La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Abelardo fernández | Exjugador del Sporting y el Barça, y extécnico del equipo gijonés

“No disfruté mucho de defensa con Cruyff”

“La marcha de Figo al Madrid fue un golpe letal de Florentino al Barça” | “Mi primer día en El Molinón fue el 3-0 al Torino”

Abelardo Ángel González

–Uno siempre vuelve al lugar en el que un día fue feliz.

–Yo viví desde que nací en el barrio de Pumarín en Gijón, donde tuve una infancia muy buena. La que teníamos los niños de antes consistía en estar todo el día jugando en la calle y mi casa estaba en una que era prácticamente un callejón, así que apenas pasaban coches y estábamos ahí todo el día jugando a fútbol, a las canicas, a las chapas… A todo a lo que los niños de ahora no juegan.

–¿Qué representaba Quini?

–Tuve la inmensa suerte de que viví en mi infancia los mejores años del Sporting, a finales de los 70 y principios de los 80. Quedó varios años entre los cuatro primeros, ahora mismo jugarían en Champions, y uno incluso casi gana la Liga. Y Quini era Messi, piensa que ganó cinco “Pichichis” en Primera y dos en Segunda. Nos mirábamos en él.

–¿Se acuerda de su primer día en El Molinón?

–Sí, sí, claro. Tenía siete años, un partido de UEFA contra el Torino, en el que gana el Sporting (3-0). Al año siguiente voy más, que es cuando casi gana la Liga. Quedando dos o tres partidos viene el Real Madrid, que le sacaba un punto al Sporting, y gana 0-1. Recuerdo que en el partido anterior, en Salamanca, en un duelo que emitieron por televisión, le habían sacado dos amarillas a Ferrero y Doria que les impidieron jugar. ¡Dos tarjetas injustas, además! Fue una indignación total. Ese día en El Molinón se crea el cántico de “¡así, así, así gana el Madrid!” y siempre hubo un punto de odio por esa Liga perdida por el Sporting.

–¿Jugar en el Sporting es lo que más feliz le hizo como jugador?

–Posiblemente sí, pero es que también he tenido la suerte de jugar ocho años en el Barcelona, ser campeón olímpico, jugar en la selección española, vivir un ascenso y una permanencia entrenando al Sporting sin poder fichar… Pero es verdad que el Sporting es el equipo del que soy aficionado y es lo que más me ha marcado como futbolista.

–En 1994 el Barça le intenta fichar gratis, pero renueva con el Sporting antes de marcharse.

–Acababa contrato y le dije al Sporting que me renovara, pero que no me tocaran la cláusula, que eran 275 millones de pesetas. Sabía que el Barça estaba detrás de mí y quería que el Sporting se llevara un traspaso, no me quería ir gratis.

Abelardo y Luis Enrique celebran un gol con el Barça. | R. S. G.

Abelardo y Luis Enrique celebran un gol con el Barça. | R. S. G.

–¿Recuerda su primera conversación con Johan Cruyff?

–Claro. Cruyff fue un revolucionario dentro del fútbol, sobre todo en España. Ese 3-4-3 que implantó, con esa forma tan bonita de jugar, fue espectacular. Me dijo qué esperaba de mí y fue muy directo. Era un entrenador que iba de cara, tanto para decirte lo bueno como lo malo. Por eso me encantaba, nunca te mentía, todo te lo decía la cara.

–Llega tras el 4-0 contra el Milan, en el declive del Dream Team.

–No pensé en eso al llegar. El cambio fue tan brutal en todos los sentidos... Yo tenía 24 años y mi mujer 23, éramos unos niños. El cambio de ciudad, de compañeros, la grandeza del Barça… No tenía nada que ver. Los resultados no acompañaron mucho los dos primeros años, pero para mí fue fenomenal. En el Sporting estaba acostumbrado a jugar más replegado, más a la contra, y en el Barça era todo lo contrario. Mejoré mucho a nivel táctico y técnico.

–Vamos, que lo disfrutó.

–No, a ver, yo en los partidos no disfrutaba. Pero no solo con Johan Cruyff, yo con el Barcelona en general no he disfrutado mucho. Disfrutas porque ganas, pero… Con defensas superadelantadas, apretando mucho al hombre, con muchos espacios… Para los defensas, un mínimo fallo era terrible, como pasa ahora. El fútbol es muy injusto para los zagueros, porque tus fallos son los que más marcados quedan. Si haces 25 anticipaciones buenas y fallas en un gol, quedas marcado. El delantero puede fallar tres claras, pero mientras marque el gol de la victoria… Y encima los de atrás éramos los que menos ganábamos. Luego disfrutabas las victorias y los títulos, claro, pero no he disfrutado muchos partidos en el Barça, no.

