del campo lucense vacías, David Gallego se vio obligado a alinear un “once” de circunstancias: Christian Joel; Bogdan, Babin, Borja López, Saúl García; Javi Fuego, Cristian Salvador; Cumic, Carmona, Aitor García; y Djuka. El partido acabó con un empate a cero que satisfizo a Gallego y sus jugadores, alargando la buena sintonía con un escenario que, si se cumple la tradición, podría ser el lugar idóneo para cortar la racha de dos derrotas consecutivas.
