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Guille Rosas Lateral derecho del Sporting e internacional sub-21

“Gallego ha mejorado mucho el nivel de la plantilla”

“En Ponferrada fuimos titulares siete canteranos: eso quiere decir que el Sporting tiene proyecto” | “Siempre voy al límite, no me sale ir a medias”

Guille Rosas, el miércoles, en el aparcamiento de Mareo. | Juan Plaza

Acaba de terminar de almorzar. Hace frío. Llueve, y bastante. Pero Guille Rosas llega a las oficinas de Mareo arropado nada más que por el chándal del club. Lo hace minutos después de que el pasado miércoles Javi Rico, director deportivo del Sporting, compareciera en la sala de prensa de El Molinón para respaldar a David Gallego. “¿Quieres un abrigo, Guille?”, le pregunta un empleado. “No hace falta”, contesta sonriente. “Tiene un espíritu que lo convierte en único; ya no salen jugadores como él”, explican en el Sporting. “A mí nada ni nadie me va a cambiar”. Un torbellino en el campo, puro carácter, Guille descubre a LA NUEVA ESPAÑA su otra cara: la de un joven tímido, afable, muy educado y, sobre todo, convincente. Porque cada palabra de Rosas suena sincera. No usa artificios. Es natural. Espontáneo.

–Antes de nada, ¿cómo está? Porque vaya entrada que se llevó de Medina.

–Tengo el tobillo... El día después no podía ni moverme de casa. El martes entrené con un vendaje. Fue una entrada muy dura. Y el árbitro pudo no verla. Pero para eso está el VAR. Pero no soy árbitro.

–¿Se disculpó después?

–No va a hacer daño. Va a disputar el balón. Sí, sí, se disculpó. Al principio incluso él creyó que podía ser más.

–El equipo está pasando un momento muy complicado. ¿Cómo está el vestuario?

–¿Y cómo vamos a estar? Pues jodidos. Hubo partidos que sí nos pudieron pasar por encima, vale. Pero en otros no. En otros merecimos más. Creo que el fútbol no está siendo todo lo justo que debería con nosotros. Pero al final tenemos que seguir apretando los dientes, y trabajando.

–¿Cree que ha faltado suerte?

–Pues probablemente. En aspectos de juego a veces notamos que fuimos superior al rival, que estábamos dominando. El Almería te marca en el 90. También, claro, influye la suerte.

“Después de perder me he quedado sin dormir, pero es peor no jugar: llegaba a casa sudando más que si hubiera estado en el campo”

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–Javi Rico respaldó a David Gallego. ¿Han perdido en el vestuario la confianza en el entrenador?

–Qué va, qué va, cero.

–Es decir: siguen confiando en Gallego.

–Confiamos en él al cien por cien.

–Pero no son ajenos a todo el ruido de fuera.

–Es que es normal que la gente esté enfadada porque ahora no llegan los resultados... (Guille hace una pequeña pausa y sigue hablando). Hay que ver un poco más allá. Y el potencial que nos sacó a muchos. Gran parte es culpa suya. ¡Fuimos tres a la selección sub-21! Y luego está gente como Djuka, que ahí está el nivel que dio el año pasado. Gallego mejoró mucho el nivel de toda la plantilla. Al final, sí, es un mes jodido, y es normal que la gente esté así. Y más en Gijón. Aquí se conoce todo el mundo, es una ciudad pequeña, y todos son del Sporting.

Guille Rosas, en Mareo. | J. Plaza

–Es uno de los que ha llegado a la sub-21. ¿Cree que es en parte mérito de Gallego?

–Está claro. Hay un entrenador que está detrás. Nos puso en su momento cuando no teníamos oportunidades. Hay que estar agradecido. Ir con España es un mérito muy grande, y claro que tiene parte de esa culpa. Personalmente siempre lo voy a tener en mi cabeza. Fue el entrenador que me hizo debutar en el fútbol profesional. Ojalá que esté con nosotros mucho tiempo. Eso sería una buena señal.

–¿Y cómo notan al técnico?

–¿David? Está igual que siempre. Incluso con más ganas y fuerza. Pero nosotros también. Estamos trabajando como cabrones para sacar esto adelante.

“Me han ayudado a gestionar lo de las lesiones; cuando tienes problemas y la cabeza mal, es bueno ir a un psicólogo”

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–¿Es un error creer que ahora está todo perdido?

–Es que yo ahora soy jugador, pero antes también fui aficionado. Sé lo que es ese sentimiento. Sé lo que es creer que todo se ha terminado, que ya no hay nada que hacer. Pero ahora como jugador, dentro, lo veo distinto.

–¿Duele más perder siendo sportinguista?

–¡Claro! Me duele muchísimo perder. A mí y a todos. Tenemos un equipo de gente que somos muy del Sporting desde niños. Claro que me da rabia que vaya tanta gente a Ponferrada y vea eso. O que vayan a Zaragoza...

