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El “marcaje” de Gallego

El bisturí del Sporting-Almería: la canción de Djuka, la bronca a Pedro Díaz y el "freestyle" arbitral

La afición comenzó a enfadarse pronto con Moreno Aragón por su criterio variable

Fran Villalba, agotado al final del partido ante el Almería. | Juan Plaza

El Molinón se desesperó ayer, y mucho, con el papel del colegido Álvaro Moreno Aragón. El enfado comenzó pronto, ya en la primera parte. La afición sportinguista no entendió el criterio del árbitro madrileño, muy molesta con el desigual trato en sus decisiones. Y el malestar, claro, duró todo el partido. Llegó a su máxima expresión en la acción decisiva sobre José Luis “Puma” Rodríguez, donde todos consideraron que era penalti. O al menos suscitaba dudas. Moreno Aragón dijo “sigan, sigan”. Puma siguió, e incluso marcó. Pero después, el colegiado –ahí sí que claramente y sin dudas de forma acertada– invalidó el gol del internacional panameño por fuera de juego. Pero Moreno Aragón pasó de largo y no fue a ver la jugada del posible penalti al monitor. La decisión disgustó, y mucho, a El Molinón, que entonó el clásico “¡¡¡fuera, fuera!!!” con rabia. El malestar fue mayúsculo al finalizar el partido, después del gol de Lazo que dio la victoria al Almería. La afición no fue la única incendiada. No agradó a los ejecutivos del club que Moreno Aragón ni siquiera fuera a revisar la acción en el monitor. Las primeras impresiones eran claras: el colegiado madrileño debía al menos acudir a la pantalla del VAR para comprobar si se había producido infracción alguna sobre “Puma” Rodríguez. Eso no llegó, y levantó ampollas en todos los sectores del club. Desde el entrenador hasta los dirigentes.

El “freestyler” asturiano Gabriel Sánchez, conocido en el mundo del rap como Gazir, se echó ayer unas rimas en El Molinón. El club rojiblanco homenajeó al rapero, campeón del mundo de la FMS con solo 19 años, el más joven en hacerlo de la historia. En el estadio gijonés se pasó de fútbol a rap en solo unos minutos. Joaquín Alonso le entregó una camiseta con su nombre. El Molinón, con muchos seguidores grabando la escena, le aplaudió. Y el chico, lejos de amilanarse, se atrevió con un rap en rojiblanco. “Cada título que gane va a ser vuestro”, anunció Gazir, que en sus versos mencionó a figuras tan distintas como Fran Villalba o David Villa. Y que se fue de nuevo ovacionado del campo y agradecido en su tarde más célebre. La tarde en la que El Molinón echó unas rimas.

Djuka dispara ante la oposición de Centelles. | Juan Plaza

En unos días muy complicados para el delantero, después de las noticias de la muerte de “Cale”, su abuelo paterno, El Molinón arropó a su ariete, Djuka. Confirmó la tarde que el pichichi rojiblanco ya se ha ganado el respeto y el cariño de los fieles, después de unos años más de transición, y un último ya plenamente de confirmación. Y que ya tiene “single” en letras rojiblancas. Y no es una balada triste de trompeta. Qué va. Suena un “oé, oé, Djuka, Djuka”, ambas por dos veces. No fue la tarde más inspirada para el gol del delantero balcánico del Sporting. Le faltó fortuna en esos metros finales, donde se hizo gigante Fernando, antagonista para el de Obrenovac. Le birló en varias ocasiones la fortuna el portero, empeñado en arañar puntos para su Almería de El Molinón, y en amargar al equipo de Gallego, por más que se mostrara con ganas de vencer.

Llegó como proyecto de presente y futuro y ayer estuvo notable. Y eso que el examen pedía a los alumnos más aventajados, pero Berrocal se mostró como el Berrocal del Mirandés: ese defensa tan talentoso y férreo que recela perder el afamado Monchi. El andaluz se las tuvo con Sadiq, primero, y al final con Dyego Sousa. Ni uno ni otro le amilanaron. Y eso que ambos llegaban con fama de tener malas pulgas. Dyego encañonó tres al Mirandés hace solo unos días. Y de Sadiq ya está todo dicho. Pero el jerezano, que entró por Valiente, enseñó las uñas. Solo el gol amargó su día.

La jornada de ayer resultó extraordinariamente excitante incluso para un técnico que ya de por sí es puro fuego en cada segundo de los partidos como es David Gallego. La mayoría de los “marrones” cayeron ayer sobre las espaldas de Pedro. Se desesperó, y mucho, el técnico de Suria. Porque le pedía insistente a su “8” que buscara el juego vertical, con cambios de banda a las espaldas de los laterales. Y eso que estuvo bien el mediocentro, pero Gallego, claro, sabe a quién exigir, y brazeaba de un lado al otro, disconforme. Ese sofoco, expresado en un consejo, más bien corrección, en el primer tiempo al momento que Pedro acudió al banquillo, se transformó luego en frío. Porque ni siquiera ese pulsómetro fue capaz de evitar que el preparador rojiblanco se pusiera una prenda más de abrigo tras el descanso, la chaqueta.

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