Sonriente, con pulgar arriba y ganas de volver a entrenarse. Djuka está de vuelta. El máximo artillero del Sporting llegó ayer a Gijón para ayudar con goles a la reacción del equipo. El balcánico, que dio positivo por covid-19 hace dos semanas, durante la concentración con Montenegro, estuvo a última hora de la tarde en Mareo para someterse a las pruebas que le habiliten para sumarse cuanto antes a los entrenamientos del conjunto rojiblanco, inmerso en una crisis de resultados. “Estoy bien”, aseguró el futbolista a LA NUEVA ESPAÑA, único testigo de su reincorporación a la disciplina rojiblanca.
David Gallego cuenta ya con un nuevo refuerzo para buscar el domingo, en la visita a la Unión Deportiva Las Palmas, tres puntos que corten de una vez con una sangría resumida en ocho jornadas sin ganar y 2 de los últimos 24 puntos en juego. Así será si las pruebas no dicen lo contrario. Djuka, ya recuperado, volvió en cuanto pudo a Mareo para agilizar un regreso que se antoja tan necesario para el futbolista como para el equipo. La mala dinámica de resultados ha crecido sin la referencia ofensiva de un Sporting en busca de una salida en el largo túnel que le ha llevado a estar más cerca de la zona baja que del primer puesto que ostentaba hasta hace bien poco.
Varios vuelos y un último tramo por carretera antes de ser recibido en casa. Djuka llegó a Mareo conduciendo su propio coche. Junto a él, Andrea, la mayor de sus dos hijos. La niña quiso acompañar a su padre a las instalaciones rojiblancas después de muchos días separados. Mario Cotelo, delegado del primer equipo, les precedió en otro vehículo. En la clínica de Mareo todo estaba preparado para recibir al jugador y realizar las pruebas. El equipo se entrena esta misma mañana a las 11 horas. El delantero balcánico desea estar cuanto antes a las órdenes de David Gallego.
Djuka viene de guardar cuarentena en la residencia de la familia en Obrenovac, Serbia. Siguió un plan de entrenamiento elaborado por Eduardo Domínguez, preparador físico rojiblanco, y esperó hasta obtener resultado en la PCR que le permitiese desplazarse. La primera prueba, realizada al inicio de la pasada semana, fue positiva. Tocó esperar pese a que, desde el principio, apenas tuvo síntomas. La última, negativa, le trajo de vuelta a Gijón. Por el camino, días en los que siguió al equipo desde la distancia.
El jugador contrajo el covid-19 en la concentración de la selección de Montenegro, Federación que informó del positivo y de que Djuka no estaba vacunado. Un comunicado que sentó mal en el Sporting, como confirmó el propio Javi Rico, director deportivo del conjunto rojiblanco. Más allá de la elección personal del jugador al respecto, por las formas. En la entidad nadie tuvo conocimiento previo de la situación del futbolista hasta que Montenegro lo hizo público. Djuka se encontraba en Podgorica y su padre se encargó de ir a buscarle en coche para que pasara la cuarentena en Serbia, junto a la familia.
La vuelta de Djuka al Sporting no es la solución definitiva para los problemas que está arrastrando el equipo, pero sí un alivio. Gallego, que junto a su ausencia y la lesión de Pablo Pérez contaba con Berto como único delantero disponible en la primera plantilla, podrá ahora disponer de su referencia en ataque. A los rojiblancos le espera una difícil visita a la Unión Deportiva Las Palmas después del partido de mañana de Copa ante el Ceares, en el que la intención es dar minutos a los menos habituales. El último partido de Djuka con el Sporting fue el de la derrota en la visita al Zaragoza (2-0), el 7 de noviembre. Hasta entonces había marcado cinco tantos ante Burgos, Málaga, Oviedo, Alcorcón y Valladolid. En Las Palmas se espera su retorno al verde y al gol.