–Es que también vivió lo que era viajar con la Mareona.

–(Guille sonríe ampliamente) Tengo una foto con la camiseta del Sporting en Ponferrada. Ahí estaba, animando.

–Javi Rico habló en varias ocasiones de proyecto. Se hizo mención al número de jóvenes asentados en el primer equipo que viene de la cantera.

–Es que en Ponferrada éramos siete canteranos titulares...

–¿Y eso quiere decir que hay proyecto?

–Claro. Eso quiere decir a las claras que el Sporting tiene proyecto, que se apuesta por la cantera. Y también que hay un entrenador que nos está dando la oportunidad.

–Rico hizo partícipe a David Gallego de ese proyecto.

–Es que David es un entrenador de cantera. Viene de entrenar al juvenil, filial y al primer equipo del Espanyol, que es un equipazo.

–La culpa siempre es soltera. ¿De quién es la responsabilidad de la crisis?

–La mayor parte de culpa la tenemos los jugadores. Somos nosotros los que estamos jugando. No hay que poner el foco sobre una persona. Ni sobre el entrenador ni sobre otro jugador. Somos los mismos que hace un mes íbamos primeros. Sabemos de nuestro potencial. Confiamos.

–¿Les sorprendió la revolución con el cambio de sistema a defensa de cinco que se vio en El Toralín?

–No.

–¿Por qué?

–Al final es una variante más. Por el hecho de cómo jugaba la Ponferradina optó por esa alineación. Nos metieron tres goles rápidos, pero no todos los equipos son iguales.

–¿Y no les llamó la atención ese cambio de sistema?

–Lo habíamos trabajado durante toda la semana. Así que no.

–¿Entonces contaban en el vestuario con jugar con cinco?

–Se puede decir que sí.

–¿Le quita el sueño perder?

–Me he quedado muchas veces sin dormir, claro. Pero, sobre todo, cuando no juegas. Cuando me ha tocado ahora con las lesiones verlo desde la grada, ¡no vea lo mal que se pasa! Llegaba a casa sudando más que si hubiese jugado. Puff. Se pasa mal, ¿eh? Muy mal.

–Lo ha pasado mal con las lesiones...

–Mucho. Es una zona (señala los isquitibiales de su pierna izquierda) que me está dando problemas. Estoy intentando potenciarlo: estamos haciendo ejercicios de fuerza y comenzando a mejorar en los hábitos de alimentación. Buscando cómo mejorar.

–¿Sufrió mucho desde fuera estos meses?

–Es que es un poco todo. No puedes ayudar y ves que el equipo no gana, que está mal. A veces intenté encontrar explicación al porqué de tantas lesiones. Buscas soluciones. Me pasé mucho tiempo dándole vueltas a la cabeza. Al final cuando estás en una lesión aprendes. Aprendes lo que tienes que hacer y lo que no.

–¿Cómo se gestiona emocionalmente esa situación de querer y no poder jugar?

–Hay gente que me ha ayudado. Creo que cuando todos tenemos problemas y tenemos la cabeza mal, es bueno que se acuda a un psicológico. Pero es sano para todos cuando tenemos problemas de salud mental. Es un tema quizás un poco tabú, pero ayuda mucho. Yo cuando me lesionó tengo una actitud positiva; estoy pensando ya siempre en volver.

–¿Acudió a un psicólogo?

–Sí, a Emilio (Nosti).

–¿Pero ha encontrado ya alguna respuesta?

–Soy un jugador explosivo, de esfuerzos cortos. Esa zona es la que usamos para arrancar. Puede que sea un poco por eso. Tuve problemas en esa zona en juveniles. Pero ahora estoy trabajando esa zona.

“Los chavales de abajo tienen que aprender que no hay nada más bonito que jugar un día en El Molinón con la camiseta del Sporting”

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–Antepone a veces el corazón a la cabeza. Por ejemplo, en el derbi. Venía de lesión y recayó.

–¿Pero quién no quiere jugar un derbi?

–¿Se arrepienta de haber hecho ese esfuerzo?

–Buena pregunta. Buena pregunta. Hombre, no me quiero lesionar. Quizá cambiar la jugada y pasar atrás (Guille sonríe).

–¿Alguna vez le han intentado parar o le dicen “tranquilo?”

–Yo soy así. Ya me conocen. Nadie me puede cambiar.

–¿De dónde ha sacado esa raza, ese carácter?

–No me gusta perder a nada. Siempre voy al límite y por eso a veces me lesiono. Yo voy a ir siempre al límite. ¿Que igual a veces me equivoco? Soy así. No me sale ir a medias. Voy. Voy con todo. Y ya está.

–¿Está cumpliendo el sueño de su vida?

–Para mí no hay mejor lugar que este; el equipo de mi ciudad. Yo lo pienso así. Los chavales de abajo tienen que aprender que no hay nada más importante y bonito que un día jugar en El Molinón con la camiseta del Sporting.

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