–Tenía que ser un shock pasar de Cruyff en el Barça a Javier Clemente en la selección continuamente.

–Eran muy distintos, pero los dos con unas ideas muy claras y muy buenas. Javi para mí ha sido un espejo en el que mirarme, incluso tuve la suerte de ser su segundo cuando entrenó al Sporting. Ha sido una persona muy importante en mi carrera, pese a que no coincidimos en ningún club, sólo en la selección, aprendí muchísimo con él.

–Luis Enrique y usted siempre cruzaron sus caminos. ¿Es tan arisco como parece ante la prensa?

–Ha sido así, hemos tenido esa suerte desde niños. Vivíamos en el mismo barrio, a cien metros, íbamos al mismo colegio, empezamos a jugar juntos en un equipo de fútbol sala y luego en el Sporting, el Barça y la selección. Dos carreras paralelas. Todos sabéis que es majete, no hace falta que lo diga yo.

–Cuando él llega al Barcelona lo hace también Ronaldo. Su impacto es descomunal.

–Fue su mejor año, mete 47 goles, 34 de ellos en liga. Un niño de 20 años, eh. Se marchó un año después y me llevé un disgusto terrible. Si se llega a quedar con nosotros y no sufre esas dos lesiones... No te digo que hubiera tenido la carrera de Messi, pero es lo más parecido que yo he visto. No tenía su capacidad técnica, pero podría haber metido 40 goles por temporada estando sano. Tenía un regate y una potencia increíbles.

–¿Era Van Gaal tan ogro?

–Qué va. Era muy directo y con la prensa también era así y no gustaba. Era un tío muy cercano y a nivel táctico era un adelantado a su época. Fue el primero que se pasaba 10 horas al día en la ciudad deportiva.

–¿Qué supuso la marcha de Figo?

–Fue una putada, y más aún para mí, que tenía una gran relación con Luis. El Madrid pegó un golpe letal, una jugada perfecta de Florentino, el eterno rival nos quitó a nuestro mejor jugador. Figo fue un profesional y un jugador descomunal, junto a Rivaldo era el mejor. Era un icono del barcelonismo y resultó un varapalo.

–Le tocó vivir también la peor época reciente del Barça, esos dos años con Serra Ferrer y Rexach. ¿Ve paralelismos con el presente?

–Fueron dos años malos a nivel de resultados y yo además me tengo que someter a una operación de cartílago que me deja doce meses sin jugar, de febrero a febrero. Todos los equipos pasan momentos buenos y malos... El segundo año de Van Gaal ganamos la Liga de calle y en Champions y Copa nos eliminaron al principio y pareció un gran año.

–Ya como entrenador. Imagino que ningún éxito futuro podrá suponer tanto para usted como aquel ascenso con el Sporting.

–Ese equipo será recordado siempre en Gijón. Fue un año muy malo a nivel económico, con los jugadores sin cobrar varios meses, pero eso nos unió más a jugadores y cuerpo técnico. Conseguimos estar 20 partidos sin perder y el que perdimos contra el Betis fue nuestro mejor encuentro. Fue tremendo vivir aquello.

–¿Le ha faltado la oportunidad de entrenar a un equipo con aspiraciones europeas para asentarse definitivamente en Primera?

–No estoy para quejarme, la verdad. Me suelen hacer preguntas sobre eso, sobre que suelo coger equipos en situaciones difíciles. ¡Es que soy un privilegiado por ello! La primera etapa en el Alavés fue increíble, en el Espanyol creo que pese a todo fue buena y la segunda en Vitoria no salió bien. A mí sí que me gustaría coger un equipo desde principio de temporada.

Abelardo con la plantilla.

El Pitu visita a la plantilla del Sporting Genuine en Tarragona


El Pitu Abelardo, exentrenador y jugador del Sporting, visitó a la plantilla del Genuine, en el Complex Esportiu Salou de Tarragona, para dar ánimos a los futbolistas y compartir un rato con sus familiares después del último partido de LaLiga Genuine Santander 2019-20, paralizada en marzo del año pasado por la pandemia.

Compartir el artículo

stats